POLITICA
Clotilde y la transición
Oscar Mario González LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org)
- Luego de la proclama oficial del 31 de julio donde se delegaban los poderes
y atribuciones del convaleciente Comandante al Hermano, se desató, a escala
mundial, un diluvio de especulaciones y pronósticos. Politólogos
de todos los signos y tendencias y en especial los cubanólogos, dieron
rienda suelta a la imaginación. Para algunos, en Cuba se están verificando
movimientos "irracionales" bajo la égida del gobernante interino,
mientras otros estiman que las cosas están exactamente igual. No faltan,
y cada día son más, los que afirman que las manecillas del reloj
revolucionario se están moviendo en sentido contrario y que todo va de
mal en peor. Pero sería muy interesante ver lo que al respeto piensa Clotilde.
Con 88 años en las costillas y el pellejo
de azabache surcado por mil arrugas, conserva
una memoria de elefante. Para ella, mientras siga
yendo cada día con la misma libreta a coger
el mismo panecito de 80 gramos que el panadero
disminuye a 40 ó 50, no habrá cambiado
nada.
Para esta vieja que nunca quiso sobrepasar el
sexto grado obtenido en la escuelita primaria
para que no le llenaran la mollera de burundanga
marxista, mientras Chuchita la jinetera siga "chivateándole"
al jefe del sector policial para que la dejen
"luchar", vendiendo amor barato a canadienses
y españoles, en Cuba nada se habrá
movido de su sitio.
Mientras el panadero, el bodeguero, el carnicero
y los dependientes del agromercado estatal y privado,
sigan robando en el pesaje a trocha y mocha y
la clientela toda lo acepte como un mal inevitable
con silencio de corderos y ovejuna resignación,
todo habrá seguido igual.
En tanto el vecindario pleno siga rindiéndole
pleitesía al presidente del comité
para que deje vivir y dé buena información
cuando le pregunten por alguien y los merolicos
tengan que dejarse "chulear" por policías
e inspectores, pues de lo contrario les cierran
el negocito; mientras ello continúe así,
todo estará en el mismo lugar de siempre.
Mientras el Granma y el Noticiero Nacional de
Televisión sigan rompiendo records de producción
agropecuaria e industriales, y los calderos anden
a medio camino o fuera de movimiento, no podrá
decirse que el país va montado en el carro
"transicionista".
En tanto y cuanto la consulta del dentista esté
vacía porque nadie puede abrir la boca
y los batallones de rápida respuesta anden
por doquier ansiosos de romper cabezas a opositores
y periodistas, no podrá decirse que hay
cambio alguno.
Y que sigan escribiendo los sesudos de aire acondicionado
y espejuelos de fondo de culo de botella, que
yo aquí sobre el cuero de este moribundo
caimán digo, meto la mano en la candela
y pongo la cabeza en el picadero, para afirmar
que en tanto Liborio esté tan abatido y
sobre el cielo que le sirve de sombrero vuelen
tantas tiñosas y lechuzas, todo será
igual o en el mejor de los casos la misma gandinga
con diferente condimentación.
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