El campismo
tampoco
Lázaro Raúl González, CPI
HERRADURA, mayo (www.cubanet.org) - El lunes 6 de mayo se pusieron a la
venta las reservaciones para el campismo popular del próximo verano en
toda la Isla. Pero conseguir una de estas reservaciones no es nada fácil.
En la provincia de Pinar del Río, por ejemplo, los integrantes de una
larga cola organizada con varios meses de antelación acapararon todas las
reservaciones disponibles para los meses de julio y agosto en las nueve bases de
campismo en la provincia.
Estos coleros populares, sin embargo, habrían alcanzado sólo
una cuota del total de las capacidades reales, pues un por ciento considerable
son reservadas a las empresa, instituciones y organizaciones estatales.
En realidad las bases de campismo no tienen nada del otro mundo que ofrecer
al visitante. Las habitaciones no disponen de mucho más que un par de
camas con colchonetas y un baño por lo general sin agua corriente.
En los comedores el menú es anémico y los alimentos suelen ser
pésimamente elaborados. Algunas bases no pueden siquiera asegurar el 100
por ciento de esas magras raciones a los campistas.
En la mayoría de las bases -principalmente en las radicadas en el
litoral- abundan las plagas de moscas, mosquitos, jejenes y todo género
de bichos que ponen a funcionar las uñas y suben los niveles de
irritabilidad hasta grados explosivos.
Las instalaciones recreativas suelen limitarse a una sala de video en las
que se exhiben secuencias de pacotilla con héroes a lo Sylvester Stalone.
También se alquilan implementos deportivos y caballos. Tan desvencijados
los unos como los otros. Ni siquiera la tranquilidad requerida para una feliz
estancia está debidamente garantizada en las bases de campismo. Por
ejemplo, durante una peligrosa trifulca surgida entre campistas en la base
Pajarito (norte de Pinar del Río) el día 23 de marzo pasado,
funcionarios, empleados y custodios, asumieron una actitud de indiferencia. Sólo
la interferencia de la familia de este redactor pudo evitar la muerte de dos jóvenes
que se agredían violentamente con armas perforocortantes.
Por otra parte, las disponibilidades para el campismo no cubren las
necesidades de la población, apenas 80 pequeñas bases en todo el
país, y tampoco es posible disfrutar sanamente los pedacitos más
crudos de la naturaleza cubana, que son los que destinan las autoridades para
los nacionales.
Otros paisajes, Viñales, Soroa, Varadero, Cayo Largo, verdaderos
oasis de modernidad y confort están reservados a los turistas
extranjeros. En esos sitios disfrutan ellos, bacterias del capitalismo. Son los
beneficios con que los privilegia esta fidelo-comunista sociedad, la más
justa del mundo, según sus portavoces.
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