Enero 23, 2002
Razones para un homenaje
Víctor Manuel Domínguez, Lux Info Press
LA HABANA, enero - No conocí a William Le Santé, Luis Olirio Méndez
ni a Julio Casielles Amigó. Pero la estatura moral y el canto hacia la
vida que los llevó a la muerte por rescatar los sueños de los
trabajadores cubanos, han bastado para levantar un monumento a la vergüenza
sobre las ignominias que aprisionan la Isla.
Fueron fusilados el 16 de enero de 1961. Tal vez en esa hora me inducían
a gritar Viva la Revolución desde alguna escuelita adonde no llegaba el
ruido de las descargas de fusilería, y algún adulto de mi casa,
ante los amenazadores señalamientos de los incipientes cuerpos represivos
del nuevo régimen, descolgaba el Sagrado Corazón de Jesús
del centro de la sala. Gracias a Dios, pocos años después nos
dimos cuenta del ngaño y la inutilidad del miedo.
Eran tiempos de confusiones y esperanzas. Instantes imprecisos en que la
intuición de los elegidos los llevó a ponerse del lado de la luz,
como un acto premonitorio del oscurecer que amanecía.
Los tres integraban las filas de la Federación de Plantas Eléctricas,
Gas y
Agua de Cuba, que desde su creación en septiembre de 1933 había
mostrado integridad, valor y resultados en defensa de los intereses de los
trabajadores.
Fogueados en el magisterio de líderes sindicales como Angel Cofino y
Emilio Herrera, entre otros, prefirieron ofrendar sus intereses personales a las
necesidades de una patria herida, y cayeron sus generosas vidas, pero no sus
voces anunciadoras del tiempo por venir. Porque luego de 41 años de haber
sido desterrado su ejemplo de la Isla, su presencia se hace más palpable,
y desmitifica credos, siembra esperanzas y ganas espacios a la desinformación
y al acoso.
La Santé, Méndez y Amigó han comenzado a desmantelar, a
través de sus más cercanos seguidores en el exilio, y el apoyo de
quienes los secundan dentro de la Isla, toda la trama entorpecedora del
sindicalismo libre tejida por la central obrera oficial.
El ejemplo que legaron se multiplica en la creación de cada
movimiento sindical independiente, en todo reclamo de un espacio para la libre
asociación de los obreros, así como en las denuncias sistemáticas
de los atropellos de que son víctima los trabajadores que no comulgan con
el régimen cubano.
La creación de la Confederación Nacional Independiente de Cuba
el 22 de febrero del año 2000, con el apoyo de René L. Díaz,
Calixto Campos Corona y Joel Brito, ha declarado la mayoría de edad de un
sueño frustrado con una descarga de fusilería hace 41 años.
Por eso se precisa de continuidad a la labor emprendida por la Federación
de Plantas Eléctricas Gas y Agua de Cuba hace 69 años. Combatir
todas las arbitrariedades. Multiplicar los reclamos por los derechos de los
trabajadores. Actuar no sólo como voceros de sus frustraciones, sino
también como garantes de su dignidad y de un futuro libre para todos.
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