NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
Exigen el reemplazo de la
Constitución cubana
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald.
Reconocidos líderes de la disidencia interna
reclamaron ayer como pilares de una Cuba democrática,
la libertad incondicional del pueblo cubano, el
establecimiento de un Estado de derecho, una inmediata
amnistía de todos los presos políticos
y el reemplazo de la Constitución socialista
vigente en la isla.
En una declaración de 12 puntos entregada
ayer a los medios de prensa, los firmantes aseguran
que la restitución de las libertades y
los derechos fundamentales son la vía para
"poner fin al sistema de opresión
y de virtual apartheid contra los cubanos establecido
bajo el régimen comunista''.
''Declaramos que la Constitución vigente
--ahora en su versión del 2002-- es la
piedra angular del sistema totalitario que aspiramos
a reemplazar pacíficamente'', asegura el
texto suscrito por René Gómez Manzano,
Félix Bonne Carcassés y Elsa Morejón,
esposa del prisionero de conciencia Oscar Elías
Biscet.
Manzano y Bonne firmaron la declaración
como miembros de la ilegal Asamblea para Promover
la Sociedad Civil, que preside la disidente encarcelada
Martha Beatriz Roque. Morejón figura como
representante de la Fundación Lawton de
Derechos Humanos, creada por Biscet.
Los promotores del manifiesto dijeron que la
propuesta queda abierta a todas aquellas personas,
instituciones y organizaciones que deseen apoyarla,
tanto dentro de Cuba como desde el exterior.
''Estamos conscientes de que la situación
interna que vivimos no es la óptima para
recabar adhesiones, pero todo el que desee suscribirlo
será bienvenido'', dijo ayer Gómez
a El Nuevo Herald. "Nos agradaría
mucho el respaldo de nuestros hermanos del exilio''.
El abogado explicó que el texto había
sido elaborado recientemente a partir de una ''declaración
de principios'' de diez puntos que Biscet escribió
en noviembre del 2002, luego de cumplir una condena
de tres años y a escasos días de
ser nuevamente arrestado. Biscet fue condenado
el pasado abril a 25 años de cárcel,
y actualmente se halla en un calabozo soterrado,
sin visitas familiares y obligado a convivir con
un recluso sancionado por asesinato.
''Conocimos la declaración de Biscet,
y los tres firmantes intercambiamos y aportamos
ideas para este texto, que da fe de una disidencia
viva y firme en sus posiciones'', agregó
Gómez, quien cumplió tres años
de prisión por suscribir el documento ''La
patria es de todos'', en 1997.
La publicación del documento forma parte
de los esfuerzos de reorganización de la
disidencia interna luego del golpe represivo que
terminó con la detención y condena
de 75 opositores pacíficos a comienzos
de año.
Gómez admitió que el texto es también
expresión del carácter plural del
movimiento disidente en referencia al frontal
rechazo que contiene a la Constitución
socialista, aprobada en 1976 y reelaborada en
1992 y en el 2002.
Aunque sin hacer mención al Proyecto Varela,
promovido por Oswaldo Payá Sardiñas,
el manifiesto desconoce la Constitución
vigente y reafirma que ''la democratización
real debe comenzar por un cambio sustancial de
las normas constitucionales en vigor'' inspirado
en los principios de la Constitución de
1940.
La iniciativa de Payá, que ha logrado
recoger unas 40,000 firmas dentro de Cuba, aboga
por cambios democráticos a partir de la
actual Constitución.
''Sencillamente no reconocemos esa Constitución;
es nuestro derecho ciudadano'', argumentó
Gómez. "Y quien hace uso de un derecho,
no hace mal a nadie''.
wcancio@herald.com
Afirman que el sistema sobrevivirá
a Castro
Pablo Alfonso, El Nuevo Herald.
Cuando el gobernante cubano Fidel Castro desaparezca
del escenario político, el régimen
imperante en la isla apunta más a una sucesión
del sistema bajo la dirección de su hermano
Raúl, que a una transición inmediata
hacia la democracia, afirmó en Miami el
académico norteamericano Mark Falcoff.
''Podría ser un proceso semejante a lo
que ocurría en la Unión Soviética,
tras la muerte del dirigente de turno'', indicó
Falcoff, durante una conferencia ofrecida anoche
en la Casa Bacardí, del Instituto de Estudios
Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de
Miami.
Falcoff, académico del American Enterprise
Institute, con sede en Washington, es autor de
un reciente libro titulado Cuba: The morning after,
que ha provocado críticas reacciones en
amplios sectores del exilio.
La conferencia, que contó con un panel
de comentaristas integrado por el periodista Adolfo
Rivero Caro y el activista político Luis
Zúñiga, fue auspiciada por Alianza
Democrática, que dirige José Antonio
Font.
Tal como asegura en su libro, Falcoff sostuvo
que el movimiento opositor cubano no es lo suficientemente
fuerte y está muy dividido para considerarse
una alternativa de poder en la isla.
