LA HABANA, Cuba.- Desalojada de su vivienda desde finales de junio por el inminente peligro de derrumbe, Yaumara Rodríguez Aldereguía y sus cuatro hijos pequeños, uno de ellos ciego, esperan que la Dirección Municipal de la Vivienda de Marianao les otorgue un lugar donde vivir. Mientras tanto, duermen en el portal de la oficina gubernamental y sobreviven gracias a la caridad de los vecinos.
Pasada las nueve de la noche preparan varios cartones, que consiguieron en una tienda cercana, y los acomodan en el piso como si fueran colchones. Al llegar las seis de la mañana, Yaumara levanta a los pequeños y juntos comienzan a merodear la zona donde nacieron, a la espera de que algún vecino les dé algo de comer.
Ella es una muchacha de 27 años, soltera, y el mayor de sus pequeños tiene solo cuatro años. Su vida quedó marcada desde el 16 de junio, cuando fue a ver a la directora municipal de la Vivienda, tras la caída de un pedazo de su techo.
La funcionaria avisó al gobierno municipal. Yaumara contó a CubaNet que, ese mismo día, el presidente de esa entidad se presentó en su casa, ubicada en calle 61 entre 106 y 108, Marianao, y como medida de precaución, tomó la determinación de llevarla junto a su familia a un local conocido como la Casa Comunitaria.
Al día siguiente, al no presentarse nadie para darle solución a su problema, ella regresó a su casa y se encontró que le habían cortado el servicio eléctrico. A las 2:00 p.m. llegó una brigada de construcción, acompañada de la Policía Nacional Revolucionaria, quienes la montaron a la fuerza junto a sus niños en un camión mientras ellos terminaban el desalojo.
Madelaine Barrios Castaño, vecina de la zona, dijo a este diario que a Yaumara le pusieron todas sus pertenencias en la calle y luego la brigada de construcción clausuró la entrada de la vivienda.
“La brigada se llevó todo lo que pudo: tuberías del agua, madera, techos, azulejos, acabaron con todo para venderlo”, explica Madelaine
Misahi Blacia, otra vecina, explicó a CubaNet que anteriormente, en varias ocasiones, Yaumara había pedido al Estado un subsidio de materiales de construcción para reparar su casa, pero le fue negado ante la excusa de que la vivienda sería demolida.
“Yo no sé qué va a ser de esta muchacha y de sus niños. No creen ni que tiene un niñito ciego…”, refiere Blacia.
Yaumara fue recogida por la hermana en su pequeña casa los primeros días, pero no pudo mantenerla allí por el poco espacio de que dispone, algo que le trajo problemas en su matrimonio, según explicó su hermana Yaquemi Amate Rodríguez.
Recientemente, Yaumara y su otra hermana, Damicela Mariño Rodríguez, que salió de prisión, rompieron el sello de su antigua vivienda y fueron advertidas por el jefe de sector de que, si no salían, serían encausadas por desacato a la ley.
Por su parte, una funcionaria de la Dirección Municipal de la Vivienda aseguró a este diario, que están haciendo todo lo posible por otorgarle un local a Yaumara, pero que de momento no disponen de ninguno.
“La medida de sacarla de la casa se tomó para salvaguardar su vida y la de los pequeños. Esa casa estaba en muy malas condiciones, estamos trabajando para ayudarla, eso es todo lo que puedo decir”, afirmó la funcionaria.