PRENSA INTERNACIONAL
Noviembre 25, 2003

NOTICIAS DE CUBA
El Nuevo Herald

Exigen el reemplazo de la Constitución cubana

Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo Herald.

Reconocidos líderes de la disidencia interna reclamaron ayer como pilares de una Cuba democrática, la libertad incondicional del pueblo cubano, el establecimiento de un Estado de derecho, una inmediata amnistía de todos los presos políticos y el reemplazo de la Constitución socialista vigente en la isla.

En una declaración de 12 puntos entregada ayer a los medios de prensa, los firmantes aseguran que la restitución de las libertades y los derechos fundamentales son la vía para "poner fin al sistema de opresión y de virtual apartheid contra los cubanos establecido bajo el régimen comunista''.

''Declaramos que la Constitución vigente --ahora en su versión del 2002-- es la piedra angular del sistema totalitario que aspiramos a reemplazar pacíficamente'', asegura el texto suscrito por René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcassés y Elsa Morejón, esposa del prisionero de conciencia Oscar Elías Biscet.

Manzano y Bonne firmaron la declaración como miembros de la ilegal Asamblea para Promover la Sociedad Civil, que preside la disidente encarcelada Martha Beatriz Roque. Morejón figura como representante de la Fundación Lawton de Derechos Humanos, creada por Biscet.

Los promotores del manifiesto dijeron que la propuesta queda abierta a todas aquellas personas, instituciones y organizaciones que deseen apoyarla, tanto dentro de Cuba como desde el exterior.

''Estamos conscientes de que la situación interna que vivimos no es la óptima para recabar adhesiones, pero todo el que desee suscribirlo será bienvenido'', dijo ayer Gómez a El Nuevo Herald. "Nos agradaría mucho el respaldo de nuestros hermanos del exilio''.

El abogado explicó que el texto había sido elaborado recientemente a partir de una ''declaración de principios'' de diez puntos que Biscet escribió en noviembre del 2002, luego de cumplir una condena de tres años y a escasos días de ser nuevamente arrestado. Biscet fue condenado el pasado abril a 25 años de cárcel, y actualmente se halla en un calabozo soterrado, sin visitas familiares y obligado a convivir con un recluso sancionado por asesinato.

''Conocimos la declaración de Biscet, y los tres firmantes intercambiamos y aportamos ideas para este texto, que da fe de una disidencia viva y firme en sus posiciones'', agregó Gómez, quien cumplió tres años de prisión por suscribir el documento ''La patria es de todos'', en 1997.

La publicación del documento forma parte de los esfuerzos de reorganización de la disidencia interna luego del golpe represivo que terminó con la detención y condena de 75 opositores pacíficos a comienzos de año.

Gómez admitió que el texto es también expresión del carácter plural del movimiento disidente en referencia al frontal rechazo que contiene a la Constitución socialista, aprobada en 1976 y reelaborada en 1992 y en el 2002.

Aunque sin hacer mención al Proyecto Varela, promovido por Oswaldo Payá Sardiñas, el manifiesto desconoce la Constitución vigente y reafirma que ''la democratización real debe comenzar por un cambio sustancial de las normas constitucionales en vigor'' inspirado en los principios de la Constitución de 1940.

La iniciativa de Payá, que ha logrado recoger unas 40,000 firmas dentro de Cuba, aboga por cambios democráticos a partir de la actual Constitución.

''Sencillamente no reconocemos esa Constitución; es nuestro derecho ciudadano'', argumentó Gómez. "Y quien hace uso de un derecho, no hace mal a nadie''.

wcancio@herald.com

Afirman que el sistema sobrevivirá a Castro

Pablo Alfonso, El Nuevo Herald.

Cuando el gobernante cubano Fidel Castro desaparezca del escenario político, el régimen imperante en la isla apunta más a una sucesión del sistema bajo la dirección de su hermano Raúl, que a una transición inmediata hacia la democracia, afirmó en Miami el académico norteamericano Mark Falcoff.

''Podría ser un proceso semejante a lo que ocurría en la Unión Soviética, tras la muerte del dirigente de turno'', indicó Falcoff, durante una conferencia ofrecida anoche en la Casa Bacardí, del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.

Falcoff, académico del American Enterprise Institute, con sede en Washington, es autor de un reciente libro titulado Cuba: The morning after, que ha provocado críticas reacciones en amplios sectores del exilio.

La conferencia, que contó con un panel de comentaristas integrado por el periodista Adolfo Rivero Caro y el activista político Luis Zúñiga, fue auspiciada por Alianza Democrática, que dirige José Antonio Font.

Tal como asegura en su libro, Falcoff sostuvo que el movimiento opositor cubano no es lo suficientemente fuerte y está muy dividido para considerarse una alternativa de poder en la isla.

