Umbral Global, mayo 4, 2000
12:54 La Habana, 4 May (NTX).- Perfumes, detergentes, prendas de vestir, cervezas y latas de conserva de manufactura local están aumentando su presencia en las tiendas que venden en dólares en Cuba, impulsados por una política eficaz de sustitución de
importaciones.
Las diversas cadenas comerciales colocan en sus anaqueles cada vez más productos procedentes de las fábricas de perfumería, alimentos enlatados, bebidas, confecciones y calzado para rivalizar con los que proceden de México, Brasil, Canadá, España e
Italia.
Aunque muchos de estos productos carecen de la calidad y presentación de sus similares de otros países, Cuba se propone que la industria nacional eleve este año hasta un 70 por ciento sus suministros para el turismo y las tiendas recaudadoras de divisas.
La proporción de artículos suministrados por la industria cubana llegó en 1999 al 54 por ciento del total, excepto en aquellos renglones imposibles de sustituir por ofertas autóctonas, algunas de los cuales dejan mucho que desear en cuanto a envases atractivos.
En los primeros años tras el estallido de la crisis económica de la década de los 90, La Habana incrementó sus compras de mercaderías en el exterior para abastecer a las entonces escasas tiendas que vendían en divisas al cuerpo diplomático.
Cuba anunció en marzo pasado que buscará incrementar las exportaciones y reducir las "importaciones innecesarias", ante el déficit de su balanza comercial que frena la moderada reactivación de la economía, que este año podría llegar al
4.5 por ciento.
El intercambio comercial de la isla en 1999 ascendió a cinco mil 115.9 millones de dólares (tres por ciento menor en relación con 1998), pero un reporte oficial divulgado omitió desglosar cuanto correspondió a compras y cuanto a ventas en el exterior.
El plan económico de este año reforzará los controles del gobierno para enfrentar el problema del desequilibrio externo, uno de los más graves que afronta la frágil economía isleña, según medios oficiales.
Para cumplir el objetivo reflejado en un lema de las bolsas del mercado ("lo mío primero"), la industria ligera reforzará su comercialización en las tiendas que venden en dólares en Cuba, las exportaciones y los suministros para el creciente turismo
extranjero.
El ministro del ramo, Jesús Pérez Othón, dijo que las ventas en las llamadas Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) "es un objetivo fundamental" para garantizar la entrada de dólares frescos y mantener activas las fábricas.
Indicó que ese mercado debe enfrentarse "con mucha flexiblidad y variedad en los productos, que en los últimos tres años llegan a la cifra de mil 500 nuevos con altísima calidad y competitividad".
Dijo que en el caso de los insumos para el turismo la meta es garantizar el servicio integral (muebles, colchones, decoraciones y lencería) para dos mil 500 de las tres mil 100 habitaciones que se aspira concluir este año en la isla.
La industria ligera de Cuba, castigada por la crisis económica de principios de esta década, dio a finales del año pasado señales de una modesta reactivación, pero sus productos por ahora benefician más a los que poseen moneda dura en la isla.
La industria ligera fue una de las más deprimidas por la recesión que se produjo en la isla tras el desplome de los regímenes comunistas de la Unión Soviética y Europa del Este, con los que Cuba realizaba el 85 por ciento de su comercio.
De 1989 a 1993, el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla cayó un 35 por ciento y fue tal el derrumbe de la producción de la industria ligera en el país que, de acuerdo con expertos, su moderada reanimación actual tuvo que renacer casi de la nada.
Con la apertura de Cuba a las inversiones extranjeras, a partir de 1994 se dieron los primeros pasos para reordenar, ajustar formas y adquirir otras para adentrarse en el nuevo mundo de los negocios, la competencia y la calidad.
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