LA HABANA, Cuba. – Por estos días se nota la ausencia de actividad pública de Raúl Castro, quien hizo su última aparición el pasado 28 de enero en la Marcha de las Antorchas; también ha dejado de deambular por los centrales azucareros –en las últimas semanas- el segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura. Ni uno ni otro han asomado la cara por los lugares afectados por el tornado del pasado mes. ¡Y eso que el Partido es la fuerza superior del Estado y la sociedad! Existe la posibilidad que estén muy ocupados dirigiendo a distancia a Venezuela.
Por su parte, Miguel Díaz-Canel, el presidente de la continuidad, no pierde un solo cintillo de la prensa y mucho menos de los noticieros de televisión. En los días posteriores al tornado, ha reunido en varias ocasiones el Consejo de Ministros, una de ellas a las 6 y 30 de la mañana, algo que hizo público con mucho énfasis, porque la mayoría de las veces no se sabe siquiera el día y la hora en que se producen las reuniones.
Díaz-Canel también retomó sus viajes a provincias, suspendidos después del fenómeno atmosférico, y se fue junto con el Consejo de Ministros al Balcón del Oriente, la provincia de Las Tunas.
También hizo acto de presencia en el Congreso Internacional Pedagogía 2019, donde pronunció el discurso de clausura, y en la Feria del Libro.
Como si fuera poco, participó en una reunión del Sistema de Tribunales y también en las celebraciones de Balance Anual de los Ministerios de Justicia, Finanzas y Precios y la Contraloría General de la República.
Sin embargo, su aparición estelar la hizo en la Mesa Redonda, donde acudió con el Consejo de Ministros en pleno para analizar el proceso de recuperación tras el paso del tornado. Los dos programas que realizó fueron denominados especiales, porque duraron dos horas. En el último de ellos, el presidente dijo que el miércoles 20 de febrero se haría un tercer programa, cosa que no cumplió porque, al parecer, la recuperación del tornado ha pasado a un segundo plano en relación a lo que está sucediendo en Venezuela.
Si bien el canal Telesur, una especie de carrusel socialista en el que se montan Cuba, Bolivia y Nicaragua, no detalla todas las situaciones que se han presentado en el país petrolero, la televisión cubana si ha dedicado varios programas de la Mesa Redonda, además de sus noticieros de televisión, ha informar constantemente sobre el tema de Maduro y su comparsa.
En Internet, el “Presidente” también se hace muy presente. Todo el mundo sabe que los constantes tuits son obra de un grupo de asesores y -seguramente- de estudiantes de la UCI (Universidad de Ciencias Informáticas), que dan su apoyo al delfín del castrismo.
Habría que decir que algunos tuits tienen ideas un poco descabelladas, como cuando se le ocurrió plantear que las empresas estatales debían ser tan eficientes como los cuentapropistas. Hay que tomar en cuenta que Díaz-Canel es ingeniero y no economista, por consiguiente, no tiene la menor idea de que el salario de los trabajadores es algo que va unido a la productividad y que, además, con esa expresión, está afirmando que el capitalismo es más eficiente que el socialismo. Solo hay que ir a una “paladar” privada y compararla con cualquier restaurante estatal; o contrastar el agromercado de particulares con el de la EJT (Ejército Juvenil del Trabajo). Sentirá muy rápido la diferencia.
Ahora bien, cualquiera que vea esta cantidad de intervenciones públicas, tanto personales como por Internet, puede pensar que todo el mundo en el país está bien informado sobre lo que sucede y lo que va a acontecer en el corto y largo plazo. Ahí está el problema. Nadie, después de leer páginas y páginas del periódico Granma sobre estas actividades oficiales, estar atento a las noticias de la televisión o tener acceso a los caros servicios de internet; es capaz de hacerse una idea de cómo está el presente o sobre qué nos depara el futuro en nuestro país.
Y es que son muchas las palabras que se buscan, y lo más triste, siempre se repiten las mismas en boca de uno u otro dirigente gubernamental. Pero las cosas concretas que necesita saber el pueblo: ¿Cuándo habrá alimentos al alcance de los salarios? ¿En qué momento se podrán adquirir las medicinas y medicamentos necesarios sin tener que acudir a revendedores? ¿Cómo se solucionarán los problemas del agua?… no tienen respuesta para ningún ciudadano cubano de a pie, esas se quedan colgando en el aire.