LA HABANA, Cuba.- La última represalia contra Mariennys Pavo Oñate, esposa del abogado independiente Julio Ferrer, es contarle como cumplidos solo 3 años, de los 6 que lleva en prisión. Pavo Oñate cumple una condena de 7 años, supuestamente, por el delito de Tráfico de Influencias, de acuerdo al código penal en el artículo 151.
Pavo Oñate, quien también es abogada, pudo acceder a su ficha y descubrió esta arbitrariedad. El único recurso que le queda es seguir denunciando su caso, pues no se ha vuelto a hablar de la tercera sentencia dictada por el tribunal, en la cual se anulaban las dos sentencias anteriores.
“Para ellos yo empiezo a cumplir el 11 de diciembre de 2015”, momento en el que le aplicaron una sanción conjunta por un delito que le fue imposible cometer porque estaba en prisión desde 2012. “El 31 de julio cumplí 6 años. Ese tiempo no se lo puedo regalar porque es mío”, dice la abogada.
Además de la arbitrariedad en cuanto a los años cumplidos o por cumplir, Pavo Oñate se percató de incluso ellos entran en contradicción. “En mi ficha dice que hasta la semana pasada había cumplido 6 años y 7 días, sin embargo, en otro párrafo se explica que solo he cumplido 3 años, 4 meses y 13 días y que me restan 3 años y 17 días”.
Cada año de prisión Mariennys debe tener una rebaja de dos meses según la ley. “Debo tener un total de 16 meses de rebaja, dos por cada año más dos meses extras que me otorgaron este año por conducta excepcional, por los cursos que tome, por la incorporación a planes educativos”.
Según Mayi, como le llama toda la familia, en su expediente ya debe ser elegible para libertad condicional, no obstante, al día de hoy permanece en prisión.
El artículo 55 del nuevo Reglamento y el artículo 56 del código penal la amparan, porque la persona que “no comete delito en estado de reclusión no tiene por qué empezar de cero una sanción conjunta” impuesta después de la primera condena.
Ferrer, su esposo, presentó por su parte un recurso legal y las autoridades de prisión le dijeron que el caso de Pavo Oñate “escapaba de sus manos”.
Mientras tanto la salud de la abogada sigue deteriorándose. No hay pastillas para su glaucoma, pues tiene por prescripción médica el Timolol de 05.
“Estoy en un estado de decepción total”, confiesa, “porque además la prisión está muy mal, y sigue entrando y entrando gente, sin una infraestructura que aguante. ¿Yo me pregunto cómo quedará la prisión provisional y la gente que llevan hasta tres años esperando papeles?”, se cuestiona a la luz de las nuevas reformas constitucionales.
“Estuve leyendo y la nueva constitución dice que hasta que no sea por sentencia firme, que diga que usted es culpable nadie puede hacerlo”, y parafrasea el inciso c, del artículo 48, del capítulo II que establece los derechos individuales dentro del Título IV: Derechos, deberes y garantías, que dice textualmente: “que se presuma inocente, mientras no se haya declarado responsable por sentencia firme de tribunal”.
A Mariennys Pavo Oñate se le suman otras preocupaciones. “¿Por qué se está haciendo un uso indiscriminado de la prisión provisional? ¿Qué va a pasar con la demora de los beneficios? ¿Mientras esperas que la sentencia llegue, en qué condición quedas ante ese proceso? ¿Por qué no se ingresan más a la caja de caudales del estado, y se aplica la modificación del Código Penal del 2013 que permitió que las multas llegaran hasta 3mil pesos? ¿Por qué la policía no utiliza esa vía administrativa?”
Las preguntas son muchas más dada la situación del penal y desde su perspectiva. “¿La peligrosidad social de alguien que vende una jabita de nylon es la misma de la que alguien que vende drogas? Sin embargo hay gente en la misma condición. Son cosas que si no se tienen en cuenta nunca habrá ninguna mejoría”, concluye.