"¡Auxilio!", claman los médicos cubanos
Dr. Sunset Nogueras Rofes
CIENFUEGOS, junio - El descontento crece entre los médicos cubanos que pretenden salir del país temporal o definitivamente, porque el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), valiéndose de la Resolución ministerial #54 les prohíbe ejercer el derecho que les
confiere el Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por el cual queda determinado el derecho inalienable que cada individuo tiene a salir de cualquier país incluso del propio.
En este momento se desconoce exactamente el total de profesionales de la Salud que permanecen retenidos en la isla. Al respecto, el gobierno de Cuba guarda silencio y no reconoce ante los medios de prensa los maltratos a que está sometiendo a los profesionales que desean emigrar
legalmente.
Desde junio del año pasado el MINSAP puso en práctica un grupo de medidas arbitrarias (Resolución #54) que comprende sanciones tales como separación definitiva de la plaza laboral y del cargo que ostente un profesional en el momento que solicita la salida de la Isla;
disminución del salario a la mínima expresión; reubicación sutil en otro puesto de trabajo a fin de obligar a la víctima hasta por cinco años a desempeñar su labor bajo un código de exigencias que de no ser acatadas podrían significar la
imposibilidad de viajar al extranjero.
Varios afectados por tales disposiciones han solicitado asesoría jurídica con el objetivo de demandar esas ilegalidades, pero sólo han chocado con la realidad de que no es viable ni efectivo cualquier intento de hacer justicia por medio del sistema judicial de Cuba.
Mientras esto sucede, el gobierno de Cuba pretende hacer creer que las consecuencias de la Ley de Ajuste Cubano tiene como único responsable al gobierno de los Estados Unidos de América. La negación a los profesionales de la salud a salir del país incita a esas
personas a escapar de las garras de la dictadura, por medio de la única esperanza que les está quedando: lanzarse al mar y tratar de pisar territorio estadounidense. Esta es la otra cara de la moneda.
Por tanto, se impone un llamado de auxilio a la comunidad internacional para que se pida una solución justa a tales violaciones. Muchos hombres y mujeres de bien están siendo hoy, en Cuba, sometidos a una especie de cautiverio. Ellos cotidianamente curan y salvan incontables vidas.
¡No los abandonen!
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