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MIAMI, Estados Unidos.- Integrantes del Movimiento Dignidad y de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) fueron detenidas en la localidad de Palmarito de Cauto este fin de semana, informa Martí Noticias.
En declaraciones a Martí Noticias dadas por el activista Rubén Alvarado Reyes, este dijo que “a raíz de la creación del Movimiento Dignidad en Palmarito de Cauto, en el oriente del país, se creó un punto de control o retén para impedir que nosotros los opositores pacíficos nos reunamos (…) hay varias activistas detenidas”.
Dicho punto de vigilancia se ubica “a solo 10 o 15 metros debajo del puente que limita a Palmarito de Cauto con el municipio de Palma Soriano”, detalló el activista.
Las activistas fueron liberadas sin cargos este domingo.
Elsa Lizi, integrante de la agrupación, ya había dicho en declaraciones anteriores a la misma web informativa que la represión contra la organización era “constante”.
“No nos dejan reunir y tienen un punto de control en cada salida de Palma Soriano (…) 24 horas con policías uniformados parando carro tras carro, deteniendo mujeres arbitrariamente día tras día”, denunció.
A raíz de los hechos de este sábado, la organización ha emitido un comunicado:
Comunicado del Movimiento Dignidad
Las agrupaciones del centro y occidente del Movimiento Dignidad denuncian la represión y detención arbitrarias ejercidas contra nuestras hermanas orientales en Palmarito de Cauto cuando, el día 20 de octubre del 2017, salieron a las calles para reclamar su derecho ciudadano a ejercer la libertad de libre movimiento y comunicación. Sus hermanos de UNPACU han venido acompañándolas en ese justo reclamo.
Desde que el Movimiento Dignidad fuera fundado ―y fuese víctima de la primera represión― en los predios del Santuario de la Caridad del Cobre en diciembre pasado, nuestras hermanas de Palmarito de Cauto, iniciadoras de aquella primera acción, han sufrido múltiples represiones por las fuerzas de seguridad que nunca han sido siquiera avaladas por un tribunal de la dictadura. Se le imponen arbitrarias restricciones de movimiento equivalentes a un arresto domiciliario, se les prohíbe viajar a otras localidades en la zona oriental o el del país y se les niega la posibilidad de tener líneas telefónicas para mantenerlas incomunicadas.
Tanto teme la dictadura al Movimiento Dignidad que creyendo que estaba localizado solamente en Palmarito de Cauto impuso desde entonces un estricto control a cualquier persona para acceder o salir del pueblo. Creían que podrían contener con un cordón sanitario al Movimiento Dignidad, como si se tratase de una contagiosa epidemia ideológica. Desconocían que mientras se dedicaban a esas deplorables tareas, el Movimiento crecía de forma paralela en la zona central y occidental del país.
La dictadura teme ―con razón― el potencial popular del Movimiento Dignidad. Cientos de miles de cubanos han sido encarcelados por meses y años bajo la insólita concepción de la llamada “peligrosidad pre-delictiva”, infame figura legal que remplazó las llamadas “leyes contra la vagancia” de las primeras décadas de la dictadura castrista. Cuba –el sexto país del planeta en población penal y el segundo en el hemisferio en hacinamiento de las cárceles– es el único de las Américas en que el estado puede encarcelar a una persona hasta cuatro años sin que haya cometido un delito.
La “peligrosidad predelictiva” es la aberración jurídica del régimen cubano que permite reprimir y encarcelar por igual a emprendedores y opositores, así como a cualquier ciudadano con opiniones “incómodas”.
Al tiempo que exigimos que se respeten los derechos de nuestras hermanas orientales, el Movimiento Dignidad reitera ante Cuba y el mundo que no cejaremos hasta que a) se abran las prisiones a inspecciones independientes de organizaciones internacionales, b) sea abolida la llamada “peligrosidad predelictiva” y c) se otorgue una amnistía inmediata e incondicional a todas las personas hoy encarceladas bajo esa monstruosidad jurídica.