PRENSA INTERNACIONAL
Julio 5, 2005
 

Cuesta Morúa llama a la izquierda mundial a involucrarse 'suficientemente' en la transición cubana

'Si la izquierda democrática (…) no se involucra suficientemente en el proceso de transición cubano, las posibilidades de democratización y la soberanía' de la Isla 'estarán amenazadas', afirmó el disidente.

Encuentro en La Red, 1 de julio de 2005.

A la izquierda democrática cubana le ha faltado "el apoyo global, sostenido, urgente y comprometido del socialismo democrático mundial", expresa el secretario general de la Corriente Socialista Democrática Cubana (CSDC), Manuel Cuesta Morúa, en una carta enviada al Grupo Socialista del Parlamento Europeo.

"Hemos recibido apoyos puntuales, pero no el sólido soporte de quienes consideramos pueden potenciar un tránsito equilibrado de la sociedad cubana hacia la democracia", que impida o reduzca "el impacto negativo de una transición pendular que se dibuja en Cuba bajo el inmovilismo del gobierno" y la "presión geopolítica estadounidense", afirma en su mensaje Cuesta Morúa, también portavoz del Arco Progresista, formado por organizaciones que se autodefinen como socialdemócratas de izquierda.

La carta fue distribuida el martes entre los miembros del Grupo Socialista en el PE. El disidente advierte que "si la izquierda democrática internacional no se involucra suficientemente en el proceso de transición cubano, las posibilidades de democratización y la soberanía" de la Isla "estarán amenazadas, al menos desde una perspectiva socialista".

En su texto, Cuesta Morúa recuerda lo sucedido en Rusia como "un claro ejemplo de cómo un cambio político no necesariamente conduce, por sí mismo, a la democracia, y de los obstáculos para alcanzarla una vez producido el cambio".

"Cuba no es Rusia, pero en muchos aspectos está en una situación peor", advierte el disidente. "La combinación entre la fuerte presión geopolítica de los Estados Unidos, el creciente deterioro del viejo modelo del socialismo real (no reconocido públicamente por el gobierno cubano) y la ausencia de un proyecto de nación, podría generar una implosión nacional tan sorprendente como lo fue la caída del Muro de Berlín", explica.

El líder de la CSDC describe circunstancias que, a su juicio, demuestran el "deterioro" de la situación en Cuba.

"No exagero. Si en 1998 más de medio millón de cubanos aplicó en el sorteo para emigrar a los Estados Unidos, en el 2005 los consulados de algunos países occidentales generosos están recibiendo la presión de lo que podría constituir la emigración del 30% de nuestra población", dice.

El disidente destaca que, en el caso de la Isla, problema de la emigración va acompañado de varias particularidades: "A diferencia de otros países del tercer mundo, la emigración de los cubanos equivale a una ruptura con el país de origen; porque esa emigración es provocada por una política de Estado deliberada para impedir el desenvolvimiento de los cubanos dentro de su propio país".

Además, "son los profesionales y las incipientes clases medias las que más quieren dejar Cuba", y "una nación que potencialmente puede perder la mitad de su población va en camino de convertirse en una ficción".

"El deseo de emigrar a toda costa es una manifestación de desesperanza absoluta", dice Cuesta Morúa, "un avance en vivo del suicidio gradual de un proyecto político de futuro. La emigración cubana es el mejor ejemplo de un país en fractura y de un modelo social y político agotado".

Según el secretario general de la CSDC, a pesar de esas evidencias, "el gobierno cubano sigue apostando por la irresponsabilidad con el presente y el futuro de sus propios ciudadanos".

"Los instruye, les garantiza unos mínimos de subsistencia y de condiciones de salud, pero en cambio, les impide construir un proyecto individual y colectivo desde su condición de ciudadanos con responsabilidades y derechos", dice Cuesta Morúa. "La represión a los activistas pro democracia y de derechos humanos es la consecuencia más notoria", añade.

El opositor denuncia en su mensaje a los socialistas europeos nuevos intentos del régimen de Fidel Castro de "garantizar su viabilidad (…) colgando al país en las espaldas de otras naciones"; esta vez, Venezuela, China, e incluso Estados Unidos, que se ha convertido en "el principal proveedor de divisas y alimentos" de la Isla.

"Ello hace más claro la apuesta de las autoridades cubanas por la irresponsabilidad con nuestros destinos, porque bloquea las perspectivas que posee Cuba para conectarse con el mundo, desde sus propias capacidades, asumiendo con madurez e inteligencia los costos y beneficios de la libertad", opina Cuesta Morúa.

Para el disidente "el futuro de Cuba depende de una actitud política deliberada para contrarrestar los peligros que ya son visibles".

Entre ellos cita "la ruptura" de la "precaria paz civil, que impediría construir satisfactoriamente un nuevo estilo de convivencia democrática; la destrucción de las bases económicas que puedan sustentar las prestaciones sociales de los cubanos, con la consiguiente deslegitimación política y moral de la agenda socialista; la proliferación del ciudadano neoliberal interesado sólo en el consumo y en el individualismo; la imposibilidad de fomentar un nuevo ciudadano político comprometido con valores e intereses globales; la derechización social y de las referencias democráticas y el pleno regreso de Cuba a la esfera de los intereses geopolíticos estadounidenses".

Cuesta Morúa recuerda en su carta las propuestas realizadas por la CSDC y el Arco Progresista para "transformar positivamente al país".

"Las premisas de nuestras propuestas son claras: soberanía nacional y no injerencia, diálogo político, reconciliación entre los cubanos, transición gradual y pactada y no aislamiento de Cuba; unas propuestas hechas sin gestos estridentes ni maximalismos políticos", dice.

A juicio del opositor "la izquierda democrática cubana" se enfrenta a un peligro, que es el de que "los términos de la democratización de Cuba están monopolizados por una tendencia: la derecha, ultra derecha casi, y una potencia, los Estados Unidos", y afirma que ese desequilibrio internacional "puede y debe ser corregido".

En este sentido, Cuesta Morúa considera que el socialismo democrático europeo está "ante la coyuntura de apostar por esa transición equilibrada" en la Isla. "El punto de partida es fundamental para poder influir en los rumbos del futuro", dice.

El mensaje de líder de la CSDC fue entregado al Grupo Socialista del Parlamento Europeo coincidiendo con una visita a Bruselas del poeta y periodista cubano Raúl Rivero, quien se reunió el martes con el presidente del Partido Socialista Europeo (PSE), Poul Nyrup Rasmussen; el presidente del Grupo del PSE, Martin Shulz; así como por miembros de los gabinetes del alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea (UE), Javier Solana, y del comisario europeo de Desarrollo, Louis Michel.

Cuesta Morúa consideró que ese encuentro podría "significar una inflexión en los sostenidos pasos que desde el Grupo (Socialista) se vienen dando para darle fuerza y visibilidad a una apuesta razonable" para Cuba.

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