POLITICA
Las nostalgias de Sastre
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Los
nostálgicos empedernidos suelen hacer el
ridículo. Peor aún, siguen aferrados
a la más rancia y extrema izquierda, y
se abrazan, bajo el sol del Caribe, al cuello
de los dinosaurios.
El dramaturgo y ensayista español Alfonso
Sastre vino a carenar a la mayor de las Antillas,
a ahogar sus penas en el mar de felicidad de los
cubanos, que dijera Hugo Chávez, otro que
bien baila.
Sastre denunció -nada menos que en Cuba-
los atentados contra la libertad de expresión
en España en los últimos tiempos.
Algo así como nombrar la soga en casa del
ahorcado.
Según el teatrista hispano y su puñado
de acompañantes en el safari a la utopía
caribeña, Aznar ha retrotraído España
a los tiempos del franquismo. No debe de ser buena
su memoria.
Claro, él no fue condenado, sólo
por escribir, por los tribunales franquistas,
a 20 años de prisión, como lo han
sido los poetas Raúl Rivero y Manuel Vázquez
Portal por el mismo régimen que él
idealiza y afirma que es víctima de una
conjura mediática internacional.
"La producción teatral es más
costosa ahora que en la dictadura de Franco",
se quejó Sastre.
Una pierna de jamón y una botella de vino
también son más caras ahora y no
por eso deja la democracia de ser infinitamente
mejor. Que nos pregunten a los cubanos, que no
tenemos lo uno ni lo otro.
¡A lo que lleva la nostalgia! Sastre nos
convence que, después de todo, los tiempos
del falangismo fascista no fueron tan malos. Que
no es tanta la diferencia entre la España
del Generalísimo y la Cuba del Comandante
en Jefe. Y si ésta es un paraíso...
¡Allá los aguafiestas de Serrat,
Ana Belén, Víctor Manuel, Joaquín
Sabina, Almodóvar y Fernando Trueba, que
osan criticar a la monarquía absolutista
de La Habana por algunos negros fusilados! ¡Poco
sentimentales que son!
Sastre y compañía son la otra España.
La que alguna vez gritó: ¡Vivan las
cadenas! ¡Vamos, hombre, que el estado natural
de los humanos es vivir bajo una dictadura! Claro,
estalinista mejor, y si es con un toque latino...
¡la gloria! cnet/50
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