PRENSA INDEPENDIENTE
Agosto 12, 2003

HUMOR
Aló, presidente

LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Endiablado pana, tu conversión ha conmovido al mundo. Quién iba a pensar que de un simple tirador de tiros en golpecitos de estado marrulleros y fracasados saldría un estadista con crucifijo y todo, aunque a veces recuerdes el pasado y sueltes uno que otro balazo conciliador contra quienes dudan de tu estatura de Mesías con alma llanera.

Te la comiste, chamo, y tus títulos de Emperador del Arauca, Mariscal de los Pobres, Libertador de las Gallinas, Gerente del Petróleo, Sacerdote de la Verdad, Caperucita Rojo del Saber, Albacea de lo Ajeno y Gran Inquisidor de las Ideas Desbocadas pronto llegarán, porque tus méritos y poderes crecerán como las aguas del Orinoco por los cauces de una constitución que no admite bogar contra la corriente que tú determines como la más saludable para el pueblo.

Y en cuanto logres equilibrar a partes iguales la repartición de la miseria humanitaria, le des zapatos a los habitantes de los cerros para que los gasten en marchas en tu honor, fusiones los medios de comunicación en uno solo donde aparezcas en todas las emisiones, juntes los partidos políticos a martillazos dentro de una hoz y conviertas la sociedad civil en una suciedad coral, el alma de caballo viejo que domina tu espíritu comenzará a relinchar de pasión por los humildes.

Yo lo venía venir, morocho, pues esa boina roja, ese uniforme de camuflaje, ese rostro con expresión de colegial en fin de curso, esa Carta Magna en una mano y el crucifijo con sabor a cacao cubano en la otra -al que tanto pides y te da- son claras evidencias de tu predestinación para el poder.

Y qué decir de tus obras yo-yo (yo sí puedo, yo sa, yo sé…) repartidas como el maná desde Caracas hasta Barquisimeto, pasando por San Cristóbal, Mérida, Cumaná y tocando puertos en Maracaibo, La Guaira, El Tablazo, entre otros sitios de tu añorada finca de apenas 912,050 kilómetros cuadrados.

Qué desinteresado eres, capataz. Eso de graduar a 100 mil analfabetos venezolanos cada tres meses bajo el fragor de la Misión Robinsón, o el significativo paso hacia el adoctrinamiento sano y comprometido al propiciar que 400 mil bachilleres sin cupo en la educación superior de tu país puedan acceder a las casas de altos estudios, más que un gesto magnánimo es un joropo.

Y ni hablar de la importancia del Plan Corre, Caracas, Corre, que a los cubanos nos recuerda por su nombre simpático a una serie de muñequitos rusos donde el lobo siempre andaba a la caza del conejo, o al personaje de la trilogía de John Updike en su existencialista trajinar en medio del American Way of Life.

Pero donde apretaste, pana, donde le pusiste la tapa al pomo de la clarividencia política fue en los programas Barrio Adentro y el de Atención Médica en tus clínicas privadas de cinco provincias de mi país, al lograr que los profesionales de la salud "que no necesitamos", y las instalaciones sanitarias que ni por asomo conocemos ni conoceremos estén al alcance exclusivo de tus chamos.

Eso sí es internacionalismo proletario y no un acto de desvestir a un santo para vestir a otro, como dicen tus "escuálidos" opositores y nuestros "mercenarios" disidentes.

Eres un huno, chamo, y Atila sufriría de complejos de inferioridad de haberte conocido.

Te portas como un bárbaro -no del ritmo ni cual visigodo u ostrogodo- sino como el del cubaneo, que significa fiera, locuaz, juerguista y trifador, entre otras acepciones callejeras.

Pero basta de tantos elogios merecidos e insuficientes, y vayamos a mi humilde petición.

Resulta, chamo, que después de 30 años de trabajo ininterrumpido en una fábrica de humo contra el mosquito invasor -el Aedes aegypti- aún no me han entregado el bono para comprar el televisor que me gané durante la zafra del 70 -la de los 10 millones que no, por aquello del bloqueo- y todavía tengo un Krim 218 en blanco y negro que le cambié a mi suegra por un carnero, un ventilador que sólo tenía el motor roto y cuatro pollos con moquillo curable.

Y ahora, después de cinco años en la lista de espera de una nueva oportunidad, y cuando era el más seguro aspirante a uno de los tres televisores Panda que llegaron al centro de trabajo para repartir sólo entre 750 militantes, me viene el del sindicato con aquello de que los venezolanos están más necesitados. Y yo, voluntario como el chino, levanté la mano y estuve de acuerdo.

Pero la realidad es que lo necesito, pana, pues no quiero morirme sin ver tu imagen en colores, envuelto en la bandera venezolana o lanzando en un partido de béisbol contra el equipo Cuba, disfrazados de viejos carcamales con barbita y todo. Te prenderé una vela del alto del monte Avila y te ofrezco mi vasta experiencia en las honrosas Brigadas de Respuesta Rápida de mi país para la creación de tus similares bolivarianas.

Por otra parte, y esto es lo más urgente, te pido que incluyas a mi esposa en el plan de recuperación que tienes en el hospital oftalmológico Camilo Cienfuegos, del Vedado, pues a ella le diagnosticaron en el Aimejeiras una uveitis crónica hace cuatro años y le dieron el turno de reconsulta para 2006, y tampoco he podido encontrar la medicina para su enfermedad.

Mándale una visa para Caracas, y que desde allí ella regrese a su país a curarse, en ese puente aéreo humanitario digno de un estadista de tu talla.

Estimado pana, como quien no quiere la cosa y sin ánimo de agobiarlo con mis problemas, si ve a Ignacito -Luis Ignacio Gómez- el ministro de Educación cubano-venezolano, dígale que decenas de niños, entre los que se encuentra mi hija de cinco años, no podrán ingresar al nuevo curso escolar pues aún no existen cupos para los educandos de nuevo ingreso en esta capital, y pregúntele si los uniformes que le dan a las hembritas cada seis años -que de forma inimaginable se les quedan chicos- pueden usarlos como blusas.

Además, si ve a Damo -Damodar Peña-, el ministro de Salud, también, y a honra, cubano-venezolano, recuérdele que ya no hay en existencia jeringuillas desechables para los cuerpos de guardia, no existen antibióticos en los hospitales y farmacias y sólo existe un efímor para cada 165 médicos en Ciudad de La Habana. Esta última cifra es bastante conservadora, pero los revolucionarios no siempre podemos ajustarnos a la verdad.

Pana, no te molesto más, y te exhorto a que demuestres tu bravura aceptando la consulta revocatoria a tu mandato, pues estoy seguro de que los morochos están de acuerdo en que usted no es un simple caballo viejo de la sabana que tiene el tiempo contao, y mucho menos que haya un des-chave si acepta el reto recogido en la constitución bolivariana que habita en sus puños, como una señal de los nuevos tiempos sin oligarcas ni dictadores. ¿Verdad, chamo? cnet/09


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba controla el acceso a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente
.

IMPRIMIR

 



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:

Palabras claves:

CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster