Juan
Clark: Cuba en la más dramática encrucijada de
su historia
Por Ariel Remos, Diario
Las Américas, 7 de octubre de 2006.
Con la vida de Fidel Castro tocando a su fin,
Cuba se encuentra en la más dramática
encrucijada de su historia, y "es probable
que se produzca una fuerte pugna de poder entre
los grupos que dentro de las Fuerzas Armadas y
el Partido lo han ejercido hasta el presente",
afirma en entrevista con DIARIO LAS AMERICAS el
Dr. Juan Clark, profesor emérito de Sociología
del Miami Dade College.
Castro ha sido un gobernante fuera de serie en
la historia política contemporánea,
afirma el Dr. Clark. Ha jugado con las dos grandes
potencias, burlado a 10 presidentes norteamericanos
y literalmente ordenado a la URSS, de la cual
se dice que extrajo en subsidios el equivalente
a 10 planes Marshall para Europa.
"Lamentablemente para el pueblo cubano,
y en contraste con Europa que se rehizo con esa
ayuda económica, la isla va a quedar devastada
materialmente a la salida de escena de este gran
sociópata cuyo interés principal
ha sido mantenerse en el poder a costa del sacrificio
de ese pueblo".
Clark recorrió el daño causado,
que es más de lo que puede pensarse: "Tenemos
la eliminación del liderazgo político
tradicional, de toda la sociedad civil, además
de la supresión casi completa de la iniciativa
económica privada. Ese pueblo ha estado
sometido por medio de una refinada represión
directa e indirecta como pocos pueblos en el mundo,
incluidos los de los países comunistas
de la órbita soviética y los asiáticos.
La única institución social que
ha quedado más o menos en pie, ha sido
la iglesia, sometida y amordazada, pero presente
y cada vez más solidaria con su pueblo
A esto hay que sumar la gran destrucción
moral propiciada por el sistema, por lo cual las
lacras de antaño se han agigantado y multiplicado
muchas veces, alcanzando niveles de corrupción
increíbles".
Mientras tanto --sigue diciendo el Dr. Clark--
hay una nueva clase privilegiada, la de los "pinchos"
o "mayimbes", equivalentes de la Nomenklatura
Soviética, que no tienen que padecer las
calamidades que en todos los niveles materiales
tiene que sufrir ese pueblo, al que se le ha puesto
un férreo bloqueo interno, suprimiendo
su creatividad e iniciativa. "Paradójicamente,
esta ha tenido que florecer y desarrollarse ilegalmente".
Ante cuadro tan desolador como el que describe
Clark ¿Qué puede hacerse para promover
un cambio?
Señala primero que cabe el peligro de
caer en la inmovilidad por parte de los cubanos
de intramuros y del exilio. Cree que "la
posible acción se asemeja a las cuatro
patas de una mesa. Por un lado los cubanos de
la isla con la incipiente disidencia y sociedad
civil, y, por otro, los de acá, con su
gran poder económico y político,
especialmente en EE.UU; pero también presentes
en muchos países del mundo. Por otra parte
este gran país, que de una forma u otra
ha sido nuestro amigo constante --aunque a veces
errado-- a través del tiempo. Y, finalmente,
la gran comunidad mundial, comenzando por Europa
y siguiendo en los países de este hemisferio".
Y agrega que con esos 4 factores en mente, no
cree que sea posible el cambio deseado hacia la
Democracia sin una fuerte presión ejercida
desde el exterior y también interna. "Pero
para ello es vital que el mundo conozca a cabalidad
el enorme desastre promovido por Castro, y del
cual él y su mafia de seguidores cercanos
están exentos de sus terribles consecuencias.
Sin esta exposición a nivel mundial, que
tiene que ser masiva, no se motivará a
los países democráticos para que
ejerzan la debida acción democratizadora".
"Es aquí donde tiene que jugar un
rol vital tanto el exilio como EE.UU. Ambos deben
coordinar un esfuerzo masivo de divulgación
de la verdad sobre Cuba, exponiendo la miseria
en que se ha sumido a ese pueblo por un sociopata
y su élite, con total impunidad, a los
cuales no se les puede subestimar por su capacidad
de manipulación, intriga y mentira".
Y sigue diciendo que es indispensable que el
exilio tome conciencia de su gran potencial. Recuerda
que Castro pudo consolidar su poder porque faltó
la formación de un bloque opositor. "Creo
que hoy más que nunca juntarse es la palabra
de orden. Atomizados poco vamos a realizar efectivamente
como ente de presión, en EE.UU. e Internacionalmente.
Divididos y subdivididos somos fácilmente
manipulables. Ciertamente tenemos que asimilar
profundamente que "en la unión está
la fuerza". Es vital que haya un ente que
legítimamente pueda hablar a nombre de
todo el exilio.
En esta coyuntura, vale decir que es crucial
que Radio y TV Martí puedan entrar en Cuba
para romper el bloqueo informativo interno. Ultimamente
se ha hablado de referendo y de desobediencia
civil como métodos para lograr cambios.
"La sugerencia de un referendo dentro de
Cuba, teóricamente puede ser muy plausible;
pero no podemos olvidar que el caso de Cuba no
es el de Chile. Obviamente ese referendo va a
ser rechazado por el régimen castrista,
cuya meta fundamentalmente es la permanencia indefinida
en el poder. A la vez, sabemos que la disidencia
u oposición actual en Cuba es básicamente
desconocida en el país. Es por ello de
suma importancia que ese movimiento pueda divulgarse
y extenderse y hay que buscar todos los medios
posibles para ello, incluyendo vehículos
fuera de Radio y TV Martí, sufragados por
el exilio. Esto promovería que el pueblo
pierda el miedo paralizante y se apreste a tomar
una acción efectiva.
En cuanto a la desobediencia civil dice Clark
que siempre ha pensado que si el pueblo, debidamente
orientado, la pusiera en funcionamiento, podría
culminar con una Huelga General Nacional, contra
la cual el régimen poco podría hacer.
"Pero para ello, repito, es vital la cohesión
fuera y dentro de la isla, apoyándose mutuamente".
"Ese es el camino tentativo que, como sociólogo,
vislumbra a seguir. Tal vez no pueda realizarse;
pero de ser así, sería en gran parte
por no haber estado a la altura de las circunstancias
desde la dimensión de nuestro liderazgo
que, de nuevo, no ha podido cohesionarse, deponiendo
personalismos estériles. Creo que hay que
buscar la integración de una coalición
democrática, entre nosotros y con los que
en otros países piensen de igual forma.
Ciertamente dentro de nosotros hay más
que suficientes recursos económicos para
llevar adelante esta campaña informativa".
Y termina diciendo el Dr. Clark: "Como ha
sugerido el veterano periodista Jack Skelly, un
cuarto de página, comprado periódicamente
en la Sección Editorial de nuestros más
importantes periódicos, sería costoso;
pero estaríamos llevando de modo sumamente
efectivo nuestro mensaje a las cabezas pensantes
del país, y su resultado podría
ser fabuloso. Nadie nos puede impedir esta realización,
solo nuestra apatía junto con la falta
de liderazgo y decisión política".
(El Dr. Clark nos informa que esta al ser publicada
al inglés, ampliada y actualizada, su obra
"Cuba: mito y realidad").
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