LA HABANA, Cuba.- “Obama es el causante del recrudecimiento del Período Especial por su viaje a Cuba, el concierto de los Rolling Stones, la filmación de Fast and Furious y el desfile de Chanel”. Así se burlan los cubanos de la tradicional vocería de los dirigentes cubanos contra Estados Unidos a causa de todas las calamidades ocasionadas por ellos mismos. En la nueva etapa iniciada el 17 de diciembre de 2014 y, sobre todo desde el 20 de julio de 2015 con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de la embajada cubana en Washington, los reclamos al gobierno de Estados Unidos tienen un tono a veces más diplomático, pero nada racional. El pueblo aprecia cambios positivos en sus vidas por las medidas del presidente yanqui. Con amarga ironía afronta la llegada de los apagones y mucho más, aunque la paciencia se evapora en el ambiente caliente de las vacaciones estivales.
Las autoridades anunciaron un escuálido crecimiento del Producto Interno Bruto en 1% durante el primer semestre de 2016, carencia de liquidez, corte de electricidad y combustibles, restricción en la toma de créditos y las inversiones. Las rebajas de los precios en los productos agrícolas y algunos alimentos básicos en las tiendas de recuperación de divisas que antecedieron a esas restricciones son interpretadas como medidas indispensables por la carencia de dinero de la mayor parte de la población y para disminuir el descontento social antes de imponer las restricciones cuyas consecuencias y duración son incalculables.
Las conmemoraciones por el 26 de julio transcurren en una atmósfera de rechazo por considerarse que no se utilizó la asistencia de Venezuela desde el año 2000 para recapitalizar y desarrollar el país, por la incapacidad de la Actualización del Modelo Económico y Social, y el caos en curso sin que se avizore cambios estructurales y apertura a la participación creadora de los ciudadanos que la sufren.
Las medidas de Obama comenzaron el 13 de abril de 2009, tres meses después de asumir la presidencia el 20 de enero, con la eliminación de las restricciones de viajes y envíos de remesas de los cubano-americanos a familiares y disposiciones para facilitar las comunicaciones a través de Internet. Los cubanos apreciaron la mejoría de sus precarias condiciones de vida y disfrutaron los contactos con sus familias, separadas durante decenios. En enero de 2011 abrió las posibilidades a los norteamericanos para visitar la isla en varias categorías y a cubanos viajar a Estados Unidos en intercambios cultural, científico-técnico, deportivo y otros. En 2013 se reanudó el diálogo migratorio. El 17 de diciembre de 2014, los presidente anunciaron el propósito de restablecer las relaciones diplomáticas rotas desde el 3 de enerode1961, y la apertura de embajadas, asi como se intercambiaron los prisioneros Alan Gross y un espía por los tres cubanos condenados como espías en Estados Unidos. Las negociaciones secretas realizadas por Ben Rhodes, estrecho colaborador del presidente, y Ricardo Zúñiga, director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, con Alejandro Espín, hijo de Raúl Castro (su participación no ha sido reconocida oficialmente) duraron año y medio. En mayo de 2015, Cuba fue sacada de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.
El 20 de julio de 2015 se restablecieron las relaciones diplomáticas y el canciller Bruno Rodríguez reabrió la embajada de Cuba en Washington. El secretario de Estado John Kerry reinauguró la embajada de Estados Unidos en La Habana el 14 de agosto y posteriormente ofreció una recepción en la residencia del embajador a la que fueron invitados representantes de la oposición cubana, con los cuales se reunió. En el período han visitado Cuba legisladores, ministros, empresarios, artistas e integrantes de las 12 categorías autorizadas. El presidente Obama continuó ampliando las medidas, con oportunidades de desarrollo de los cuentapropistas, autorización de operaciones bancarias y con tarjetas de crédito, uso del dólar en determinadas transacciones del gobierno, viajes de cruceros y rutas aéreas regulares entre 12 ciudades de Estados Unidos y 6 de Cuba. La vida cultural cubana se ha enriquecido con actuaciones e intercambio de conocimientos.
Las remesas se estiman alcanzaron 3.354 millones de dólares en 2015, mientras la llegada de visitantes norteamericanos pasó de 52 455 en 2009 a 161 233 en 2015, un 76% superior al año anterior, y cubanoamericanos de 163 019 en 2009 a 350 000 en 2015.
Una Comisión Bilateral de Seguimiento se estableció en agosto de 2015 y han continuado las negociaciones en temas de interés común, incluyendo los derechos humanos. En La Habana, Obama sostuvo una reunión de casi dos horas con representantes de la oposición cubana, incluidos algunos que no apoyan su política hacia Cuba.
El mandatario norteamericano incrementó su prestigio con su desenvolvimiento ágil y ameno durante la visita. En especial impactaron el discurso y la conferencia de prensa al lado de Raúl Castro transmitida en vivo por la televisión nacional. La población considera que sus medidas no han beneficiado aún más por la reticencia del gobierno cubano a facilitar la implementación. La presidencia concluirá el 20 de enero de 2017. Su política hacia Cuba cuenta con respaldo y rechazo en el Congreso y el Senado, por lo que el avance dependerá de la composición de ambas cámaras y, sobre todo, del nuevo presidente que podría revertir sus órdenes presidenciales, mantenerlas o ampliarlas. Probablemente de ganar Hillary Clinton continuaría su curso, y de lograr la presidencia Donald Trump ha dicho que tratará de lograr más movimiento desde La Habana.