Domingo, 29 de julio de 2001 - 18:44 GMT.
BBC Mundo
En el festival Womad -que reunió a algunos de los grandes nombres de
la música internacional- una de las grandes atracciones fueron los
extravagantes Afro Cuban All Stars.
Durante un fin de semana en el que sorpresivamente no se escondió el
sol en Inglaterra, no sólo los seguidores de la música global
disfrutaron del evento: las actividades y el ambiente atrajo también a
miles de familias.
Quienes no conocían a las bandas antes -pues algunas, como Modou
Diouf y Cecile Kayirebwa no son muy famosos en Gran Bretaña aún-
encontraban otras cosas que hacer, entre ellas, probar comida exótica,
admirar artesanías del mundo entero, participar en los diferentes
talleres o reírse con la comedia y magia que se presentaba en la tienda
cabaret.
Los organizadores tenían muy claro que el festival no debería
ser un evento limitado a los conocedores y los esfuerzos para entusiasmar a
otros funcionaron: las colas se mantuvieron largas.
El número de sillas de ruedas presentes en el lugar fue una prueba de
que Womad se ha convertido en el más cómodo y acogedor de los
festivales de música del año.
Además, hubo espacio para el entretenimiento de carácter más
serio, incluyendo una apasionada charla de la actriz Vanessa Redgrave, quien
aboga por los chechenos a nombre de Amnistía Internacional.
No obstante, la música fue la razón de que la mayoría
de los presentes llegaran a Reading.
Algunos de los artistas poco conocidos en Gran Bretaña son súper
estrellas en su tierra: Oliver Mtukudzi es el artista que más vende en
Zimbabwe, y su presentación al atardecer del sábado con The Black
Spirits fue tan sobria como el nombre de la banda (los espíritus negros,
en inglés).
Sus canciones hablaban del azote del SIDA en su país -y aunque el público
no entendía la letra, su significado era claro.
Otro gran descubrimiento fue Siyaya, un grupo proveniente también de
Zimbabwe.
Sus integrantes resumen su filosofía diciendo que "en épocas
felices, cantamos; en épocas tristes, cantamos".
Ataviados con sus trajes tribales, los cantantes y bailarines hicieron un
Full Monty al revez -terminando vestidos de occidentales.
Beugue Djamm y los Modou Diouf, que significa "deseando la paz",
llegaron de Senegal y con sus tambores no le dieron tregua a la audiencia,
mientras bailaban imitando pájaros y animales.
El argelino Hamid Baroudi, por su parte, trajo una nota cálida en la
mezcla de rai con los sonidos del desierto, y demostró la universalidad
de la música al invitar a un músico argentino para que agregara un
toque latino.
También, en la carpa de Siam, Cheikh Lo con su fabuloso traje azul,
incorporó ritmos cubanos en su vibrante espectáculo.
Y es que el evento se movió bastante a ese ritmo, con Cachaito López
y su banda de 10 estrellas se tomaron no solo la carpa de Siam, sino también
el espíritu de quienes escuchaban su irresistible sonido.
Sus compatriotas, los Afro Cuban All Stars, no se quedaron atrás.
La banda reúne a lo mejor del país y no defraudaron a los que
se entusiasmaron con su nombre: sus 18 estrellas enloquecieron a los presentes
con su mezcla de jazz, rumba y bolero... "totalmente cautivadores",
fue lo menos que se oyó.
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