LA HABANA, Cuba.- La Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) acaba de publicar el resumen “Venta de Productos Agropecuarios. Indicadores Seleccionados”, correspondiente al período enero-septiembre de 2016.
Lo primero que salta a la vista es que hay una disminución de las ventas en valores con relación a igual período del año 2015. Y nadie piense que semejante disminución se relaciona con un decrecimiento de los precios de esos productos. Al contrario, pues casi hay consenso entre los consumidores en el sentido de que los precios han ido hacia arriba.
En esos nueve meses del 2016 se vendieron 54 millones de pesos menos que en similar período de 2015, lo que significa menos comida en la mesa del ciudadano de a pie.
La información brindada por la ONEI muestra también cómo ha avanzado la estatización en el sistema de comercialización de la agricultura. En el 2015 los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) comercializaron el 37,7% del total de las ventas, mientras que en el 2016 ese porcentaje ascendió al 42,4%. Ese incremento coincidió con una disminución de las ventas en los sectores cooperativo y privado.
Lo anterior de ninguna manera significa que los MAE se hallen más abastecidos o que hayan mejorado su gestión comercial. Simplemente se trata de un aumento en el número de esos establecimientos en detrimento de las otras formas de comercialización.
Se sabe, por ejemplo, de varios mercados de oferta-demanda que han sido cerrados para ser convertidos en MAE. Igual suerte han corrido algunos mercados arrendados a cooperativas de producción agropecuaria, y otros que funcionaban bajo el sistema de cooperativas no agropecuarias.
Por otra parte, son conocidas las limitaciones que últimamente se les han impuesto a los cuentapropistas que se dedican a este tipo de comercialización —los llamados carretilleros—, a los cuales les impiden circular o detenerse en determinados sitios.
Con respecto a los surtidos responsabilizados con la caída de las ventas en el 2016, sobresalen la papa, el tomate, la cebolla, los cítricos y el mango. En el caso de la papa, la disminución del 2016 con respecto al 2015 fue del 64%, mientras que los cítricos cayeron en el entorno del 86%.
Como siempre, estas estadísticas gubernamentales suelen encubrir datos que serían de sumo interés. Por ejemplo, nada se dice en específico de la comercialización de la malanga, alimento muy solicitado por las familias con niños pequeños. Ella clasificaría en el acápite de Otros Tubérculos. Igual sucede con la naranja y la toronja, que habría que imaginarlas dentro del acápite Otros Cítricos.
De todas formas, el aparatoso descenso del 86% en la venta de cítricos está en sintonía con la desaparición de las naranjas, las toronjas y las mandarinas en los últimos tiempos.
Con independencia de mermas en las cosechas —principalmente en el caso de la papa—, las cifras indican que el reforzamiento de los mecanismos estatales de comercialización no han proporcionado los resultados previstos por las autoridades.
Además, ante el desabastecimiento que muestran las áreas que venden alimentos en las Tiendas Recaudadoras de Divisas, resulta preocupante el hecho de que en la mesa de los cubanos haya menos viandas, frutas y vegetales.