PRENSA INTERNACIONAL
Agosto 2, 2004
 

Los protagonistas recuerdan su odisea

Por María Travierso, y Madeline Baró Diaz El Sentinel. 31 de julio, 2004. HolaHoy.com

Noel Martínez supo cuando vio a Fidel Castro por la televisión, en agosto de 1994, que le había llegado el momento de irse. Tomó de la mano a su esposa Yuraima y juntos, frente a la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre que tenían en una esquina de la sala de su casa, rezaron pidiéndole suerte y fortaleza para emprender la travesía.

Sería la cuarta ocasión en que Martínez, oriundo de Pinar del Río y médico pediatra, intentaría llegar a Miami en balsa. En uno de esos intentos falleció su hermano y el último lo condujo a la cárcel por seis meses, luego de ser arrestado cuando intentaba llegar a mar abierto.

En los anteriores intentos no se había atrevido a llevar consigo a Yuraima y muchos menos Miguel, su hijo de 6 años. "Pero Fidel decía que nos fuéramos, que no nos iban a detener, y así fue".

Martínez formó parte de los 35,000 balseros cubanos que salieron ese año de la isla en lo que considera ha sido el segundo gran éxodo por mar y a partir del cual cambió la política de Estados Unidos hacia estos inmigrantes cubanos. El primero fue el Mariel en 1980, que trajo 125,000 refugiados cubanos a sur de la Florida.

Precisamente esta semana se conmemora el décimo aniversario de lo que se llamó la crisis de los balseros, que originó cambios profundos en la política de Estados Unidos hacia los refugiados cubanos.

Para poner fin a la crisis y que se impidiese la salida de otros miles más de Cuba, el gobierno del presidente Bill Clinton ordenó, por primera vez en tres décadas, que los balseros interceptados en el mar fueran llevados a la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba. También su gobierno llegó a acuerdos especiales con el régimen de la Habana, entre los que se instituyó la política llamada "pies secos, pies mojados".

Según esta ley, quienes son detenidos en alta mar por los guardacostas norteamericanos se les entrevista y son repatriados si no tienen causa real, o miedo de persecución. Si pueden convencer a las autoridades de que sus vidas corren peligro son enviados a Guantánamo, desde donde deben esperar que un tercer país les brinde refugio.

"Se les dejó de llamar exiliados o refugiados para convertirse en inmigrantes económicos y por lo tanto sujetos a las mismas leyes que los de otros países", dijo Richard Nuccio, quien se desempeñó como consejero especial sobre asuntos de Cuba en el gobierno de Clinton.

La familia Martínez cayó bajo esta nueva clasificación. En agosto de 1994 la familia se montó en una balsa casera hecha con restos de otras embarcaciones y neumáticos de camión y con dos amigos más partieron rumbo a Miami.

No llegaron sino un año y medio después tras permanecer en el campamento de Guantánamo, a donde fueron llevados por los guardacostas norteamericanos.

Martínez vive ahora North Miami Beach, es asistente de enfermería y estudia para certificarse como enfermero. Considera que a sus 38 años y con la responsabilidad de velar por una familia que creció -- tiene dos hijos más de 3 y 2 años que nacieron en Estados Unidos -- le es muy difícil completar los requisitos para certificarse como médico.

"Pero no me quejo, somos libres y estamos mejor aquí que en Cuba", afirma Martínez, que no ha regresado a la isla desde que salió en 1994.

Para muchos otros las nuevas medidas inmigratorias hacia Cuba, que surgieron a raíz de la crisis de balseros, hicieron incoherente la política de inmigración norteamericana, ya que las autoridades califican como inmigrantes económicos a los que intercepta en alta mar, y a los que ponen un pie en tierra los trata como los refugiados políticos.

"Es una posición insostenible, con muchas contradicciones y dobles patrones", dijo Damián Fernández, director del Instituto de la Investigación Cubana de la Universidad Internacional de la Florida.

Algunos críticos también dicen que las condiciones en un buque guardacostas no son adecuadas para que los cubanos puedan cómodamente pedir asilo político.

Además se han producido cambios en la forma como los cubanos llegan a Miami, proliferando el contrabando de personas en lanchas rápidas que cobran hasta $10,000 por pasajero en el viaje entre Cuba y Miami

La crisis de balseros de 1994 representó además, según expertos en el tema, un cambio en la forma de pensamiento en la comunidad cubanoamericana porque los recién llegados, jóvenes en su mayoría nacidos y criados en la revolución cubana, son más liberales y piensan diferente de los que llegaron en las décadas de los 60 o del Mariel, en los 80.

Muchos de los llegados en 1994 son también quienes más viajan a Cuba de vacaciones o a ver a sus familiares, y son además los que envían más dinero porque para ellos su salida de la isla fue mayormente por razones económicas.

Para este grupo, las nuevas medidas impuestas por el gobierno de George W. Bush a partir del 1de julio de este año, que les impide viajar frecuentemente a Cuba y enviar todo el dinero y paquetes que quisieran, no les agradan. "Pasará mucho tiempo antes de que pueda ver a mi madre otra vez y no sé si alcanzaré a llegar antes que mi abuela, que tiene 95 años", dijo Fabricio Gil, añadiendo que, al no haber viajado recientemente a Cuba, deberá esperar hasta el 2007 para hacerlo de nuevo. Gil fue uno de los que llegó en el éxodo del 94.

Algunos están orgullosos de haber llegado en este éxodo. Jorge del Río, un analista especializado en temas de ecología, es uno de ellos.

"Fuimos parte de la historia de algo importante que pasó con la gente de Cuba ese mes de agosto de 1994", recordó del Río, desde su casa en South Miami.

Para otros, la bienvenida y la adaptación fue difícil y sobre todo, el que se les calificara despectivamente de balseros.

"Yo soy balsero porque no tuve otra alternativa, pero un balsero cubano puede lo mismo ser un doctor, ingeniero, un trabajador o un delincuente", explica Domingo Perrera, escritor y dueño de un negocio de losas en el sur de Florida que salió de Cuba en agosto de 1994. "La forma como llegamos nada tiene que ver con quienes somos".

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