LA HABANA, Cuba, 17 de febrero (Aleaga Pesant , 173.203.82.38) -Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez, dos gigantes del libro cubano, enfrentaron puntos de vista y filosofías como escritores, artistas y ciudadanos en un debate escenificado en el discreto stand de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), en la Fortaleza de la Cabaña, durante la Feria del Libro de La Habana.
Convenientemente descuidados -o mal intencionados- los organizadores de la 21 Feria Internacional del libro de La Habana, omitieron la presentación de los libros de Gutiérrez y Padura, de todas las carteleras, entre ellas El Cañonazo, que incluye el compendio mas completo de actividades de la cumbre dentro y fuera de la fortaleza de la cabaña, sede principal.
Un editor español hizo la introducción y comenzó “la batalla de gigantes”. Comenzó Padura con su conversar pausado y profundo, reflexionó sobre los procesos editoriales a nivel mundial, sus largos y sofisticados caminos, apuntando a una visión apocalíptica y de desesperanza. Apenas terminaba, cuando lleno de entusiasmo arrancó el autor de El rey de La Habana, quien prefirió con un verbo ágil apoyar la tesis del autor vs todos los demonios: mercado, editores y funcionarios.
Al recordar la importancia de la libertad para el escritor arrancó aplausos cómplices al público, que desbordando la pequeña sala llenaba los alrededores, ya en la calle principal de la fortaleza.
Padura habló de la importancia del estudio y la metódica y Gutiérrez recordó el esplendor de la creación. Ambos dejaron claro que sus caminos eran inversos. Padura, el creador del detective Mario Conde, triunfó en Cuba y pasó al exterior. Gutiérrez, con su Trilogía sucia de La Habana, debió brillar primero en el exterior y solo después de varios años hacerlo en la isla.
El conversatorio comenzó a las cuatro de la tarde del martes 14 de febrero, en un reducido espacio donde no cabían más de 10 sillas y veinte personas de pie. Evidente contraste con las más de trescientas sillas que tuvo la presentación, la tarde anterior, de la última novela del Ministro de Cultura Abel Prieto y donde se reunieron más de 500 personas entre funcionarios y artistas, en deuda con un escritor-funcionario, con más de 20 años en el cargo de regulador de la cultura nacional.
Hora y media después de empezar concluyó el encuentro, con el abrazo de los escritores, el aplauso del público y la entrega a los hambrientos asistentes de diez ejemplares de Morir en Paris, de Gutiérrez y La Memoria y el olvido, de Padura.
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