Madorrio
pide ayuda
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - A casi cuatro meses de abrir este
periodista su correo electrónico "madorrio@islagrande.cu", vale
analizar las experiencias habidas en la operación de ese medio, que para
el periodismo independiente cubano puede significar una nueva posibilidad de
abrir caminos en la Cuba censurada de Fidel Castro.
Hacer público dicho correo, invitar a los lectores a probarle por el
simple método de enviar un mensaje, demostró que por lo pronto no
parecen existir restricciones al uso de ese tipo de buzón, por parte de
la censura isleña. Más bien, los obstáculos que se han
presentado se derivan de lo que ha sido una sorpresa para las autoridades de la
comunicación en Cuba. De inicio, la población habanera mostró
un elevado interés, al punto de que más o menos desde noviembre se
presentaron déficits en la oferta de las tarjetas prepagadas que otorgan
derecho al uso de una dirección electrónica, desde una computadora
instalada en una oficina de correos. Poco importó el elevado precio de
4.50 dólares por derecho a tres horas de tiempo de máquina. La
población, sencillamente, arrambló con las tarjetas. En este
momento, varias oficinas postales ya habilitadas para navegar en la Intranet
cubana no han podido comenzar esas operaciones debido al déficit de
aquellos, informó un funcionario de una de estas oficinas.
Por otro lado, parece haber problemas con las capacidades instaladas. Se
hizo necesario impedir la apertura de nuevas direcciones, debido al interés
mostrado por la población, que literalmente puso "en crisis" al
servidor. Por ahora, según afirmaron funcionarios que entrevisté a
condición de mantener anonimato, se trata de problemas coyunturales en vías
de solución, no ausencia de voluntad gubernamental en la dirección
de abrir los caminos al correo electrónico generalizado, aún
cuando sea a los altos precios ya mencionados.
Madorrio pide ayuda, y explicaré por qué. A los hechos
anteriormente señalados, que hacen del sistema algo engorroso de operar,
más allá de una evidente intención de hacer gastar DOLARES,
se suma en el caso de mi correo electrónico la inclusión de mi
dirección en un verdadero festival de listas de correo. He recibido miles
de mensajes sobre todo lo humano y lo divino. Extrema derecha y extrema
izquierda, y escalones intermedios, han logrado bloquearme las operaciones, al
punto de que estoy invirtiendo las dos terceras partes del tiempo de una tarjeta
en borrar aquellos mensajes de interés no primordial, y me refiero en ese
sentido a los que no tienen que ver con la comunicación directa con
amigos del exterior, o a aquellos que responden a necesidades no sólo de
este periodista, sino a otras relacionadas con el desarrollo concreto del
movimiento de los periodistas independientes cubanos. Por ahora, se hace
imposible mi permanencia en listas de correo, y Madorrio pide que le borren de
todas ellas. El poco tiempo disponible, de acuerdo con los recursos a la mano,
impide emplearlo en participar de las listas electrónicas. Por otro lado,
debido al modus operandi del sistema, no existe medio para encontrar soluciones
alternativas. Recuérdese: el objetivo oficial es recaudar dólares.
Madorrio pide ayuda, y que nadie se sienta ofendido. Por favor, bórrenme
de las listas.
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