PRENSA INTERNACIONAL
Enero 5, 2004

Respuesta al 'diálogo nacional' de Payá

Ernesto F. Betancourt. El Nuevo Herald, 4 de enero de 2004.

He visto con sorpresa que Oswaldo Payá ha lanzado un ''diálogo nacional'' cuando todavía no ha habido una definición respecto a su Proyecto Varela. Me parece que lo que se propone en el diálogo nacional merece atención. Es más, considero que sería preferible ir de lleno a ese diálogo en vez de subordinarlo al Proyecto Varela, como se indica en la propuesta.

En el texto se recogen muchos puntos, esencialmente de tipo legal, que reflejan una labor seria y bien pensada. Como el documento se plantea como una iniciativa para estimular sugerencias, no creo deba ser rechazado de frente si hay puntos con los que no estamos de acuerdo o que han sido omitidos, sino indicar aquellos puntos en que nos parece que deben tomarse en cuenta aspectos adicionales.

El primer punto es que en el diálogo nacional se plantea la revocación de la actual constitución, lo que le hace bien diferente del Proyecto Varela. Una de las objeciones al Proyecto Varela era precisamente que su aceptación llevaba implícita la legitimación de la actual constitución. Creo que ir a un documento transitorio nuevo eliminaría esas objeciones y tal vez facilitaría lograr un consenso de toda la oposición y disidencia. Por eso es que considero preferible avanzar con el diálogo y no condicionarlo al Proyecto Varela.

El segundo punto es que el documento está muy orientado a la situación política interna y no ofrece respuesta alguna a muchos problemas contemporáneos que tendrá que encarar el gobierno de transición. Ni los esfuerzos por levantar el embargo estadounidense, ni reabrir el diálogo con la Unión Europea, ni con el sistema interamericano, así como con los organismos financieros internacionales reciben la atención que merecen. Sin embargo, tan pronto se produzca la inauguración del gobierno de transición habrá una situación de emergencia económica que éste tendrá que encarar para lograr legitimar ante la ciudadanía y el mundo su gestión.

Tercero, el mantenimiento del orden interno con apego al respeto de los derechos humanos y el imperio de la ley es el espíritu de los planteamientos que se hacen en el documento propuesto. Sin embargo, Cuba depende hoy en día del turismo para obtener los ingresos en moneda dura, una industria que requiere el mantenimiento del orden como requisito básico para atraer a los visitantes. En esas condiciones, el plantear la disolución de las agencias relacionadas con la seguridad interna puede ser atractivo para ganar simpatías en una opinión pública harta de la represión castrista, pero no es realista en términos prácticos, ya que pudiera crearse un vacío de orden que ocasionaría una situación caótica, como se produjo en Irak al disolverse el ejército y la policía a la caída de Saddam. Hacen falta planteamientos que tomen en cuenta la totalidad de las necesidades del país.

Cuarto, el ofrecer una amnistía por igual a víctimas y victimarios me parece una solución salomónica, pero que será fuertemente objetada. A los que mantienen en el poder un régimen basado en el matonismo hay que hacerles ver que lo que hacen tiene sanción. Prefiero una fórmula en que se recompense y aliente a quienes dentro del aparato represivo rompan con el régimen y no se garantice impunidad a los represores hasta el final.

No veo que se proponga participación alguna a la diáspora cubana en la etapa preparatoria a la transición, aunque en los planteamientos que se hacen se toma en consideración a dicha comunidad. Eso ya ha originado fuertes reacciones de rechazo a la propuesta. Creo que se debe ser realista y tomar en consideración que uno de los cambios irreversibles de la sociedad cubana en materia demográfica a resultas de la revolución es que, como en el caso de España, Italia, Inglaterra, China y otros, la existencia de una presencia apreciable de ciudadanos cubanos viviendo fuera del territorio nacional será un factor permanente en la Cuba del futuro. Esa comunidad de cubanos de ultramar posiblemente sea la mayor fuente de apoyo externo para la reconstrucción de Cuba. Obviamente, el planteamiento hecho hasta ahora en el diálogo nacional no es suficiente.

Creo que una respuesta efectiva de la comunidad cubana del exilio, o de ultramar, como prefiero llamarla, sería el constituir una comisión paralela para discutir el documento y hacer sus observaciones. Así, ampliaríamos el diálogo nacional con las sugerencias y perspectivas que pueden aportar los de fuera.

Documento:
Programa transitorio


IMPRIMIR



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:

Palabras claves:

CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster