MIAMI, Estados Unidos.- El presidente ruso Vladimir Putin promulgó este martes una ley que permite al gobierno de ese país registrar a blogueros, periodistas y usuarios de medios sociales como agentes extranjeros, que es lo mismo que “mercenarios”, como le gusta llamarlos al régimen de La Habana.
La ley, que había sido aprobada en 2017 en respuesta a la decisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos de designar como agente extranjero a la televisora RT, que recibe financiamiento del estado ruso, fue ampliada por el presidente del gigante euroasiático, informó la agencia de noticias AP.
Esta nueva Ley podrá aplicarse ahora a cualquiera que distribuya contenido producido por medios de comunicación registrados como “agentes extranjeros” y reciba pagos del exterior.
Así mismo, establece que los individuos declarados “agentes extranjeros” estarán sujetos a un escrutinio adicional del gobierno del Kremlin.
Esta nueva decisión del gobierno de Vladimir Putin ha sido muy criticada en el país porque restringe aún más la libertad de expresión en Rusia, y permite que las autoridades persigan la disidencia.
Rusia, uno de los aliados más fuertes del régimen de La Habana, ha sido en varias ocasiones denunciado por perseguir a los disidentes y periodistas críticos del gobierno, tal y como sucede en Cuba.
El gobierno de los hermanos Castro, ahora con Díaz-Canel como gobernante, ha perseguido, acosado, hostigado, apresado, torturado y expulsado de manera forzosa a activistas contrarios al régimen, así como a periodistas independientes y miembros de la sociedad civil que intentan mostrar a la opinión pública internacional la realidad de la Isla.
Los casos más recientes han sido el del abogado y periodista independiente de CubaNet, Roberto Jesús Quiñones Haces, prisionero en una cárcel de Guantánamo desde el 11 de septiembre bajo el supuesto delito de “resistencia”; y el del líder disidente José Daniel Ferrer, detenido el pasado primero de octubre sin acusación oficial o un proceso penal en su contra.
José Daniel Ferrer es el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), y fue uno de los presos políticos de la llamada Primavera Negra de 2003, cuando el régimen castrista envió a la cárcel a 75 detractores del gobierno.
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