Depresiones del cubano
Clara Morales Martínez, Movimiento 13 de Julio
LA HABANA, julio - La Cuba de hoy enfrenta nuevos retos ante una economía doméstica deprimida, escasas oportunidades en el desarrollo social y un futuro incierto, lo que conlleva a la depresión psíquica del individuo.
Actualmente las principales causas de depresión del ciudadano cubano son:
la economía de bolsillo, la falta de buena alimentación, la vivienda, las escasas actividades de esparcimiento y la discriminación social. Todo esto conspira contra la estabilidad física y mental del ciudadano, lo que lo lleva, en muchas ocasiones, al alcoholismo. Y
allí, sumido en él, trata de olvidar penas y dolores y su impotencia para resolver los problemas.
En la década que comienza se percibe ya un aumento notable en el consumo de bebidas alcohólicas, del que no están exentos los más jóvenes ni los que pertenecen a la tercera edad, lo que se aprecia en los cientos de bares con que cuenta la capital, y que abren
sus puertas desde horas tempranas, para satisfacción de los consumidores.
Si bien es cierto que los menores no tienen acceso a estos lugares, utilizan a los adultos para la compra del licor, o acuden a los vendedores clandestinos, que no hacen distinciones de edades a la hora de vender el producto.
Es frecuente ver en parques, esquinas, portales o en el muro del Malecón, grupos de adolescentes y jóvenes que malgastan tiempo y salud ingiriendo alcoholes de todo tipo.
El alcoholismo se ha convertido en un problema social en la Cuba socialista. Lo que se torna más dramático en el interior del país, ya que en las ciudades de provincia, pueblos y bateyes, el consumo alcanza niveles más altos que en la capital, ya que se encuentran
menos posibilidades de emplear el tiempo libre.
En la esfera educativa lo trascendental es la obligatoriedad que se le impone al alumnado de participar de los períodos de trabajo agrícola establecidos. También el estudiante, en infinidad de casos, tiene que matricular en un sistema becario de enseñanza media cuyos
planteles están ubicados en distintas zonas agrícolas. Es decir, todo aquél que aspire a cursar estudios tecnológicos o superiores tendrá que cumplir, durante tres años con un régimen obligatorio de estudio-trabajo, sin recibir ninguna remuneración
económica.
Estas modalidades en la educación son fuentes de separación entre el adolescente y su familia, lo que incide sobremanera en la personalidad apática y sin valores de una gran parte de la juventud cubana.
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