La verdad
sobre las EIDE
Fabián D. Arcos
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - En
un reciente comentario en la emisión estelar del Noticiero
Nacional de Televisión (NTV) el comentarista deportivo y
diputado a la Asamblea Nacional Héctor Rodríguez hizo
referencia al papel que han desempeñado las EIDE (Escuelas
de Iniciación Deportiva) en la formación de los atletas
cubanos y del papel prominente que tiene el país en el deporte
internacional.
Para nadie es un secreto que la formación
de un atleta de alto rendimiento tiene que comenzar en edades tempranas,
bajo la supervisión y entrenamiento de personal especializado.
Por lo que a juzgar por los resultados deportivos el desempeño
de estos centros de preparación de deportistas está
justificado.
Pero llamó la atención a este reportero
que el comentarista afirmara que muchos de esos centros están
en mejores condiciones respecto a sus instalaciones, inclusive de
cuando fueron inaugurados. Da la impresión de un impecable
trabajo en la infraestructura constructiva con la incorporación
de nuevas inversiones.
Sin embargo, la EIDE de Holguín desmiente
categóricamente tan contundente afirmación. Hace tres
años se decidió emprender una reparación capital
con la incorporación de nuevas áreas para la preparación
de los deportistas. Las obras fueron acometidas por las ECOI-9 y
ECOI-19 (Empresa de Construcción de Obras Industriales) y
el contingente de Felton.
Cuando se llega al complejo de instalaciones la
impresión es buena: los edificios pintados, un buen teatro
y un resplandeciente puesto médico, y en el área de
piscinas las labores propias de su reconstrucción. Pero eso
es sólo la fachada; detrás la situación es
otra.
Todos los edificios tienen filtraciones de agua,
tanto hidráulicas como albañales. Las filtraciones
de tuberías en paredes y techos son constantes. En pasillos,
albergues, baños y hasta en el remozado teatro y el campo
de tiro las filtraciones son permanentes. Esto provoca, además
de deterioro y suciedad muchas molestias, y en algunas paredes la
pintura se ha deteriorado y hay peligro de accidentes en algunos
lugares, como frente a las canchas de tenis, donde la humedad llega
a las cajas de instalaciones eléctricas.
La gran mayoría de los baños, además
de los salideros en las paredes y techos, presentan problemas en
las bases de los inodoros y las llaves de agua gotean constantemente.
En los albergues las literas están apiladas para evitar que
les caiga el agua del techo. También hay problemas en las
puertas por la utilización de materiales inadecuados o no
acordes con el tipo de construcción. La terminación
es completamente defectuosa.
En el gimnasio, cuando llueve, por una pared entra
el agua y afecta al tabloncillo nuevo. Además de que no hay
tableros para el baloncesto, faltan los tabloncillos de las áreas
de lucha y judo, y de los dos baños que tiene sólo
funciona uno. Hay numerosos cables eléctricos sueltos, ya
que faltan interruptores y tomacorrientes.
El campo de tiro está inconcluso, nada se
ha dicho de las pistas de atletismo ni de los cajones de salto,
así como tampoco se han comenzado a construir los proyectados
campo de jockey y la pista para patinaje. La pista de ciclismo fue
eliminada del plan aprobado originalmente.
Las canchas de baloncesto y voleibol están
paralizadas en sus cimientos, al igual que la reparación
de la casabote en Mayabe. Y fuera de las cercas nuevas que delimitan
el centro quedaron el terreno de béisbol para 15-16 años,
una magnífica caja de bateo, el área dedicada a preparar
porteros de fútbol y un cajón de saltos. Están
cubiertos de marabú, la planta que simboliza a la agricultura
cubana actual.
Con este inventario de problemas cabe preguntarse:
¿tiene razón el diputado Héctor Rodríguez
cuando públicamente afirmó que las escuelas estaban
mejores que cuando fueron inauguradas? Ello puede ayudar a entender
la ausencia de nuevos valores deportivos en algunas disciplinas.
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