Te odio y te quiero
Nelson Núñez Dorta
QUERÉTARO, México, junio, (www.cubanet.org) -Esta frase me recuerda la maravillosa interpretación que hace años escuchaba por el popular cantante Panchito Riset, una gloria de la música cubana.
Pero hoy lejos de asociarla a la música, la vinculo mucho más con la política y la postura sostenida por los Castro frente al gobierno de Estados Unidos.
Te odio y te quiero, parece decir la tiranía castrista, cuando reclama desesperada el cese del embargo económico de los Estados Unidos, demostrando así que 50 años de pseudorevolucion antimperialista, de combate abierto con el “cruel enemigo del Norte” en todas las fronteras, de promesas de construcción de una nueva sociedad, con elevada consciencia social, productividad y desarrollo, únicamente han servido para acrecentar la dependencia económica del “tan odiado adversario”. Según el tirano y sus seguidores, que son o dicen ser, los mas viscerales enemigos de los Estados Unidos, los infinitos problemas que acumula la economía cubana y aquí debemos enfatizar; de los que únicamente es víctima su pueblo, se solucionarían, con el levantamiento del embargo comercial. Creo entender entonces que el futuro socialista de la isla, como lo define el castrofascismo depende hoy más que nunca del comercio y las inversiones del “imperialismo yanqui”. Más explícitamente de una transfusión directa de capital norteamericano.
Muy atrás han quedado ya, las promesas triunfalistas, los megaproyectos que solucionarían para siempre las carencias de la población cubana y ubicarían al país dentro del primer mundo, todo esto con dinero y petróleo de la entonces Unión Soviética, recuerdo que en aquella etapa el embargo no era parte importante en las prioridades políticas del régimen, al contrario, no necesitaba, ni quería nada del imperio, la consigna era destruirlo, desparecerlo de la faz de la tierra y en ese proyecto Fidel Castro comprometió la economía de la nación y la vida de su pueblo. Cuba en la persona de sus gobernantes recibía cientos de miles de millones, en maquinaria, transporte, combustibles, alimentos, armamentos y muchos otros renglones más. Sin embargo aquella historia siempre fue de fracasos, uno tras otro, todos bajo la responsabilidad de un ineficiente e incondicional aparto burocrático con la siempre desacertada dirección de su indiscutible Comandante en Jefe. Esta historia sencillamente llegó a su final cuando un día, el feliz matrimonio con la URSS se extinguió por muerte natural del bloque socialista y entonces el régimen quedo a la deriva demostrando, con el llamado “periodo especial” que los aparentes y contados logros no eran mas que una ilusión y que Cuba había retrocedido en su economía hasta fechas muy anteriores al año 1959.
Fue en ese momento, cuando en la estrategia del dictador, comenzó a ganar más importancia el embargo económico de su mortal enemigo del Norte. Estados Unidos y su política hacia Cuba se convirtió en una herramienta muy necesaria, en primer lugar para justificar cuanto desastre se había hecho hasta el momento y se continuaría haciendo hasta el día de hoy y en segundo lugar, para tratar a toda costa de obtener su dinero, sus créditos y sus inversiones, pero eso si, sin dejar de vociferar su odio a la nación del Norte y una supuesta independencia nacional que nunca ha existido.
Fidel Castro se encargó de destruir una nación, destruyó su agricultura, al extremo de convertirla de exportadora en importadora de alimentos, destruyo su floreciente industria, que hoy se reconoce ineficiente e improductiva, destruyo su infraestructura, sus medios de transporte y comunicación, destruyo la posibilidad de las familias de tener una vivienda decorosa, reprimió hasta casi extinguir la voluntad, la iniciativa y los derechos del pueblo y por si fuera poco hoy se anuncian para ese pueblo mas restricciones económicas , energéticas y alimentarias.
Cuba es hoy más que nunca un país dependiente del exterior y sobre todo necesitado de la economía y las riquezas de Estados Unidos. Así lo demuestran sus gobernantes, cuando piden ante el mundo y reclaman apoyo para que sea eliminado, el intencionalmente sobredimensionado embargo económico, al que el régimen rebautizara con el término “bloqueo” para darle una mayor connotación, humana y política, como si la isla fuese una plaza sitiada por mar y aire de la que nada ni nadie pudiese entrar o salir. Lo más significativo de este embargo es que nunca se han visto afectados los niveles de vida del dictador ni los de su sequito, siempre y cuando estos sean obedientes y fieles servidores.
Pero esta solicitud de levantamiento de las restricciones económicas, se acompaña de un mensaje claro y directo; la medida debe ser unilateral y sin exigencia o condición alguna. Quedando establecido que sería la misma obsoleta e ineficiente dictadura que ha llevado a Cuba al desastre en que hoy se encuentra, la encargada de continuar, administrando dirigiendo y por tanto beneficiándose de los recursos que pondrían únicamente en sus manos.
En esta ambivalencia de rechazo y necesidad esta atrapado el castrofascismo, que se desploma progresivamente; la muestra mas reciente de este desastre está en los anuncios de sus voceros, pronosticando una profundización de la crisis, económica, energética y alimentaria, de la cual realmente el pueblo nunca ha logrado salir.
-“Te odio, sin embargo, necesito de tu apoyo económico con urgencia para mantener mi poder”- . Así imagino que piensa la dictadura sobre el gobierno norteamericano, a lo que este le debería responder. “Nosotros no odiamos , pero mucho menos te necesitamos y el pueblo al que hace 50 años sometes y reprimes seguramente que tampoco necesita de esa obsoleta dictadura y sus títeres para hacer de Cuba un país prospero y productivo. Devuelve al pueblo sus secuestradas libertades y sus derechos, entonces podremos hablar, de créditos, comercio y ayuda para el desarrollo”.-
Así por principio deberían también pronunciarse hoy los gobiernos democráticos y los hombres dignos del mundo. |