RELIGION
Virgen
Mambisa, seamos hermanos
LA HABANA, septiembre (Miriam Leiva
/ www.cubanet.org) - Al frente la inmensa bandera
cubana guiaba nuestros pasos hacia el futuro de
la Patria. A nuestras espaldas, majestuosa, se
levantaba la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona
de Cuba.
Esa tarde calurosa del 8 de septiembre, el pueblo
humilde del barrio de Centro Habana se fundía
con personas de todos los estratos sociales, llegadas
desde lejos, para deslizarse en procesión
a lo largo de muchas cuadras.
Se daban vivas a la Virgen. Pronto se cantaba
"Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa
seamos hermanos". Yo pensaba entonces en
esos patriotas de hoy; nuestros 74 esposos y amigos;
una mujer, hoy prisioneros de conciencia, enclaustrados
en diminutas celdas, bajo condiciones infrahumanas,
crueles y degradantes. La emoción me ahogaba.
Cuando llegué temprano a la Iglesia de
la Calle Salud, apenas se podía caminar.
Busqué a mis compañeras de infortunio.
No las encontré entre tantos. Salí
a la calle. Por fin divisé a Laura Pollán,
esposa de Maseda.
Nos unimos y logramos llegar hasta la bandera.
Vi a Julita, la feligresa y amiga, esposa de Adolfo
González Saínz, sujetando la bandera
en el centro del triángulo. Irrumpí
en la multitud, arrastrando a Laura, y nos situamos
detrás de Julita. Se incorporaron varias
madres y esposas de prisioneros políticos
que nos fueron viendo. Rompimos toda la organización
y quizás los agentes de la Seguridad del
Estado y las autoridades cubanas piensen que nuestra
presencia allí fue premeditada. Nada más
lejano a la realidad.
Alguien me preguntó si consideraba que
la Iglesia Católica de Cuba nos estaba
apoyando lo suficiente, o si se encontraba a la
altura de la situación actual. No dudé
en contestar que hemos sentido la solidaridad
y la comprensión desde la cúpula
hasta los sacerdotes, monjas y laicos en toda
la Isla.
En ese momento no tenía idea de que al
día siguiente, la Conferencia de Obispos
Católicos de Cuba publicaría "La
Instrucción Teológico-Pastoral La
Presencia Social de la Iglesia", profundo
y valiente documento en el cual todos los cubanos
nos vemos reflejados.
Los análisis, criterios y propuestas para
que "se dé internamente en nuestro
pueblo una apertura que propicie el ejercicio
y respeto de los derechos integrales del Hombre",
el mensaje de reconciliación, y el amor
a la Patria, proponen caminos a todos los cubanos
a fin de erradicar "la falta de esperanza,
los agobios diarios para la subsistencia y el
creciente deseo de emigrar" y, fundamentalmente,
sobreponerse al miedo para pacíficamente
contribuir a sacar a Cuba de la crisis política,
económica y social que la consume.
De alguna forma se conocerá en las mazmorras:
"Nos preocupa de modo particular el encarcelamiento
y las altas condenas impuestas a un número
considerable de opositores políticos, así
como la aplicación de varias penas de muerte
en juicios sumarios. Nos ha impresionado la tristeza
manifestada por el Papa ante esas acciones que,
de momento, han cerrado el camino a la libertad
de expresión y a la comprensión
entre los cubanos".
"Los Obispos de Cuba constatamos los sentimientos
del Santo Padre y haciendo nuestras sus palabras,
pedimos de nuevo a las más altas autoridades
del país un gesto de clemencia hacia estas
personas que están en la cárcel,
sobre todo considerando humanitariamente sus condiciones
de edad, estado de salud y sexo, que exigen una
atención especial, y para todos ellos un
acercamiento a sus lugares de residencia y mejores
condiciones carcelarias".
Conmovidos, reconocidos y agradecidos se han
de sentir todos ellos, practiquen la religión
que fuere, incluso los ateos, porque la Presencia
Social de la Iglesia Católica de Cuba nos
acompaña en este momento histórico
trascendental de la Patria.
|