LA HABANA, Cuba.- La capital cubana será escenario por estos días del Festival del Tambor, evento dedicado a promocionar la percusión y sus disímiles manifestaciones como práctica folklórico-popular vinculada a la música cubana.
El Teatro Mella, sede principal, dio inicio este 7 de marzo, al programa de actividades con ‘La danza y el ritmo’, un homenaje a Mario Angarica Díaz (Papo Angarica) quien mantuvo en la concepción de la música cubana el legado africano en los instrumentos y ritmos musicales.
En el lobby del teatro, ante un altar montado a la memoria del reconocido percusionista, los músicos tocaron un cajón espiritual, luego, en el escenario, se presentaron las agrupaciones Nsila Cheche, la compañía Salsa, Mambo y Chachachá, Compañía Santiago Alfonso, Compañía JJ y Raíces profundas.
La dirección del espectáculo músico-danzario fue de Santiago Alfonso, la producción ejecutiva de Giraldo Piloto y la producción artística de José Ernesto Guevara, Ramón Fajardo y el mismo Giraldo Piloto.
El reconocido artista de la plástica cubana Salvador González, fundador y promotor del proyecto sociocultural enclavado en el Callejón de Hamel, le obsequió a Giraldo Piloto la obra “Tambor de oro”.
Convocado por el Centro Nacional de Música Popular de Cuba, con la inclusión de concursos de baile y percusión, el evento hasta el próximo 12 de marzo.
La poca asistencia de público a la sala del teatro, que sólo logró llenar media platea donde prevalecieron los familiares de los artistas, unida al pésimo trabajo de iluminación que sobrecargó de colores una danza que de por sí es colorida, demeritaron la calidad de la presentación.
Bailarines muy jóvenes, provenientes en algunos casos del programa televisivo ‘Bailando en Cuba’ y cuya poca experiencia y profesionalidad se denota en los errores coreográficos en la escena, también atentaron contra la presentación inaugural.