Quien hizo los billetes hizo la trampa
Héctor Maseda, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, marzo - El Banco Central de Cuba anunció el pasado jueves 9 de marzo que a partir del 1ro. de abril del presente año, la población tendrá la posibilidad de abrir cuentas en pesos cubanos convertibles en las mismas sucursales bancarias en que actualmente
reciben depósitos en dólares norteamericanos u otras monedas convertibles.
La información concluye diciendo que, en cualquier caso, las tasas de interés que se aplicarán a las nuevas cuentas en pesos convertibles, serán superiores a las que poseen las actuales cuentas en dólares USA.
Todo parece indicar que la nueva propuesta se debe a que las autoridades cubanas necesitan tener acceso a más dólares y no deben ser nada despreciables los que se encuentran recogidos en esas cuentas, de las que, sin la autorización expresa de sus titulares, no pueden
disponer los gobernantes.
Lo cierto es que los tiempos en que el gobierno castrista confiscaba los bienes de cualquier cubano sin compensarlo, ya pertenecen a la historia antigua. Además, no es secreto que en los depósitos a favor de nacionales de monedas que gozan de solidez internacional, están
involucradas entidades bancarias extranjeras poderosas y muy serias que, con toda seguridad, debieron conjurar explícitamente en las negociaciones preliminares con sus similares cubanas, acciones posteriores que pudiera emprender alguna de las partes y que afectaran el prestigio o rigor
negociador de la otra.
Así las cosas y ante la imposibilidad de convencer a las entidades bancarias extranjeras vinculadas a estas operaciones o de poder modificar los términos conveniados, afectando a sus titulares, no le queda más remedio al Banco Central de Cuba que intentar convencer de las
bondades de su nueva propuesta a los cubanos que tienen el privilegio de poseer cuentas en dólares u otras monedas fuertes.
"¡Cuidado con los pícaros!", solía alertarme mi padre cuando no veía con claridad las posibles desventajas que me imponía un nuevo convenio. "Tómate tu tiempo, hijo -me decía- reflexionar es de sabios. No es bueno perder sin saber en
qué fallamos".
Los cubanos tenemos suficiente experiencia de las propuestas hechas por las autoridades gubernamentales: "renunciemos al consumismo para lograr el desarrollo", "trabajemos incansablemente para lograr el bienestar social"... Se han acostumbrado a ser siempre los únicos
beneficiados, pero la población está cansada de ser siempre la perdedora en sus tratos con el gobierno de Castro.
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