''Están infiltrados, muchos de sus líderes salen para el exilio en Estados Unidos y, además, apenas son conocidos dentro de la isla'', afirmó Falcoff, quien citó como ejemplo el caso de Oswaldo Payá. Según dijo, Payá sólo alcanzó notoriedad en la isla cuando el ex presidente Jimmy Carter se refirió a él públicamente en su visita a Cuba el pasado año y elogió el Proyecto Varela.

Luego de alabar la larga trayectoria de solidaridad de Falcoff con la causa de la libertad de Cuba, Rivero hizo varios señalamientos críticos a su análisis y lamentó la poca importancia que atribuye en su obra a la oposición interna, ignorando que el movimiento disidente cubano ha sido el más importante que haya existido contra un régimen comunista.

Rivero también criticó lo que calificó de ''pesimismo'' de Falcoff porque, según dijo, "considera que lo más probable para el futuro de Cuba es una dictadura dirigida por Raúl Castro y seguidores, aunque más flexible y conciliadora, sobre todo en lo económico''.

''El ejemplo del colapso de los gobiernos comunistas de la Europa del Este es una posibilidad mucho más probable'', subrayó Rivero.

Por su parte, Zúñiga expresó que cualquiera que asuma el poder en Cuba después de Castro "si no se mueve rápidamente hacia un sistema democrático, tendrá que afrontar una crisis más profunda que la que ahora existe, e incluso el caos''.

Zúñiga dijo que cualquier situación de cambio político en Cuba tendrá que contar con la comunidad exiliada y los mecanismos existentes en Estados Unidos: la Ley Helms-Burton y el embargo.

''Que nadie dude que el exilio cubano presionará todo lo que pueda para que el gobierno de Estados Unidos mantenga una actitud inflexible ante cualquier intento de imponer el modelo chino en la isla'', afirmó.

Según Zúñiga, sin una masiva asistencia de la única fuente disponible, Estados Unidos, "ningún gobierno en Cuba será capaz de progresar, ni siquiera mantener su gobernabilidad''.

palfonso@herald.com

La Habana rechaza declaraciones de vicecanciller

Efe, LA HABANA.

El gobierno cubano descalificó ayer unas declaraciones del vicecanciller Angel Dalmau sobre las compras de alimentos y productos agrícolas que hace la isla a empresas de Estados Unidos. El funcionario dijo que dichas compras tienen un fin político.

''Deseamos aclarar que este funcionario, aunque actuó de buena fe, no está autorizado para hacer declaraciones de este tipo sobre el tema en cuestión'', señala una nota oficial publicada ayer en la portada del periódico oficial Granma.

La nota agrega que las declaraciones de Dalmau, ''además, no interpretan correctamente los objetivos del gobierno de Cuba en la compra en Estados Unidos de una parte de los alimentos que necesitaba nuestro país, a partir de los grandes daños ocasionados por el huracán Michelle'' a su paso por la isla en el 2001.

El viceministro cubano declaró el pasado viernes que "en este momento cada compra de alimentos que realizamos en EEUU tiene un contenido político con el objetivo de derrocar el bloqueo norteamericano''.

La nota oficial aclara que esas compras se realizaron "en virtud de una ley llena de limitaciones y restricciones aprobada por el Congreso de Estados Unidos en años recientes tras vencer enormes obstáculos''.

"El objetivo de nuestra política --recalca--, más allá del cese de un bloqueo cruel y absurdo que dura ya casi medio siglo y al cual se opone la inmensa mayoría de los países del mundo, es el establecimiento de relaciones tanto económicas como científicas y culturales mutuamente convenientes para ambos pueblos''.

Asimismo, afirma que estas compras "en realidad surgieron de una situación imprevista y ante una posibilidad limitada y precaria''.

En diciembre del 2001, el gobierno norteamericano autorizó a empresas de Estados Unidos vender alimentos y productos agrícolas a Cuba, por primera vez tras cuarenta años de embargo económico de Washington contra la isla.

Esas operaciones comerciales sólo contemplan la venta de productos alimenticios a Cuba con pagos en efectivo y sin derecho a crédito, y el traslado de las mercancías no puede realizarse mediante la flota mercante de la isla.

La empresa cubana importadora de alimentos Alimport, encargada de esas transacciones, indicó recientemente que de no existir las restricciones comerciales, Estados Unidos podría convertirse en el segundo o tercer proveedor de arroz de la isla.

De acuerdo con cifras de Alimport, desde finales del 2001 las compras de arroz sobrepasan las 200,000 toneladas.

Desde que comenzaron las ventas, según dijo el presidente de la compañía importadora cubana, Pedro Alvarez, se han contratado compras a empresas estadounidenses por un monto de $554 millones.


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