LA HABANA, Cuba, noviembre (173.203.82.38) – Los lineamientos 17 y 18 aprobados en el VI Congreso del Partido, entre otras cosas, plantean que las empresas que muestren en sus balances financieros pérdidas, que no puedan honrar con sus activos las obligaciones contraídas, serán sometidas a un proceso de liquidación o se podrán trasformar en otras formas de gestión no estatal.
En el referido documento se plantea que se eliminará el subsidio por pérdidas a las empresas y no recibirán financiamientos presupuestarios.
Trascurridos seis meses del VI Congreso, la situación en la esfera empresarial es realmente calamitosa. Un significativo número de empresas, al terminar el año, no cumplirán con su planes productivos, y como en años anteriores continuarán sin honrar sus deudas públicas pendientes.
Empresas de la construcción y de las industrias alimentaria, básica y ligera, han reportado grandes pérdidas en las ventas de mercancías producidas, por tener abarrotados sus almacenes, debido a que las entidades que deben comercializar la mercancía no han retirado el producto del modo previsto, a pesar de la escasez de algunos de estos bienes en el mercado. Esto ha obligado a dichas industrias a paralizar sus producciones frecuentemente, y ha incidido en lo que va de año en el incumplimiento de sus respectivos planes de producción.
Al cierre del semestre, 18 empresas de la provincia de Matanzas reportaron pérdidas que en conjunto se elevan a más de 200 mil dólares. La mayoría labora con capital de trabajo negativo. Las más críticas son las dos fábricas de calzado, que han reportado pérdidas de manera consecutiva desde el año 2006.
Por el incumplimiento de los planes productivos, los más afectados son los obreros, por el poco salario que devengan. Un número significativo de ellos ha sido declarado disponible (eufemismo utilizado por el gobierno para llamar a los desempleados), y otros decidieron abandonar sus centros de trabajo.
No se explica que el Ministerio de la Industria Ligera no haya liquidado la empresa de zapatos de Matanzas, la cual acumula deudas por 72 mil dólares tras varios años de pérdidas en sus balances económicos.
Los incumplimientos de esta fábrica son originados por la carencia de materia prima, lo que ha ocasionado que en lo que va de año haya debido interrumpir su producción durante varios meses.
Algunas de estas empresas llevan meses sin producir, sin que medie una explicación que convenza para mantener al personal burocrático e improductivo, que en algunos casos sobrepasa el 35% de la plantilla, lo que incide en gastos innecesarios
Si es un hecho el estado de bancarrota financiera y quiebra de estas entidades, lo que se ajusta a la realidad es que se apliquen sin dilación los lineamientos 17 y 18 y dejen de aparecer en las proyecciones de planificación. Que esto no ocurra pone de manifiesto que, más allá de los congresos y lineamientos, continúa primando el voluntarismo de determinados funcionarios y políticos.
En el tiempo que resta de este año no parece posible que las empresas que reportan grandes pérdidas puedan revertir esta situación. Para que esto ocurra, tendrían que implementarse profundísimas trasformaciones, las cuales exigirán aseguramientos y suministros de todo tipo, que hoy brillan por su ausencia.
Estas pérdidas son consecuencia de los bajos volúmenes productivos, motivados por los críticos rendimientos industriales, los excesos en los costos, los elevados gastos, la falta crónica de insumos, a lo que se suma la deficiente organización, la ineficiencia del sistema de comercialización, la ausencia de sistematicidad en los controles y la prácticamente nula exigencia, en general.
Si el gobierno quiere salir del hueco donde ha metido a miles de empresas y al país, tendría que ponerle fin a esa forma de gestión voluntarista e ideologizada, que nada tiene que ver con la lógica del mercado y la autonomía empresarial.
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