LA HABANA, Cuba. – Los creadores de las redes de barrio no solo han tenido que lidiar con los decomisos y multas por parte de las autoridades por más de 15 años, sino también con ladrones que saben que un equipo para conexiones Wifi en Cuba vale casi el triple de lo que cuesta en cualquier parte del mundo.
Las estrategias antirrobos que han surgido para resguardar los equipos son muchas, desde jaulas improvisadas hasta programas que activan una alarma cuando el dispositivo es desconectado.
Roli Pérez, un joven integrante de Snet, publicó ayer una foto de un equipo (Nanostation) enjaulado, incrustado en la pared para asegurarlo de posibles robos. La publicación se volvió viral y ha sido causa de memes en las redes sociales. Muchos aseguran que a su dueño le habían robado tres equipos antes de este.
Los comentarios de asombro dentro del grupo de Snet de Facebook no se hicieron esperar. Y hasta hubo quien aprovechó para promocionar la venta de candados con sensores de movimiento. Según varias fuentes contactadas por Cubanet, los candados con alarma son lo último que se está usando contra los robos de equipos Wifi en La Habana.
“Si me roban el Microtik (equipo Wifi para enlaces de larga distancia) para reponerlo tendría que ahorrar muchos meses. Vale la pena emplear un dinero extra en seguridad”, afirmó en una entrevista Jaime Rodríguez, joven cuyo pasatiempo es jugar en una red local con sus amigos.
Cuando le preguntamos sobre cómo podría llevarse a cabo el hurto de equipos que están a muchos metros del suelo nos dijo: “agarran uno de los vientos del mástil y empiezan a jalar hacia abajo hasta que logran hacerse con el equipo. Por lo general, los robos se efectúan en la noche. Ir a la policía no resuelve nada, lo más seguro es que te busques otro problema por tener un equipo ilegal o sin papeles”.
En septiembre de 2017 ocurrieron más de 30 robos de equipos que conectaban la red de Snet en la provincia de Mayabeque, dejando sin conexión a más de mil usuarios.
Para poder comprar estos equipos se necesita contar con un presupuesto importante. La mayoría de estos jóvenes no cobran más de 30 dólares mensuales de salario. Un Nanostation puede llegar a costar 180 dólares y un Microtik 220 dólares.
“Me compré un sensor de movimiento que me dio más dolores de cabeza que otra cosa, sonaba hasta con los ratones. Muchas veces me levanté de la cama sobresaltado, lo tuve que quitar. Ahora mismo no tengo ninguna seguridad. No puedo dormir tranquilo sabiendo que mi equipo está a la intemperie, expuesto a ladrones”, nos dijo otro joven que prefirió el anonimato.
Desde la semana pasada, Snet, la red callejera más grande de Cuba, está migrando sus servicios hacia los Joven Club de Computación (JCC). Los que trabajan en estas instituciones están ocupados realizando los enlaces e instalando equipos que también permanecen expuestos a los ladrones.
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