MIAMI, Florida, julio, 173.203.82.38 –De poco sirve que el 80% de los musulmanes sean “moderados”, es decir, ignoren el Corán o no lo tomen al pie de la letra. Se necesita muy poca gente para desviar dos aviones y lanzarlo contra edificios. ¿Qué porcentaje de talibanes pertenece a la población de Pakistán? 1%, 3%, 5%? ¿Cuánto caos que reina hoy en día y cuántos han muerto por atentados dinamiteros en ese país? ¿Y cuántos han muerto en Irak y Afganistán hasta ahora? ¿Qué sucede en Libia y Siria?
En todas las sociedades donde el Islam existe, habrá un cierto porcentaje de musulmanes que siguen las interpretaciones tradicionales del Corán al pie de la letra y en los países donde son mayoría ni siquiera toleran a las minorías cristianas o judías, las persiguen y acosan.
Y luego calculamos estadísticamente la relación entre los musulmanes conservadores y los llamados “musulmanes moderados”. ¿Bajo qué formula o pregunta del cuestionario establecemos la diferencia?
También hay nazis “moderados”, algo que parece incompatible con la pasada gasificación de millones de judíos en nombre de esa ideología; pero siguen siendo nazis y sólo hay que verlos desfilar con las mismas cruces gamadas. Aceptamos los nazis, siempre que sean moderados, se distancien de la gasificación de los judíos y no pinten cruces gamadas e insultos en las paredes de sinagogas. También hay miembros de denominaciones cristianas, supuestamente moderadas, que en noche de sábado, antes del oficio dominical queman cruces y gritan “Damned niggers, inmigrants, jews and catholics”! Metiendo en un saco todo lo que les mal parezca.
Ahora, en Occidente, por obra y gracia de la libertad de expresión, de participación política y de reunión en la democracia, se acepta que los marxistas infiltren la cultura, los medios de comunicación y las organizaciones educativas, amén de fundar nuevos partidos y organizar mítines, manipulando las juventudes. Estas personas son toleradas e incluso respetadas; muchos marxistas trabajan como profesores y conferencistas en colegios y universidades, fundan periódicos e invaden internet con sus blogs y websites. Difunden su propaganda, a veces hasta financiados por el gobierno en organizaciones no gubernamentales, ambientalistas o como burócratas y gurúes de la cultura.
Es muy hipócrita hablar de musulmanes, nazis o marxistas “moderados”. Todos ellos por igual, aunque en principio no aboguen por el uso de la violencia, promulgan ideologías de odio. No todos los musulmanes, nazis y marxistas son en principio extremistas, de hecho la mayoría son moderados. ¿Pero qué importa?
Un nazi moderado podría, al no triunfar la ideología de odio de su partido en las elecciones, optar por el extremismo, como hizo Timothy McVeigh. Un musulmán moderado puede, después de sentirse discriminado al entrar en un restaurante o a un avión, sumarse al extremismo musulmán. Un marxista puede tranquilamente dedicarse a predicar la lucha de clases, a denostar y demonizar al que se le opone, para luego, al llegar al poder su partido mediante elecciones, eliminar las instituciones democráticas y las premisas legales que le permitieron hacerlo y, de este modo, convertirse en un extremista. Peor aún, puede en nombre de la liberación nacional o la igualdad social, reclutar a adolescentes, secuestrar campesinos o poner bombas, convirtiéndose en extremista.
Es más que obvio, totalmente evidente, que los partidarios “moderados” de cualquier ideología de odio, puede en cualquier momento optar por el extremismo.
El Islam ha provocado históricamente 300 millones de muertes.
El comunismo ha producido históricamente 100 millones de muertes.
El nazismo ha producido históricamente 40 millones de muertes.
Todas las ideologías de odio, sin excepción del comunismo, deben ser tratadas por igual. ¿Cuál es la diferencia?