Cuba Nueva. Publicado
el miércoles, 27 de junio de 2001 11:05 EMT - Año 2
Ashcroft "no prometió nada" a líder
anticastrista que pidió encausar a Castro
MIAMI, EEUU, Jun 26 (AFP) - Martes 26 de jun - Un dirigente anticastrista de
Miami pidió este martes al Fiscal General estadounidense, John Ashcroft,
el encausamiento del presidente cubano Fidel Castro por "asesinar" en
1996 a cuatro tripulantes de dos avionetas derribadas por cazas cubanos, pero el
alto responsable "no prometió nada".
José Basulto solicitó enjuiciar a Castro por haber ordenado
derribar dos avionetas de Hermanos al Rescate, organización anticastrista
que él preside. En el incidente, ocurrido en aguas del Estrecho de
Florida, murieron los cuatro tripulantes de las avionetas, tres de ellos
cubano-estadounidenses.
Basulto se entrevistó brevemente con Ashcroft, quien mantuvo en Miami
un encuentro informal con otros miembros de la comunidad cubano-americana. El
Fiscal "no prometió ni anticipó nada" al respecto, dijo
a la AFP el dirigente anticastrista.
En una carta entregada al Fiscal General, Basulto asegura que aquel derribo
fue "un brutal asesinato, cuidadosamente premeditado y planeado porCastro".
Basulto recuerda en la misiva que cinco agentes cubanos fueron recientemente
declarados culpables por un tribunal federal de Miami de varios cargos de
espionaje en EE.UU, y uno de ellos, Gerardo Hernández, convicto de
conspiración para asesinar por haber entregado a Cuba el plan de vuelo de
las avionetas de Hermanos al Rescate.
Carece de sentido "no enjuiciar también a asesinos directos, los
pilotos" de los cazas cubanos "y al principal responsable, Fidel
Castro", afirma Basulto en su carta.
Los enemigos de Fidel Castro se alegraron demasiado pronto, dice Lage
NUEVA YORK, Jun 26 (AFP) - Miércoles 27 de jun - El exilio
anticastrista en Estados Unidos "no tuvo tiempo de descorchar la botella",
tras el desvanecimiento el sábado de Fidel Castro, ironizó este
martes en Nueva York el vicepresidente del Consejo de Gobierno de Cuba, Carlos
Lage.
Castro "sufrió una fatiga", explicó a reporteros
Lage, quien viajó a Nueva York para la conferencia de la ONU sobre el
sida, donde intervino el lunes ante la tribuna de la Asamblea General de
Naciones Unidas.
Lage atribuyó la fatiga del gobernante cubano, de 74 años, a
que el acto en que participaba "se prolongó más de tres
horas, con 30 grados de temperatura".
Castro había estado sumido en "un intenso ritmo de trabajo y
casi sin dormir la noche anterior", agregó Lage, que reconoció
que "el pueblo cubano se preocupó mucho" por el breve
desvanecimiento del presidente cubano.
Pero en cambio, "algunos enemigos" de Fidel Castro "en el sur
de Estados Unidos", - Miami, sede del exilio radical cubano- "no
tuvieron tiempo de descorchar la botella", dijo Lage.
Las primeras planas de los diarios del domingo y los comentarios de las
radios hispanas del sur de Florida estuvieron dedicadas a las "buenas
noticias" del desvanecimiento de Castro.
Lage indicó que había hablado anoche con el presidente cubano,
y que éste estaba de nuevo sumido en su habitual ritmo de trabajo
intenso, y que estaba muy interesado en el desarrollo de la conferencia de la
ONU sobre el sida.
Aseguró asimismo que "no habrá época pos-Castro, y
no porque no se vaya a morir, sino porque no ha habido época pos-Martí,
y porque a Fidel lo continuarán sus ideas, que son las de la revolución
cubana".
Lage ofreció la víspera, ante la tribuna de la ONU, 4.000 médicos
para combatir el sida en los países más pobres y más
golpeados por la enfermedad, así como el envío de profesores para
crear 20 facultades de medicinas.
"Cuba puede enfrentar ese gasto porque tenemos capital humano",
afirmó Lage, que reclamó al mundo desarrollado "compartir los
recursos necesarios para enfrentar y derrotar la enfermedad".
