LA HABANA, Cuba. – En función de las evocaciones podremos decir que recordar es volver a vivir, aunque nosotros, los cubanos, bien podríamos modificar el final del axioma y decir que recordar es volver a mal vivir. Eso, porque entre tanta escasez y dificultad, pasada y presente, ya no sorprende que la gente evite recordar viejos tiempos.
Año tras año se han movilizado en plazas de diferentes provincias y municipios cientos de miles de personas para celebrar el primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, algo que viene sucediendo en Cuba desde 1959 y que, por mucho tiempo, contó con el discurso “de rigor” del fallecido Fidel Castro.
Sin embargo, el desaparecido Comandante no estuvo en el primer acto conmemorativo de esta fecha en el país porque viajó a Buenos Aires, Argentina, para participar en una reunión del Consejo Económico de los 21.
Desde principios de su dictadura, Castro comenzó a implantar sus normas y a alimentar su ego; por ejemplo, durante la mencionada reunión hizo un largo discurso de pie delante del asiento que le correspondía y vestido con uniforme verde olivo, mientras que el resto de los participantes usaban traje de cuello y corbata. En mi trabajo investigativo tuve la “osadía” de leerme el discurso completo, lo que estoy segura no podrían hacer muchas personas. Con solo cuatro meses en el poder, Castro pensó que era Master en Ciencias Económicas.
Sin embargo, el colmo fue que, representado a un gobierno de facto, se atrevió a decir: “La corrupción es un vicio que conspira contra el desarrollo económico, y ya los gobiernos que somos democráticos no debemos solo conformarnos con ser democráticos, sino, además, con ser honrados”.
Mientras tanto, en la isla, tomaba las riendas el comandante Raúl Modesto, que en aquel entonces tenía 28 años de edad. De segundo, como siempre, presidió un desfile que duró desde por la mañana hasta la madrugada del día 2 de mayo. De esa forma, se llevó a cabo el primer acto de masas en la entonces Plaza Cívica. Muy temprano comenzaba la manipulación para mostrar al mundo que las masas apoyaban a la dictadura, algo que se mantiene hasta hoy.
No fue hasta 1960 que Fidel Castro participaría en su primero de mayo de iniciación. Entonces era solo Comandante y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, cargo que se pretende reactivar para finales de año. Hay que decir que, en esa época, los milicianos tenían armas largas y en los momentos en que aplaudían al que estaba hablando levantaban los fusiles, a pesar de haber desfilado durante 7 horas seguidas.
Ya a esas alturas, las mentiras sobre el futuro eran muchas, mentiras tan groseras que si no generaran tristeza, provocarían risa. Durante aquel largo discurso de 1960 el dictador convertido en piedra afirmó: “…nuestro pueblo no ha sido nunca ni será un pueblo militarista (…) Nosotros nunca le hemos mentido al pueblo y, sobre todo, lo que nunca haremos es alejar al pueblo de las realidades”.
59 años después, el gobierno de los Estados Unidos de América ha suspendido relaciones con empresas militares, que son muchas, casi todas bajo el mando del Grupo de Administración Empresarial (GAESA). Además, intenta mostrar la realidad del Título III de la Ley Helms Burton, manipulado por la dictadura para amedrentar la población y ponerla en contra de las demandas de los americanos.
Desde el principio las concentraciones no tuvieron nada que ver con los trabajadores y sus reclamos, fueron siempre políticas, igual que lo fue el informe central del recién terminado XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), leído por su secretario general, Ulises Guilarte de Nacimiento, en el que se condena la postura injerencista de Estados Unidos en Venezuela y se denuncia el levantamiento de la suspensión del título III de la Ley Helms Burton.
En ninguna concentración a lo largo de estos 60 años se ha visto un cartel con demandas de los obreros, es por eso que estos desfiles se convierten en una tomadura de pelo para los trabajadores, que no pueden hacer huelgas ni reclamar derechos económicos.
Se criticó “la botella”, aquella forma de empleo sin trabajar por la que pagaban a algunas personas antes de 1959. Sin embargo, en estos días hemos podido ver en las redes sociales la cantidad de hijos de dirigentes que también tienen “botella”, en particular, el caso de Jorge Alejandro Cárdenas, nieto de Guillermo García Frías. El joven se graduó de Economía en el 2018 y ya es vicepresidente de la Federación Ecuestre de Cuba sin siquiera haber pasado los dos años de servicio social que les imponen a los hombres. Además, con solo 25 años ha participado en las Asambleas de la Federación Ecuestre Internacional y ha viajado con su novia, que reside en España, a diferentes países. También ha dirigido negociaciones en Bélgica, Uruguay, México, Italia y Holanda. ¿No es esto una nueva forma de “botella” dentro de las condiciones del régimen?
Nunca durante estos 60 años los trabajadores y sus necesidades se han visto reflejadas en los desfiles del 1ro de mayo; así como la CTC no representa los intereses de los trabajadores en la base, porque no tienen ni siquiera a quien quejarse, bien se conoce que los sindicatos están subordinados a la administración.
En fin, que si fuese voluntaria la asistencia a las plazas este Día Internacional de los Trabajadores, no habría primero de mayo en Cuba.