La cueva de Alí Babá
Néstor E. Baguer, APIC
LA HABANA, abril - ¿Quién de niño no leyó la fábula de "La cueva de Alí Babá y sus 40 ladrones? Pues en Cuba estamos sufriendo las depredaciones de Alí y sus 40 ladrones. Es increíble lo que tiene que soportar el cubano.
Pongamos ejemplos.
Los cigarrillos "Populares" cada día son más impopulares, aunque no los que se venden en dólares, pues ésos vienen en bellas cajetillas cubiertas de papel celofán que protege el producto de los cacos. Nos referimos a las destinadas al pueblo, que se
queja constantemente, ya que al abrir la caja de Populares descubre que le han sustraído cigarrillos, además de encontrar algunos de ellos partidos o que tienen la resistencia del concreto y a prueba de incendios, en tanto que otros vienen con tan poca picadura que arden con la rapidez
de los fuegos artificiales y sólo alcanzan para dos fumadas. En cuanto a los duros, si se logra encender uno se nota que no permiten el paso del humo y o los bota o muere de infarto pulmonar. Esto en el mejor de los casos, pues muchas veces el comprador podrá descubrir que han
sustituido todos los cigarrillos originales de fábrica por infumables "Tupamaros" (hechos artesanalmente por particulares) que lo hará morir de cáncer fulminante.
Por otra parte, si va de compras al agromercado de su zona, al regresar a su casa después de pagar lo que ha comprado a precio de oro, descubrirá que el peso por el que pagó no es el que le dieron y comprobará la falta de media libra o tres cuartos, o sea, que le han
robado doblemente... y nada pasa.
¿No se asombra cuando va a una tienda recaudadora de divisas (dólares) y se le acerca un individuo que le ofrece lo mismo que usted fue a comprar, pero que a la puerta o en la esquina se lo ofrece a un precio muy inferior al de la tienda? Con sorpresa constatará que
efectivamente es el mismo producto que usted deseaba y comprueba que es nuevo o, como se dice en Cuba, "de paquete".
Las leyes inexorables de la economía estatuyen que nadie se dedica a hacer caridad pública, por tanto, los que se le acercan en los portales de la tiendas por dólares no son benefactores de la humanidad, sino simples ladrones, discípulos de Alí Babá, que
le proponen artículos sacados clandestinamente, o sea robados, de los almacenes estatales o de esas mismas tiendas con la complicidad de almaceneros y administradores. Y nada pasa. Alí Babá y sus 40 ladrones se embolsillan las ganancias. ¿Y la policía? Muy bien,
gracias.
No hace mucho se supo del caso de un almacén del INTUR (Industria del Turismo) en Varadero donde se depositaron televisores en colores para los hoteles en construcción. Al abrir las cajas se comprobó que estaban vacías. Los televisores como por arte de magia habían
desaparecido. La policía nunca supo nada.
Nos preguntamos, ¿dónde está la famosa "gestión empresarial de la que tanto cacarea el régimen? ¿Y las centenas de custodios o CVP? ¿Hasta cuándo tendrá el pueblo que contemplar tanto robo, tanto latrocinio? Señores, menos
consignas y más honestidad.
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