Elián, el pequeño náufrago que revitalizó a
Fidel Castro
LA HABANA, Jun 26 (AFP) - Martes 26 de jun - El regreso hace un año
del pequeño Elián González a Cuba revitalizó física
y políticamente al presidente Fidel Castro, quien desde entonces realiza
una intensa actividad pública, que pudiera haber influido en la fatiga
que lo sorprendió el sábado en un acto multitudinario.
El 28 de junio del 2000, unas mil personas recibieron en el aeropuerto de La
Habana al pequeño Elián, quien bajó del avión acompañado
de su padre, Juan Miguel González, hecho que representó otro
elemento a favor de Castro dado que se especuló que el hulmide cubano que
viajó a Estados Unidos para pelear la custodia de su hijo había
sido seducido para que se quedara en Miami.
La causa de Elián, el niño símbolo de la resistencia
cubana frente a Estados Unidos, fue convertida por Castro en motivo para alentar
la unidad de los cubanos, sacudidos por una década de penurias económicas
y afectados por un relajamiento ideológico, tras el derrumbe del campo
socialista.
El caso, paradójicamente, se lo puso en las manos el exilio radical
de Miami, su acérrimo enemigo, que en su afán de atacar al régimen
desplegó una batalla político-legal por la custodia del niño.
Antes de la saga de Elián, Cuba había vivido dos duros años
políticos, entre 1998 y 1999, en los que fue cuestionado
internacionalmente su sistema y los llamados al cambio provinieron desde
diversos puntos del planeta.
Castro fue en 1999 el anfitrión de una nada cómoda Cumbre
Iberoamericana, donde fue casi unánime el reclamo de sus homólogos
invitados a que Cuba iniciara un proceso de democratización y de respeto
a los derechos humanos, al tiempo que la disidencia interna tuvo un inédito
protagonismo.
La cita se produjo un año después de que el papa Juan Pablo II
pidiera a Castro la apertura de la isla. En esa visita los cubanos escucharon,
incluso por la televisión estatal, la voz crítica del obispo Pedro
Meurice.
El líder cubano había ensayado un acicate nacionalista en el
caso del ídolo cubano del salto alto, Javier Sotomayor, y otros atletas
acusados de usar sustancias prohibidas en los Juegos Panamericanos de Winnipeg
99. Pero el tema decayó con el paso de las semanas.
Fue entonces a finales de noviembre de 1999 cuando apareció la
historia de Elián. Un drama con un alto contenido humano, tratándose
de un niño que había quedado en la orfandad en un intento de su
madre por llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Desde el primer momento, aseguran observadores, Castro se involucró
en una batalla que difícilmente podría perder y se lanzó más
abiertamente cuanto más se empecinaba el exilio.
Castro convirtió el caso Elián en asunto de Estado, pasó
varios días en vela, escribió mensajes, organizó y participó
en manifestaciones y transformó un set televisivo en una mesa de
información, a la que asistió casi a diario, ante la sorpresa de
los televidentes.
El caso le sirvió para descubrir nuevos cuadros y movilizar a la
juventud -sector que suele ser más crítico con el sistema- en
torno a una serie de demandas a Estados Unidos, como el levantamiento del
embargo económico, la ley de Ajuste Cubano (que favorece la migración
ilegal, de acuerdo a La Habana), las leyes Helms-Burton y Torricelli.
En los últimos diez años, periodo de severa crisis económica,
los cubanos no habían salido a las calles como lo han hecho desde el caso
Elián.
La saga de Elián oxigenó al régimen del que muchos habían
vaticinado su muerte antes del fin de siglo XX, arrastrado por el derrumbe del
Muro de Berlín."!'Qué tontos (los estadounidenses que
retuvieron al niño)! Nos han unido (a los cubanos) para siempre",
dijo en torno al caso el poeta católico Cintio Vitier.
En esta etapa de revitalización personal Castro no midió sus
esfuerzos al punto que el sábado pasado, el líder cubano, de 74 años,
sufrió un leve desafallecimiento que conmocionó a la isla y abrió
interrogantes sobre si el mandatario disminuirá el ritmo de sus febriles
actividades públicas.
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