''Están infiltrados, muchos de sus líderes
salen para el exilio en Estados Unidos y, además,
apenas son conocidos dentro de la isla'', afirmó
Falcoff, quien citó como ejemplo el caso
de Oswaldo Payá. Según dijo, Payá
sólo alcanzó notoriedad en la isla
cuando el ex presidente Jimmy Carter se refirió
a él públicamente en su visita a
Cuba el pasado año y elogió el Proyecto
Varela.
Luego de alabar la larga trayectoria de solidaridad
de Falcoff con la causa de la libertad de Cuba,
Rivero hizo varios señalamientos críticos
a su análisis y lamentó la poca
importancia que atribuye en su obra a la oposición
interna, ignorando que el movimiento disidente
cubano ha sido el más importante que haya
existido contra un régimen comunista.
Rivero también criticó lo que calificó
de ''pesimismo'' de Falcoff porque, según
dijo, "considera que lo más probable
para el futuro de Cuba es una dictadura dirigida
por Raúl Castro y seguidores, aunque más
flexible y conciliadora, sobre todo en lo económico''.
''El ejemplo del colapso de los gobiernos comunistas
de la Europa del Este es una posibilidad mucho
más probable'', subrayó Rivero.
Por su parte, Zúñiga expresó
que cualquiera que asuma el poder en Cuba después
de Castro "si no se mueve rápidamente
hacia un sistema democrático, tendrá
que afrontar una crisis más profunda que
la que ahora existe, e incluso el caos''.
Zúñiga dijo que cualquier situación
de cambio político en Cuba tendrá
que contar con la comunidad exiliada y los mecanismos
existentes en Estados Unidos: la Ley Helms-Burton
y el embargo.
''Que nadie dude que el exilio cubano presionará
todo lo que pueda para que el gobierno de Estados
Unidos mantenga una actitud inflexible ante cualquier
intento de imponer el modelo chino en la isla'',
afirmó.
Según Zúñiga, sin una masiva
asistencia de la única fuente disponible,
Estados Unidos, "ningún gobierno en
Cuba será capaz de progresar, ni siquiera
mantener su gobernabilidad''.
palfonso@herald.com
La Habana rechaza declaraciones de vicecanciller
Efe, LA HABANA.
El gobierno cubano descalificó ayer unas
declaraciones del vicecanciller Angel Dalmau sobre
las compras de alimentos y productos agrícolas
que hace la isla a empresas de Estados Unidos.
El funcionario dijo que dichas compras tienen
un fin político.
''Deseamos aclarar que este funcionario, aunque
actuó de buena fe, no está autorizado
para hacer declaraciones de este tipo sobre el
tema en cuestión'', señala una nota
oficial publicada ayer en la portada del periódico
oficial Granma.
La nota agrega que las declaraciones de Dalmau,
''además, no interpretan correctamente
los objetivos del gobierno de Cuba en la compra
en Estados Unidos de una parte de los alimentos
que necesitaba nuestro país, a partir de
los grandes daños ocasionados por el huracán
Michelle'' a su paso por la isla en el 2001.
El viceministro cubano declaró el pasado
viernes que "en este momento cada compra
de alimentos que realizamos en EEUU tiene un contenido
político con el objetivo de derrocar el
bloqueo norteamericano''.
La nota oficial aclara que esas compras se realizaron
"en virtud de una ley llena de limitaciones
y restricciones aprobada por el Congreso de Estados
Unidos en años recientes tras vencer enormes
obstáculos''.
"El objetivo de nuestra política
--recalca--, más allá del cese de
un bloqueo cruel y absurdo que dura ya casi medio
siglo y al cual se opone la inmensa mayoría
de los países del mundo, es el establecimiento
de relaciones tanto económicas como científicas
y culturales mutuamente convenientes para ambos
pueblos''.
Asimismo, afirma que estas compras "en realidad
surgieron de una situación imprevista y
ante una posibilidad limitada y precaria''.
En diciembre del 2001, el gobierno norteamericano
autorizó a empresas de Estados Unidos vender
alimentos y productos agrícolas a Cuba,
por primera vez tras cuarenta años de embargo
económico de Washington contra la isla.
Esas operaciones comerciales sólo contemplan
la venta de productos alimenticios a Cuba con
pagos en efectivo y sin derecho a crédito,
y el traslado de las mercancías no puede
realizarse mediante la flota mercante de la isla.
La empresa cubana importadora de alimentos Alimport,
encargada de esas transacciones, indicó
recientemente que de no existir las restricciones
comerciales, Estados Unidos podría convertirse
en el segundo o tercer proveedor de arroz de la
isla.
De acuerdo con cifras de Alimport, desde finales
del 2001 las compras de arroz sobrepasan las 200,000
toneladas.
Desde que comenzaron las ventas, según
dijo el presidente de la compañía
importadora cubana, Pedro Alvarez, se han contratado
compras a empresas estadounidenses por un monto
de $554 millones.
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