La
Cuba 'gay' en filme clandestino
El mundo homosexual de la isla
fue retratado por Víctor Jaramillo en un
documental que hoy exhibe la Cineteca; lo que
en un principio le llamó la atención
al videoasta fue la naturalidad con que los niños
de 13 o 14 años aceptaban su homosexualidad
o ejercían la prostitución
Juan Solís. El
Universal, México, 31 de mayo de 2006.
La fiesta inicia los viernes y los sábados,
a las 10 de la noche, en el autobús que
recorre la ruta 23, del Capitolio al Vedado. Los
brazos golpean en el toldo de la guagua poniéndole
ritmo al canto y al baile. Casi todos los de a
bordo son homosexuales, comunidad que a falta
de espacios toma las calles de La Habana para
ejercer su derecho a la libre elección
sexual.
Así lo registra cámara en mano
el documentalista independiente Víctor
Jaramillo. Los sigue por el malecón, los
liga en una cafetería, los interroga en
sus casas, descubre el otro lado del paraíso
tropical que adorna las paredes de las agencias
de viajes, devela las diversas castas de la disidencia
sexual que habitan debajo de "las barbas
de la revolución".
Cuatro o tres veces al año, viajó
Jaramillo a la isla, desde 2001 a la fecha, para
filmar clandestinamente. El resultado de la pesquisa
es La noche abre su flor, docurretrato -como él
lo llama- que se presentará este miércoles,
a las 16 horas, en la Cineteca Nacional, en el
marco del Festival Mix.
La noche abre su flor constituye la segunda parte
de una trilogía que inició en 2001
con Amor Chacal , documental estrenado en el Festival
Mix de ese año que da cuenta de la prostitución
masculina en el sotavento veracruzano. La tercera
parte tendrá como escenario la ciudad de
Cartagena, en Colombia, e iniciará su filmación
en septiembre.
Egresado de la carrera de Comunicación
en la FES Acatlán, Jaramillo tiene un restaurante,
que le sirve para costear sus grabaciones.
El documental es clandestino en el sentido estricto
de la palabra. Jaramillo, quien se dice de izquierda,
no pidió permiso para grabar y da como
un hecho que la embajada de Cuba le cancelará
la visa, lo cual le confirmará que el esfuerzo
valió la pena.
El Fonca le negó una beca. Puso de su
bolso 100 mil pesos para llevar a cabo el proyecto.
Editó el material en su propia computadora.
La exhibición se limita a los festivales
y a reuniones de amigos. Es cine underground.
Utilizó dos cámaras: una profesional
y una semiprofesional, esta última, por
su tamaño, intimidaba menos a la gente
"y podía meterme, por ejemplo, a grabar
a un baño donde había sexo"
-cuenta en entrevista el autor.
Lo que en un principio le llamó la atención
al videoasta fue la naturalidad con que los niños
de 13 o 14 años aceptaban su homosexualidad
o ejercían la prostitución. En el
material existen testimonios de niños y
niñas, como Cristal, quien a sus 14 años
asegura ya haber vivido con alguien y haber tenido
al menos a cinco amigos mexicanos.
Se recogen además testimonios de jineteros
y jineteras, de unas hermanas travestis que no
han abandonado el núcleo familiar, y de
personajes como La Urona, un travesti.
Si bien la homosexualidad en la isla había
sido tratada en el cine con la cinta Fresa y Chocolate,
de Juan Carlos Tabío, con guión
de Senel Paz, Jaramillo afirma que la homosexualidad
en la isla no es tan clandestina. "El 90%
de la población cubana tiene prácticas
homosexuales. Que se asuman es otra cosa. Si no
se entera la vecina, cualquier chico o chica puede
tener relaciones homosexuales. Hay zonas de la
ciudad donde se hace de manera descarada. Eso
es lo padre".
Cita el caso de los escritores Severo Sarduy
o Reynaldo Arenas, quienes fueron homosexuales.
"Es complicada la vida cubana -agrega-.
La población tiene libertades civiles restringidas,
no puede desplazarse por toda la isla, y si además
le limitaras el ejercicio de la sexualidad, ya
habría explotado."
Con todo "la vida gay en Cuba es mucho más
intensa y divertida que en la ciudad de México".
Si bien el documental registra también
la represión, el autor afirma que "para
que los sistemas médico o educativo cubano
funcionen necesitan los recursos del turismo,
y gran parte de los turistas son gays. Los homosexuales
no existimos en sus leyes, pero el Estado es tolerante".
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