SOCIEDAD
Barbarito
el loco
CIEGO DE ÁVILA, diciembre
(www.cubanet.org) - "Barbarito el loco"
dejó hace años su pueblo natal,
Cunagua (ahora Bolivia), para hospedarse en las
calles de Morón. Viajó más
de 35 kilómetros y nadie recuerda si lo
hizo a pie o en "botella" (auto stop).
Lo que sí recuerdan de él es que,
al parece, fue violado en un carro amarillo, porque
cuando le dicen: "¡Camión!,
¡Carro amarillo!, ¡Vamos pa Cunagua!",
se descontrola y comienza a vociferar, mandando
pa´llá a los jaraneros. En otras
ocasiones sólo implora: "Habla bajito
que hay mujeres aquí".
Barbarito deambula por las calles, no recibe
atención médica especializada, y
cuando se enoja por las injusticias que se cometen
contra él, o no logra ser entendido, pica
su cuerpo. Sus brazos y cuello muestran varias
cicatrices, y más de un centenar de personas
lo han visto cómo atraviesa esas partes
del cuerpo con vidrios o cualquier objeto cortante
que encuentra. No ha muerto porque no le toca
aún.
Hace apenas unas horas merodeaba por uno de esos
bares-cafetería que venden en dólares,
donde casi siempre encuentra un alma caritativa
-incluyendo a residentes en Miami- que le da algo
para que coma o se tome un traguito para "olvidar
las penas".
La gente bromea con él y viceversa. Mas,
cuando se pasa, con un regaño basta. El
es como un niño gigante. Su techo son los
portales, los cines, los bares las 24 horas.
En cierta ocasión no tuvo suerte. Un oficial
de la policía, vestido de civil, se la
cogió con Barbarito, dándole una
golpiza ante decenas de clientes de una cafetería,
quienes, en principio, se quedaron atontados,
pero al ver la prolongación de abuso, intervinieron.
Barbarito lloraba por los dolores y por genio.
Quizás muy pronto vuelva a picar su cuerpo,
quizás por última vez. ¿Quién
pagará las culpas? cnet/17
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