ECONOMIA
Los
huevos: necesidad y negocio
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org)
- Mi abuelita, poseedora de un viejo y sabio refranero
popular decía: "Arroz con huevos y
plátano maduro frito es almuerzo de p..."
Sin despreciar el oficio más viejo del
mundo, y visto desde el punto de vista culinario,
la economía y rapidez de ese menú
bien puede constituir el antecedente más
directo aquí en Cuba de lo que hoy se conoce
como "fast food", con la ventaja de
ser una comida sana y nutritiva.
La realidad es que el huevo se ha convertido
hoy en parte muy importante del menú popular
cubano. Por su elevado valor nutricional, la rapidez
de su elaboración y su costo es un alimento
de alta demanda y amplio consumo. En los años
ochenta se publicó un folleto con cien
recetas para preparar huevos. Se decía
que había que levantarle un monumento junto
al chícharo como los alimentos que impidieron
que este pueblo muriera de hambre.
Ya en época tan temprana como 1963 dejó
de estar racionado. Como cosa curiosa de la época,
se vendían en cajitas con una docena que
costaba entonces un peso. Su producción
centró la atención del señor
presidente en esos momentos, y confiado en que
las gallinas de entonces cumplirían con
el plan trazado, declaró que si no se alcanzaba
la meta, no hablaría más en público.
Las gallinas, seres irracionales, cumplieron y
hasta hoy no ha dejado de hablar kilométricamente,
como las gallinas cacarean cuando ponen sus posturas.
Año tras año, la producción
se incrementó y llegó a ser de las
mejores de América Latina. En 1985 se logró
la mejor: más de 2,500 millones de unidades,
con un promedio anual de 49 huevos por gallina,
un récord para la época.
Con la caída del Muro de Berlín
y el desplome del socialismo real, la producción
avícola comenzó un abrupto descenso
al perder sus tradicionales suministradores de
pienso, medicamentos y tecnología, necesarios
para mantener la millonaria producción,
que cayó más de un 50 % de lo alcanzado
en 1989.
Este alimento volvió a ser racionado,
en un principio a 12 unidades por consumidor cada
dos semanas; después bajó a 10 y
ahora se encuentra en la cifra de 8 huevos cada
quince días por cada cubano. Como es lógico,
el producto pasó al mercado negro, y en
la actualidad su precio se ha establecido en 2
pesos por unidad. Hace dos años, el estado
inició su venta en el llamado "mercado
paralelo" a un precio de 1.20 pesos cada
uno. Volaron de las tiendas. Se tomó el
precio del mercado negro y hoy se pueden adquirir
sin grandes dificultades.
Según las estadísticas oficiales,
la producción se ha incrementado en los
últimos años, aunque reconocen que
no satisface la necesidad nacional. A bombo y
platillo anuncian un incremento con mejores índices
económicos, pero ese análisis se
realizará en otro trabajo, bien lo amerita.
Pero lo que llama la atención es que, después
de más de cuatro décadas, Cuba vuelve
a importar huevos de su antiguo mercado suministrador,
Estados Unidos.
La operación se realizó gracias
a la autorización del Congreso norteamericano
para la venta de productos agropecuarios a Cuba
con un pago al contado. La firma Radlo Foods,
de Massachusetts, acordó suministrar 30
millones de unidades por 1 millón 200 mil
dólares.
Si comparamos la cifra adquirida con la producción
del país estimada, vemos que es una cantidad
muy pequeña. Pero esos huevos americanos
son los que se están vendiendo a 2 pesos
en el mercado paralelo, y que vienen a constituir
la satisfacción de las necesidades de la
población.
El costo de cada huevo es de 4 centavos de dólar
y se venden en la red recaudadora de divisas a
12 centavos, es decir, con un 300 % de recargo.
Y en el mercado en moneda nacional, 2 pesos la
unidad. Con un dólar el estado compra 25
huevos, que representan 50 pesos, vendidos a 2
pesos cada uno. Con el dólar al cambio
de 26 pesos cubanos, significa una ganancia de
92 centavos por cada dólar invertido. ¡Tremendo
negocio!
La operación es un verdadero balón
de oxígeno a las finanzas del gobierno,
que lucha por mantener un equilibrio financiero
que permita evitar la devaluación del peso
frente al dólar y con ello trastocar las
economías domésticas ya muy maltrechas
del cubano común. Se amplía el surtido
en proteína animal al pueblo y se recauda
circulante.
Como ocurrió hace cuarenta años,
las gallinas acuden en auxilio del comandante.
cnet/27
|