MIAMI, Estados Unidos. – Algunos de los espectadores del programa “Spotlight on Cuba”, que tuve la fortuna de curar para el Festival de Cine de Miami, no conocían la existencia de un cineasta llamado Nicolás Guillén Landrián y del maltrato consuetudinario al cual fue sometido por el aparato represor castrista que incluyó censura, cárceles y hasta electroshocks en componenda con facultativos de hospitales psiquiátricos.
El tributo que se le rindió en el evento despejó incógnitas e intrigas, y lo situó en el sitio de honor que le corresponde internacionalmente, donde comienza a marcar pauta.
El capítulo dedicado al cineasta de culto contó con cinco de sus documentales realizados en Cuba, remasterizados a partir de copias maltrechas encontradas en las bóvedas del ICAIC, así como con el documental Landrián, impresionante meditación sobre su obra y personalidad dirigido por Ernesto Daranas mediante testimonios de su viuda, Gretel Alfonso, y del fotógrafo Livio Delgado, un cercano colaborador. También se mostró Inside Downtown, su última obra, que codirigió con Jorge Egusquiza en Miami.
Poco más de 1.000 personas prácticamente tomaron por asalto el Arsht Center para la presentación de Los frikis, de los directores estadounidenses Michael Schwartz y Tyler Nilson, que refiere la historia de jóvenes cubanos roqueros en las antípodas del “hombre nuevo”, quienes durante los años 90 optaron por inyectarse el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) para ser recluidos en los sanatorios del régimen, donde eran confinados con algunos beneficios materiales inexistentes en la indigencia socialista.
Eros de la Puente, Héctor Medina y Adria Arjona, entre otros jóvenes actores de Cuba y Puerto Rico, al concluir la proyección celebraron el haber sido parte de tan notable experiencia cinematográfica, mientras Luis Alberto García, quien desempeña un personaje en la película, subrayó que fue un honor trabajar con aquellos jóvenes, donde veía el futuro del cine cubano, y cifró sus esperanzas en que algún día el cuerpo audiovisual de la nación fuera uno solo.
La joven holguinera Tamara Segura viajó desde Terranova, Canadá, para no perderse el estreno mundial de su documental Seguridad, donde discurre, a partir de un secreto familiar, sobre la vida aciaga de su padre, caído en desgracia luego de un incidente fortuito con la Policía. Segura se mostró sumamente conmovida del reencuentro con el público cubano en Miami, donde la acompañaron no pocos amigos con los cuales estudió cine en la Isla.
Concurrida estuvo la presentación con obras realizadas por cubanoamericanos. Objetos de deseo, cortometraje de Alejandro Rentería, protagonizado por su hermano Mauricio, presenta la colisión de dos maneras de discernir un hecho criminal con final inesperado como corresponde al género.
Mientras Unión de Reyes, mediometraje dirigido y protagonizado por Danny Pino, medita sobre las consecuencias de la división familiar causada por la dictadura.
El italiano Tommaso Santambrogio, quien trajo al Festival su largometraje Los océanos son los verdaderos continentes, filmado en San Antonio de los Baños, confesó que su amor por la Isla data de la infancia, cuando apenas con ocho años de edad su padre lo llevaba de vacaciones.
Luego estudió en la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños y formuló esta película desde la desesperanza de una pareja de artistas y maestros que no encuentran sosiego a sus aspiraciones, lo cual provoca que la muchacha se agencie el modo de partir hacia Europa y el romance queda interrumpido.
Santambrogio también disfrutó de la presencia de colegas cubanos con los cuales trabajó y hoy residen en el sur de Florida.
El director Alán González y la protagonista de su exitoso filme La mujer salvaje no concurrieron al Festival por contratiempos con las visas americanas.
Tanto González, como la actriz Lola Amores, quien mereció el premio de actuación en el Festival de Cine de Málaga, enviaron mensajes que fueron leídos por la editora de la película, Joanna Montero, quien emigró a Florida, y por el actor Luis Alberto García, vinculado a la producción del filme.
Amores escribió: “Este día lo estuve esperando desde que la película comenzó su recorrido y ahora mismo estoy en Cuba pensando ‘Ya, ya está por empezar la proyección’. Porque si algo hemos tenido los cubanos es la condición de imaginarnos, de seguirnos, de vivir a distancia”.
González, por su parte, apuntó: “Este momento es maravilloso. Si pudiera pedir más, pediría haber podido estar aquí ahora y sentir sus vibraciones, sus comentarios posteriores, el apoyo de mi familia y los amigos que pudieron llegar. Pero ya es genial. Me siento agradecido porque ustedes son un público muy especial”
La mujer salvaje fue precedida por el cortometraje Azul Pandora, también de Alán González y la velada incluyó comparecencias de amistades y colegas de ambos artistas que provocaron gran impresión entre los concurrentes.
Una verdadera fiesta de cultura popular aconteció cuando el cantante y compositor Candyman se personó con sus seguidores y Fabien Pisani, director del documental En la caliente: Tales of a Reggaeton Warrior, que narra vida y vicisitudes del famoso intérprete.
La película refiere con numerosos testimonios su estrellato tanto en Santiago de Cuba como en el resto de la Isla, así como su caída en desgracia cuando el régimen lo consideró vulgar. Realmente incomodó mucho al obsesivo control totalitario los textos críticos de algunas de sus canciones y el sentido de libertad que alentaban los conciertos.
Antes de despedirse del escenario Candyman, deleitó a los presentes con una de sus canciones a capela.
Al cierre de esta columna faltaba por estrenarse Antihéroe en el programa “Spotlight on Cuba”. Los premios del Festival, que concluirá este domingo, no habían sido dados a conocer aún.
ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.