Intereses
gubernamentales y sentir popular
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad / CubaNet
LA HABANA, septiembre - La escuela para maestros "Salvador Allende"
está siendo remozada. Los encargados de la reparación general, según
el enorme cartel que estaba situado -lo retiraron recientemente- en una de las
entradas de acceso, son trabajadores del Contingente "13 de Marzo".
La obra marchaba como cualquier otra en el país, aunque decían
que era priorizada. De cualquier modo, las clases comenzaron este lunes y no se
terminaron los trabajos de reparación. Sin embargo, hace poco más
de dos semanas se apareció en la escuela Fidel Castro y, desde ese
entonces, se aceleró el ritmo constructivo.
Desde la aparición de Castro en la "Salvador Allende", el
tiempo de trabajo se estiró de sol a sol, empezaron a llegar por todas
partes equipos mecánicos y camiones cargados de materiales, y el policlínico
que atiende a la población de la zona -que radica en el perímetro
de la escuela y estaba casi en ruinas- también comenzaron a repararlo.
Algunas de las calles de la barriada fueron restauradas, los edificios
colindantes con la escuela -algunos de los cuales llevaban más de dos décadas
sin mantenimiento- fueron pintados, y con pintura de excelente calidad, no con
la que suelen pintar de vez en cuando, que se cae con el tercer aguacero de la
temporada o pierde el colorido aceleradamente a los tres días de sol.
Hace unos meses, Castro dijo que en la "Salvador Allende" estudiarían
entre 3,500 y 4 mil alumnos. Este aumento de la población preocupa a los
residentes de la zona, principalmente en lo relacionado con el transporte, pues
en la actualidad la crisis de esos medios es grave y se informó que no
habrá mejoría. Vecinos consultados al respecto coinciden en que
será prácticamente imposible abordar un transporte público
en la región.
Es evidente que el gobernante cubano tiene un interés especial por la
"Salvador Allende", quizás él crea que esa escuela
ayudará a que los habaneros recuperen la vocación de educadores,
en medio de la crisis de maestros que afecta a nuestra sociedad.
Siempre es igual, cada vez que a Castro le interesa un asunto de menor cuantía
los problemas que puedan existir se solucionan de inmediato. Con su intervención,
aparecen los materiales, el personal indicado y el equipamiento técnico
necesarios. Esto es absurdo, porque se supone que cada ministerio tiene a su
ministro, y cada dependencia de Estado, incluyendo las políticas, tienen
sus jefes.
Por supuesto, este procedimiento da la impresión -se desconoce si es
intencional o es que no hay otra manera de hacerlo- de que estamos bajo el mando
de una especie de Rey Midas. No por gusto se habla de ciertas "reservas del
comandante en jefe" que, según se dice, no son otra cosa que todo
tipo de equipos y materiales, únicamente usables por orden expresa y
directa de Castro.
Esto, como se ha podido comprobar hasta la saciedad, puede resolver algunos
problemas calificados de urgentes o priorizados de acuerdo a la valoración
personal del gobernante, pero los graves problemas sociales, económicos y
políticos siguen sin solución, y ni siquiera pueden ser encarados
por el régimen, pues no están dentro de sus valoraciones tácticas
de política de gobierno o de intereses ideológicos.
Poniendo aparte ideología, política, y yendo más al
sentir popular, tenemos que en Santiago de Cuba las autoridades tuvieron que
intervenir para poner fin a cierto estribillo de una conga carnavalesca en cuya
letra se expresaba: "Lo viste tú, y lo vi yo, el perico se desmayó".
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