LA HABANA, Cuba.- Con su prosa chispeante, humor agudo y sensibilidad para la poesía, Víctor Manuel Domínguez pudo haber llegado lejos en la cultura oficial. Pero, irreverente y rebelde por naturaleza, cayó en el saco de los marginados por “problemas ideológicos”.
Este bayamés de 60 años, radicado desde hace más de 30 en Centro Habana, fue de los primeros periodistas independientes. Hace diez años fue uno de los fundadores del Club de Escritores Independientes.
Sobre esas y otras cuestiones, Víctor Manuel Domínguez respondió este cuestionario de CubaNet.
¿Cómo llegaste a la literatura?
Escribía, desde los 10 u 11 años, aquellos poemitas rimados dedicados a las niñas de la escuela, y mis padres los consideraban geniales, por puro desconocimiento y cariño. Ya en la adolescencia, un vecino me invitó a participar en el taller literario del cual era asesor municipal. Gané premios y menciones en concursos provinciales y fui de los primeros miembros de la Brigada Hermanos Saiz de Escritores y Artistas Jóvenes. Luego de un paso breve por la UNEAC, vinieron los conflictos políticos y la ruptura, pero continué en la creación literaria de forma independiente hasta hoy.
¿Cómo te iniciaste en el periodismo independiente?
En noviembre de 1995, con un artículo titulado “El silencio de los corderos”, para el Buró de Prensa Independiente de Cuba, que patrocinaba desde el exterior Iraida Montalvo y dirigía en Cuba Lázaro Lazo. Luego empecé en CubaNet.
¿Te entran en conflicto la literatura y el periodismo?
Más de lo que quisiera. A quienes escribimos narrativa o poesía, la imaginación se nos desborda y el periodismo debe ser objetivo hasta en las crónicas…Sólo la práctica, la lectura de buenos textos periodísticos y los editores permiten el milagro de que periodismo y literatura convivan apenas sin mezclarse.
Todavía muchos echamos de menos a Nefasto. ¿Cómo surgió aquel personaje que choteaba despiadadamente al castrismo?
Me consta que muchos echan de menos a Nefasto, pero desde que publiqué en Neo Club Ediciones dos libros con sus peripecias (Revolución a la carta y La familia real cubana), decidí darle un respiro. Nefasto surgió como una caricatura de personajes y situaciones que sólo se dan en Cuba. Varios años antes de hallar cabida en Cubanet, la primera aparición de Nefasto fue en el suplemento humorístico DDT, en 1991, bajo el título “Bar Esperanza: el último que entierra”. Nefasto, por entonces, llevaba el apellido de un funcionario cultural, Boza, un homínido que dirigía con los pies…
Eres el alma del Club de Escritores Independientes. Los dos Festivales Vista que se han celebrado en Cuba fueron posibles, a pesar de la represión, gracias a tu empeño. ¿Consideras que tu trabajo en pro del Club ha ido en detrimento de tu producción literaria?
Aunque no me considero el alma del Club, he hecho todo lo que he podido, no obstante la represión y los malagradecidos. Celebrar dos festivales Vista en Cuba fue la realización de sueños y esfuerzos compartidos entre colegas del Club de Escritores y de Neo Club Ediciones en el exilio. Nada podrá borrar las jornadas compartidas ni los espacios ganados pese al acoso, la represión y las descalificaciones de la policía política y sus amiguitos. He trabajado en pro del club junto a excelentes colegas y amigos. Poner al Club en el amañado mapa literario de Cuba ha sido tarea de muchos, pero sí me ha robado tiempo para la producción literaria. Aun así, lo volvería a hacer.
Tienes tres libros publicados en Neo Club Ediciones, Revolución a la carta, La familia real cubana y el poemario Café con Heidi frente al mar. ¿Qué significan para ti?
Aparte de la realización del sueño que tiene todo escritor de ver su obra impresa, significa el cierre de una etapa de más de 20 años durante la que pospuse la revisión y contextualización de mi novela-divertimento Operación Caldosa y los libros de relatos Canción de los olvidados y Pasaporte para las estrellas.
¿Qué opinas de la creación del Pen Club Cubano?
Tengo poca información sobre el tema, pero con la fragmentación y los resentimientos que existen por múltiples razones, extra-literarias o no, entre muchos de los autores agrupados en diferentes grupos de interés asociados a espacios literarios y editoriales, aunque en total armonía política con el régimen, no considero que este paso haya sido independiente de la política cultural del Estado, diseñada, desde siempre, para aplastar cualquier movimiento o proyecto ajeno a su voluntad. Si hasta Pablo Neruda fue crucificado por los comisarios de la cultura cubana por asistir a una reunión del Pen Club en New York, imagínate a Antón Arrufat siquitrillado, vuelto a reciclar y reubicado en la órbita literaria, presidiendo un proyecto alternativo a la UNEAC… Muchos ingenuos pueden pensar que los tiempos cambian, pero el régimen y sus dependencias no, y menos en algo que pueda socavar su poder. Esperemos a ver por dónde y cuándo explota. Ojalá me equivoque, peo eso creo.
Sabemos que lees compulsivamente. ¿Cuáles son tus autores preferidos?
Aunque siempre vuelvo a los clásicos para aliviar el espíritu y mi complejo de culpa por tanta mediocridad literaria digerida por mantenerme a tono con nuevas formas y estilos, a estas alturas del juego, con más de cuatro décadas de lectura, me declaro seguidor de la obra de Roberto Bolaños, Milán Kundera, Salman Rushdie, Elfriede Jelinek y otros cuatro o cinco escritores, para mí, de culto.
Con los buenos poemas que has escrito, ¿por qué no te has dedicado más a la poesía?
La poesía no se escribe, nace y se transcribe. Se pueden hacer versos, pero no buena poesía. Respeto mucho el género para sentarme a fabricar poemas. Sobran los dedos de ambas manos para encontrar auténticos poetas en la actualidad. Como no me nace, no la escribo, prefiero quedarme con los pocos poemas que me han nacido hasta hoy, pero si la musa volviera a visitarme, seguro que la sigo. Rimbaud, el mayor referente poético, escribió un solo libro de 29 poemas: Las iluminaciones. Y Albert Camus lo llamó “el más grande poeta que ha habido”. Por lo general, después de un buen libro de poesía, la vanidad hace crear hojarascas. Ni el mismísimo Pablo Neruda se salvó de eso. Un excelente poeta, Jorge Boccanera, definió magistralmente lo que se hace hoy en la poesía: “No es que los poetas mientan/ Es que los mentirosos/quieren hacer poesía.”
¿Estás trabajando en algún libro?
Doy los toques finales a un libro de reseñas y artículos culturales que bajo el título “Las mafias literarias en Cuba”, recopila diversos textos publicados en Cuba y el extranjero desde los años 90. También inicié el tercero de los diez cuentos que formarán parte del libro “El alcalde de Puerto Limón y otros relatos”, que espero sea bastante polémico por los hechos que narra.
¿Cómo sueñas el futuro?
Me lo han escamoteado tanto en los últimos 50 años, que ya no creo que exista. Espero que las nuevas generaciones de cubanos puedan construirlo en libertad.
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