LA HABANA, Cuba.- Hace dos años, en julio de 2014, el ministro de la Agricultura Gustavo Rodríguez Rollero informó al Pleno de la Asamblea Nacional del Poder Popular acerca de la profunda reestructuración llevada a cabo en su ministerio.
Como resultado de esa reestructuración, las 406 empresas existentes, distribuidas en 12 grupos, en la cual laboraban 300 000 trabajadores, quedaron concentradas en dos grupos: el ganadero, con 80 empresas y cuatro institutos de investigación, y el agrícola, con 50 empresas y cinco institutos de investigación.
El ministro Rodríguez Rollero dio a conocer la extinción de la Unión Nacional de Acopio y la consiguiente reducción de más de 6 441 puestos de trabajo, lo que significó un ahorro de 60 000 dólares anuales.
Fueron los cambios más importantes en el sector agropecuario luego de que el gobierno autorizara, a finales de 2008, la entrega en usufructo de más de un millón de hectáreas de tierras ociosas.
Al cierre de 2015, según datos gubernamentales, más de 1,5 millones de hectáreas habían sido entregadas en usufructo.
Habían sido disueltas 298 Unidades Básicas Producción Cooperativa (UBPC) y 105 Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), que no tenían posibilidades de recuperación.
Como resultado del cierre de la Unión Nacional de Acopio se decidió que entraran a formar parte del sistema de Comercio Interior los 378 mercados agropecuarios estatales y las 1 538 placitas que gestionaba.
Otros datos ofrecidos por el titular de la Agricultura es que más de 900 mil personas están vinculadas a la producción agrícola, lo que representa el 13,2 por ciento de la población en edad laboral de la Isla, pero por los pobres resultados alcanzados, la producción agrícola solo representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB).
El pasado año el Estado cubano tuvo que destinar más de 2 000 millones de dólares para la importación de alimentos.
De las 6,3 millones de hectáreas de tierras cultivables que Cuba posee, más de un millón se mantienen ociosas.
A dos años del reordenamiento del sector agrícola, dirigido a hacer más eficientes y productivas las 360 empresas agrícolas, los resultados no han sido los esperados. Más bien ha habido un retroceso.
Según el informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), “Sector Agropecuario, indicadores seleccionados, enero-marzo 2016”, en dicho periodo, la producción de vianda y hortaliza fue de 1 455 000 toneladas. De ellas, las empresas agrícolas estatales solo produjeron 186 240 toneladas. Las 1 268 760 restante las aportaron las 5 473 cooperativas de diferentes tipos, los campesinos y usufructuarios de tierra.
La producción de las empresas agrícolas estatales se ha estancado. De la producción de hortalizas, que fue de 804 400 toneladas, solo lograron el 16 %. En la de tomates, que reportó 248 700 toneladas, solo lograron el 7,5 %, de plátanos (192 000 toneladas) el 10,9 %, de frijoles (57 700 toneladas) el 11,8% y de maíz (43 600 toneladas) un insignificante 1,3%.
De los 98 millones de litros de leche producidos en el trimestre enero-marzo de 2016, las empresas pecuarias estatales produjeron 14 210 000 litros.
De la carne de res y de cerdo, cuyos precios están por los cielos, las empresas pecuarias y combinados porcinos produjeron 42 400 y 96 200 toneladas, respectivamente.
La producción de frutas reportada en el trimestre ascendió 142 200 toneladas. Los mayores aportes fueron de las cooperativas, los campesinos y los usufructuarios: ascendió a 133 099 toneladas. Las empresa agrícolas estales solo produjeron 9 100. La presencia de frutas en la red de mercados agropecuarios correspondió en lo fundamental a los productores no estatales.
Llama la atención que los medios oficiales no se hayan referido a la producción agrícola alcanzada en el primer trimestre del año y que pasaran por alto el hecho de que las 360 empresas agrícolas estatales continúan a la zaga.
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