LA HABANA, Cuba.- La economía solidaria en Cuba fue el tema de debate en el espacio “En diálogo”, que tuvo lugar el pasado viernes y fue convocado por la revista Espacio Laical, en el Aula Magna del Centro Cultural Félix Varela de la Arquidiócesis de La Habana.
El tema fue propuesto para discusión a partir de las prácticas solidarias de la sociedad civil cubana y el sector privado, en favor de las víctimas del tornado que azotó varios municipios de la capital en enero pasado.
El desafío en la búsqueda de métodos solidarios independientes al gobierno fue la arista principal del diálogo, entre panelistas y una decena de asistentes, y el reto se abordó a partir de las propias dificultades del sector privado para desarrollar la pequeña empresa, así como la falta de práctica solidaria en las instituciones gubernamentales.
Rodolfo Romero, médico residente en el municipio Regla, relató en su intervención como participante las experiencias durante los días posteriores al fenómeno climatológico citado.
“Me sentí muy feliz de ver a los jóvenes cuentapropistas que espontáneamente dejaron de vender la comida para regalársela a los damnificados”. Romero, sin embargo, agregó que la solidaridad del sector privado no puede resolver los problemas que tiene el país.
Aunque en teoría el gobierno intenta ofrecer una imagen de autonomía financiera en las formas de gestión no estatales, la política económica del Partido Comunista de Cuba (PCC) controla la economía del país.
Esta falta de independencia económica de las cooperativas, desarrolladas a partir de los lineamientos decretados por el PCC en 2012, está motivada por el temor de los gobernantes a la apertura de la economía de mercado, lo que fortalecería al sector privado en la isla y barrería el sistema económico socialista de control estatal.
Carencias de asociaciones
Los primeros pasos en la búsqueda de modelos cívicos de economía solidaria dentro del sistema socialista datan de 2007, y hasta noviembre del 2018 existían unas 350 cooperativas y proyectos comunitarios que, desde sus limitaciones, contribuyen al mejoramiento de la sociedad.
En el debate, el panelista Ovidio D´Angelo, investigador del tema, abordó los límites de la asociatividad.
“Tenemos una carencia y es que los cuentapropistas no tienen formas asociativas, existen asociaciones de propietarios (…) Pero no contribuyen de forma articulada al desarrollo territorial.”
D´ Agelo afirmó que las formas de gestión no estatales están ofreciendo una nueva proyección dentro de una economía centralizada, el recelo oficial las obstaculiza.
Los panelistas coincidieron que para establecer una economía solidaria los cubanos están en la búsqueda de un modelo que se aleje de estos controles autoritarios.
Por su parte, la investigadora Blanca Munster, miembro del panel, expuso que el modelo cubano debe escribirse con las lecciones que se viven dentro de la isla.
“Hay cantidad de experiencias de organizaciones en formas económicas que están trabajando bajo una lógica diferente al capitalismo y también al socialismo autoritario (…) No existe un bloque monolítico en la manera de enfocar estas experiencias solidarias; nosotros tendremos a la nuestra.”
Dentro del sector privado existen proyectos de emprendedores que han mejorado la realidad de su eterno a partir de pequeñas empresas. Según el debate del último encuentro de “En diálogo”; dentro la crítica situación que se vive en Cuba, agravada por el deterioro social, mucho se podría hacer desde el ámbito privado, si existiera una verdadera autonomía como principio de libertad.