¿Vamos
a Cuba?
Armando Gonzalez, El
Nuevo Herald, 22 de mayo de 2006.
La gente va a las playas a nadar, a bucear
y a pescar. Se hacen carreras de botes de remo
y de botes de vela
Vamos a Cuba, p. 25
Che Guevara era el joven médico argentino
que se unió a Fidel Castro en la lucha
revolucionaria. El había viajado por Latinoamérica
y visto la miseria de los pobres y decidió
tratar de hacer cambios
Cuban Kids, p. 21
El Sistema de Escuelas Públicas de Miami-Dade
County, MDCPS por sus siglas en inglés,
se vanagloria de su lema: ''Dándoles el
mundo a nuestros estudiantes''. Y yo me pregunto:
¿considera el MDCPS que la selección
del libro Vamos a Cuba para uso en niveles medios
de escuela primaria, o la selección del
libro Cuban Kids para uso en niveles altos de
escuela primaria, cumplen con la promesa expresada
en el lema?
Dada la sensitividad del tema y las controversias
recientes, es apropiado que demos este aviso a
los izquierdistas que pudieran leer esta columna,
incluyendo la Unión Americana de Libertades
Civiles (ACLU): ¡No se exciten todavía!
Se van a incomodar y les va a subir la bilirrubina.
Esta columna no intenta proponer, en manera alguna,
la censura de los libritos. Ni les voy a dar por
la vena del gusto ni voy a faltar a mis principios
de libre expresión. Pero sí voy
a brindarles a mis lectores una ventanita para
que observen un aspecto del trabajo de ese sistema
de escuelas públicas que se traga, con
voraz apetito, los impuestos a la propiedad que
nos arrancan del pellejo:
A la hora del almuerzo, los macheteros van
al vagón de comidas donde el cocinero prepara
una nutritiva comida de arroz, calabaza, frijoles,
yuca y pan. La gente de más edad en Cuba
recuerda el hambre, las enfermedades y el analfabetismo
que existía antes de la revolución.
Hoy, el gobierno dirige todas las fincas y los
campesinos tienen trabajo pagado todo el año.
Cuban Kids, p. 15
¿Cómo MDCPS selecciona estos libros?
La prensa local ha cubierto ampliamente el tema:
La mayoría [de los libros] fueron seleccionados
basados en descripciones de un párrafo
en publicaciones de bibliotecas y puestos en los
estantes sin examen alguno por parte de un bibliotecario,
director de escuela u otro oficial del sistema
[...] los bibliotecarios tienen, prácticamente,
libertad irrestricta para seleccionar libros y
otros materiales para sus escuelas.
Matthew Pinzur, The Miami Herald
7 de mayo de 2006
Por más que el staff del sistema escolar
quiera disfrazar el proceso, está claro
que terminan en esto: el ''media specialist''
selecciona títulos basados en un parrafito
descriptivo en una publicación escrita
por gente como él(ella). Pone la orden
y nadie la cuestiona. Una vez recibidos los libros,
se les otorga el equivalente de ''inamovilidad''
(tenure). Si alguien protesta, el sistema escolar
(y, lamentablemente en este caso, la mayoría
de los comisionados de la Junta Escolar) se arropan
en la Primera Enmienda y en la decisión
PICO (Corte Suprema de Estados Unidos, junio de
1982). El resultado en nuestro caso es interesante:
se toma una decisión irresponsable y, los
que la tomaron, se esconden bajo la toga judicial
y esperan hasta que pase el furor y nadie recuerde.
Me recuerdan a mi gato siamés y su destreza
en cubrir sus hazañas en el litter box.
Antes [de la revolución] el niño
que estuviera interesado en música necesitaba
un padre o un padrino que pagara por las lecciones.
Hoy tenemos centros donde los niños pueden
estudiar música, usar los instrumentos
y tocarlos, todo gratis.
Cuban Kids, p. 31
Así que concluyamos: dados los precedentes
legales (PICO) nos tenemos que tragar los libritos.
Pero, eso sí, nosotros también tenemos
derechos. Las desastrosas selecciones de libros
se han puesto al descubierto. Sabemos cómo
y quiénes son responsables y, como dijo
Joe Louis: ''Pueden correr, pero no se pueden
esconder''. Que permanezcan en uso los dichosos
libros. Y que esto sirva para que todos aquellos
que participaron, directa e indirectamente en
su selección, piensen, diariamente, si...
Dándoles el mundo a nuestros estudiantes
significa esto:
A pesar de las dificultades, las escaseces
y el embargo, los niños cubanos crecen
amando a su país, sus tradiciones y su
cultura. Sus muchas habilidades contribuirán
a lograr un futuro mejor para Cuba y el mundo.
Cuban Kids, p. 39
¿Vamos a Cuba?
agonzalez@herald.com
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