OLA
REPRESIVA
Reflexiones de un
reo de conciencia soterrado
LA HABANA, enero (www.cubanet.org)
- El preso político y de conciencia Dr.
Oscar Elías Biscet González envió
clandestinamente desde la prisión Kilo
8 de Pinar del Río, una epístola
fechada el 26 de diciembre de 2003, cuyo contenido,
por sus reflexiones trascendentales, pasará
a la historia de la patria cubana, en su lucha
por restaurar la paz, la justicia y la verdadera
libertad de sus ciudadanos.
En la parte superior derecha de la misiva, el
Dr. Biscet escribió la fecha, la hora (3.20
PM), el lugar, número de la celda (especificando
sus condiciones), calabozo 3, sin luz ni agua.
En la parte superior izquierda escribió:
Feliz año nuevo, y más abajo este
exergo:
"Entonces, si me llamas, yo te responderé.
Si gritas pidiendo ayuda
Yo te diré: aquí estoy.
Jehová de los Ejércitos"
Los primeros párrafos del histórico
documento describen la resistencia no violenta
del Dr. Biscet, junto a otros presos, contra la
imposición violenta de ciertas medidas
arbitrarias de los carceleros.
"...dieron la orden de ponernos de pie a
la fuerza... entonces tuvimos que aplicar ante
la injusta medida la resistencia no violenta;
yo, junto a otros presos, nos sentábamos
en el suelo con los brazos cruzados sobre el pecho
y las piernas recogidas y cruzadas como un fakir.
Los militares aplicaban la fuerza para ponernos
de pie y nos levantaban, y después nos
soltaban y quedábamos sentados en el piso,
acto seguido comenzábamos a gritar: ¡Vivan
los derechos humanos! ¡Libertad para los
cubanos! En cuatro ocasiones nos aplicaron esta
medida arbitraria, ahora pasan requisa a nosotros
tres veces al día...".
Luego, Biscet describe la convicción de
sus principios: "Soy un hombre convencido
por mis principios éticos, el dolor de
un semejante es también el mío.
No puedo aceptar tranquilamente el mal porque
de hacerlo corroería mis huesos y mi mente
no viviría en paz".
"Me opongo a la injusticia para que no trascienda,
esa resistencia no violenta al mal dignifica el
alma humana y a la vez me realizo como persona,
por lo que estaré aquí en mi lugar
(cárcel) hasta que Dios quiera".
Más adelante expresa la apatía
de algunos de sus conciudadanos respecto al régimen
imperante en la Isla, y elogia a los que luchan
sin temor para que finalice ese oprobioso sistema.
"Es verdad que el mal imperante en nuestro
país es una estructura bien diseñada
para la represión, más la apatía
de los individuos ha prolongado su existencia,
de ahí el mérito de las personas
que aisladas se oponen con tenacidad al mal".
Define Biscet sus ideas y a la vez expresa al
respecto lo que siempre se ha planteado como obra
y acción: "Mis ideas en lo político,
religioso y social no tienen ningún tipo
de contradicción, mi sistema moral influye
en lo político y en lo social... desde
muy joven siempre he sido un hombre político
humanitario, lo primero, porque siempre he querido
hacer una revolución para echar el mal
del poder y cumplimentar los preceptos humanitarios;
lo segundo, porque es la esencia del hombre y
ésta del Señor... Sólo hay
un camino para alcanzar una política justa
y equilibrada, la de oponerse con toda la dignidad
del ser humano al mal".
Asimismo, convoca a sus compatriotas a reconquistar
sus derechos y libertades. "Ahora es el momento
ideal de conquistar nuestros derechos y libertades
inexistentes, bajo un régimen de terror
que ha desmoralizado a las personas y ambos, desmoralización
y terror se convierten en armas poderosos para
mantener a los individuos bajo coerción
e indiferentes ante los agudos problemas que los
afectan en su vida".
El párrafo final de esta trascendental
epístola es un testimonio de fe al Todopoderoso:
"Deseo vivir para terminar los proyectos
pendientes, sólo sé quien sostiene
mi vida, del parto de mi madre el Señor
me dio la vida, por segunda vez, y a partir de
1997 más de 60 veces el Señor me
ha guardado, por eso conozco muy bien los propósitos
del Altísimo, tanto para mí como
para con mi país; en su momento serán
públicos. Que Dios bendiga al pueblo cubano"
es la emotiva despedida que les hace a sus compatriotas.
La licenciada Elsa Morejón Hernández,
esposa del Dr. Biscet, recibió la histórica
misiva el pasado 8 de enero, de manos solidarias
que la sacaron del penal pinareño para
hacerla llegar a ella como destinataria y esposa
del Dr. Biscet. cnet/10
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