LA HABANA, Cuba.- Con un pasacalle que inició en el parque Albear y culminó en la Plaza Vieja, quedó inaugurada este lunes la tercera edición de la Bacanal de Títeres para adultos, sazonada con la rumba y el cortejo de muñecones animados por el grupo de teatro La proa.
Entre un corro de extranjeros curiosos, atraídos por los ritmos afrocubanos, y los cubanos siempre dispuestos a arrollar, la alegre multitud desfiló por el boulevard de Obispo sorteando adoquines levantados, salideros de agua albañal, borrachos atravesados y el salvajismo de los choferes de bicitaxi que no detienen su carrera homicida aunque pase una procesión.
Llegados a la Plaza Vieja, sin banderola ni cartel que identificara la razón de tanta algarabía, los miembros de La Proa dieron paso a los actores de la compañía El mirón cubano (Matanzas), quienes luego de quemar una simbólica ave fénix, provocaron un incidente que habría sido hilarante, de no haber resultado tan peligroso. El frontman del combo de pirómanos que maravillaba a la concurrencia con sus temerarias piruetas, dejó escapar una de las cuerdas encendidas, que atravesó la congregación dejando un vaho caliente en el público —sin lastimar a nadie—, y fue a parar justo entre los pies de una espectadora, vestida con una larga pantaloneta de hilo.
De puro milagro aquella mujer no cogió candela ahí mismo, a la vista de los atónitos observadores y varios aterrados que huyeron del círculo más próximo al performance de los actores. Los muy profesionales matanceros continuaron como si nada hubiera ocurrido, y el incendiario ejecutante recogió su temible instrumento para retomar su rutina, contemplado por los pasmados asistentes, que no se dejaron intimidar por el percance y volvieron a cerrar filas alrededor del espectáculo.
Concluida la chamuscada actuación, una voz en off declaró comenzada la Bacanal y despachó al resto de los espectadores. Así quedó hecha la invitación a un evento que se organiza cada dos años y cuyo carácter demanda un mayor esfuerzo organizativo, mejor infraestructura, más jubileo, color y diseño de comunicación.
Fue fácil notar que la gente conectaba con el contagioso ritmo que acompañó al pasacalle, sin tener la menor idea de lo que se estaba celebrando. El resto de la velada transcurrió más parecida a un número de circo que a la gran fiesta de los títeres para adultos.
Quizás el repertorio preparado por las compañías cubanas y foráneas reparen una inauguración gris y accidentada. No faltarán oportunidades, a juzgar por la cartelera que ha reunido a lo mejor del quehacer titiritero para adultos en Cuba, con el especial adjunto de dos compañías danesas: Sofie Krog Teater y Dansk Rakkerpak.