¿Un
derecho moral?
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, mayo (www.cubanet.org) - Sólo 17 años de edad tenía
Cándido Roberto Calimano Robaina cuando fue apresado en 1960 por formar
parte de las guerrillas anticomunistas que combatían por las armas al
gobierno de Fidel Castro. Cuatro años más tarde, parece que para
esperar su mayoría de edad, fue juzgado y condenado a veinte años
de prisión, de los cuales cumplió 15 y siete meses.
"Estuve en Isla de Pinos, La Cabaña, El Príncipe, San
Severino y en el hospital de Topes de Collantes cuando fui detenido y acusado de
alzamiento" -recuerda Calimano. En sus antecedentes penales se lee: "El
acusado, en unión de otros procesados, se alzaron en las lomas formando
bandas contrarrevolucionarias en la zona del Escambray con el propósito
de derrocar, por medio de la violencia, los poderes del Estado".
Al rememorar sus años de prisión, Calimano afirma: "El
tratamiento en la cárcel fue espantoso. Tengo varias cicatrices de
heridas de bayonetas, una casi me atravesó el muslo derecho. Esto ocurrió
en el llamado Rastrillo de La Cabaña". El resto de las lesiones se
las infligieron en Isla de Pinos en la época del trabajo forzado.
De la prisión que parece que Calimano guarda más recuerdos es
de isla de Pinos, de donde salió en febrero de 1976. "Allí
vi a varios compañeros apuñaleados por los guardias. A otros los
golpeaban con bates de pelota y con el plan de machete (con una de las caras del
arma). Los tiraban al suelo, los pateaban y prácticamente inconscientes
los tiraban en las celdas. Al poco rato los volvían a sacar y nuevamente
los golpeaban con unos cables trenzados. A veces hasta se orinaban y se
defecaban de tantos golpes. Todo el que estuvo allí sabe lo malos que
fueron con nosotros".
A una pregunta lógica este hombre, que casi pasó todos los años
de su juventud en la cárcel, contestó: "Nunca pudimos
quejarnos. Desde el jefe de la prisión hasta el soldado más
simple, no permitían que nos dirigiéramos a ellos".
¿Cómo fue su vida después que salió de la cárcel?
"Trabajé en la construcción hasta que por problemas en la
columna (vertebral) tuve que retirarme. Como obrero mi vida también fue
complicada porque fui echado de varios lugares por no ser confiable. Incluso,
cuando quise pasar a trabajar como sereno no me aceptaron porque había
sido preso político" -respondió Calimano. Como tantos cubanos
y como miles y miles de ex prisioneros políticos, Calimano ha hecho
gestiones para emigrar como refugiado.
"En el 80, cuando el llamado Puente del Mariel, hice las gestiones con
las autoridades que se ocupaban de este asunto. Me dijeron que me fuera para mi
casa que en menos de 72 horas pasarían a recogerme, pero eso nunca ocurrió".
Más recientemente, en 1999, Calimano le escribió al
Departamento de Refugiados de la Sección de Intereses de Estados Unidos
de América solicitando ser incluido en el plan de refugiados políticos.
Pensaba que en esta ocasión él, su esposa y su hijo sí iban
a tener oportunidad de comenzar una vida nueva. El Departamento de Refugiados
contestó, le envió a Calimano un formulario que éste llenó
y envió de regreso rápidamente. Después lo citaron para la
entrevista preliminar el 24 de mayo de 2001.
"Estuve esperando más de un año por la entrevista, la
cual no duró ni diez minutos. Me hicieron una pregunta que estoy
convencido que fue la que determinó que fueran injustos conmigo, que me
discriminaran. El funcionario preguntó que si conocía a Posada
Carriles, que si estaba de acuerdo con lo que él había hecho, que
si apoyaba lo que él había hecho" -recordó Calimano.
Como se conoce, Posada Carriles ha sido sindicado como terrorista por el
gobierno de Fidel Castro. En la Cumbre Iberoamericana de Panamá, Fidel
Castro lo acusó de estar preparando un atentado contra su vida y desde
entonces está preso en ese país.
"Contesté que yo no era quien para condenar a nadie, que los
conocimientos que tenía sobre esa persona eran los que decían la
prensa oficial del gobierno de Cuba. Y esa prensa nunca me ha ofrecido
confianza. Yo no creo que esa prensa diga verdades. Siempre dice lo malo.
Conozco a personas que ahí (en la prensa) las han acusado y no son así
como dicen en esa prensa" -apuntó el expreso político.
En los primeros párrafos de una carta fechada el 29 de mayo de 2001,
del Departamento de Refugiados denegando la visa a Calimano, se lee: "Su
formulario para acogerse al Programa de Refugiados, los documentos presentados
en esta oficina, así como lo expresado por usted a un funcionario del
Departamento de Refugiados de la Sección de Intereses de los Estados
Unidos, han sido analizados con detenimiento".
"Lamentablemente debemos comunicarle que el funcionario determinó
que usted no reúne los requisitos establecidos por el Servicio de
Inmigración y Naturalización para ser incluido en el Programa de
Refugiados".
Este expreso político, conocedor de que personas que ni siquiera han
estado detenidas en una estación de policía han recibido visa de
refugiados, escribió nuevamente al Departamento de Refugiados, y ésta
es la parte principal de la respuesta: "Hemos leído su solicitud de
septiembre de 2001 recibida el 24 del propio mes y año, aportando datos
sobre su caso de refugiados número CU ... (obvio el número) el
cual fue visto en reciente entrevista efectuada el 24 de mayo de 2001. Su carta
ha sido revisada y las informaciones expresadas en ella han sido reflejadas en
nuestra computadora. Desafortunadamente, usted no ha reunido los requisitos
necesarios para ser procesado de acuerdo a las normas vigentes de nuestro
programa".
La propia carta, firmada por la Coordinadora de Refugiados de la Sección
de Intereses, (el nombre no es legible) trata de darle al señor Calimano
esperanzas de viajar a Estados Unidos a través de los sorteos de visas,
pero eso no es posible, porque ese programa contempla lo siguiente:
"Entre los requisitos exigidos en el momento de incluir su carta en el
Programa Especial para la Inmigración Cubana, para usted ser elegible
debe ser ciudadano cubano residente en Cuba, comprendido entre las edades de 18
a 55 años. Si no reúne estos requisitos, usted no es elegible para
participar en el Tercer Programa Especial aunque le haya sido notificada la
inclusión en el mismo". Calimano tiene 59 años.
Este ex prisionero político reside en una humildísima
vivienda, ubicada a la entrada de una cuartería en Calzada de Luyanó
174-F, entre San José y Pamplona. El contó esta historia con la
esperanza de que se repare, dice, "una injusticia para la cual yo no estaba
mentalmente preparado". Ojalá que así sea. Porque después
de pasar la juventud en la cárcel por luchar por la democracia se tiene
el derecho moral de esperar la ayuda de alguien.
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