LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Resultó bastante raro que pusieran en la televisión cubana la película de animación de Fernando Trueba Chico y Rita, incluso cuando fue en Canal Habana, que es un canal provincial, y que el presentador dio explicaciones para apaciguar a quien pudiera alarmarse por algunos “detalles” que podían resaltar. Pero, aparte de eso, lo cierto es que gran parte de la música es de Bebo Valdés y a él está dedicada la película misma, y Bebo Valdés es una figura de la música cubana que ni remotamente tiene la difusión y el reconocimiento en el país que se ha ganado en el mundo.
Por otra parte, no hay guiño cómplice alguno hacia la revolución cubana y mucho menos hacia el modo en que ha tratado a muchos de nuestros grandes músicos. Ya el principio del filme es harto elocuente: Chico, un anciano limpiabotas, termina su trabajo y, mientras regresa a su casa en Centro Habana, pasa entre unos muchachos que escuchan rap (“Los cubanos están todos regados por el mundo preguntando por qué esta maldición”), y atraviesa varias escenas de la pobreza cotidiana. Por fin entra en un solar y en su casa, que, pese a todo, demuestra una pobreza bastante decente. Se sienta, enciende el viejo aparato de radio ruso, busca alguna emisora en la que no se escuche la voz de Fidel Castro, sino música, y finalmente la encuentra y sonríe. Entonces sirve ron para él y para su santo y se asoma por una ventana al panorama de una arruinada y aún bella Habana. En la radio ponen música del ayer, precisamente música de Chico…
Como en un bolero, se narra la destructiva historia de amor del pianista Chico y la cantante Rita, que incluye pasión, traición, dolor, abandono, incomprensión, paciente espera, reconciliación, en una trama sin grandes sutilezas y por momentos previsible, pero donde la música es protagonista indiscutible. Y por la música precisamente se conecta la película con los dos grandes polos del exilio cubano, porque el tema principal de la banda sonora, Lily, fue escrita por el compositor y arreglista Juanito Márquez en colaboración con el productor musical Nat Chediak, ambos de Miami, sobre una pieza instrumental de Bebo Valdés, que vive en España.
Chico y Rita, Goya en España a mejor película de animación y mejor producción animada continental en los Premios de Cine Europeo. Fue nominada en su categoría para la edición de los Oscar, aunque lamentablemente no se alzó con la codiciada estatuilla, que hubiera sido la segunda para Fernando Trueba, quien obtuvo un premio de la Academia en 1994 con la soberbia Belle Époque. A la coordinadora de producción y casting en Cuba, Rosa Marquetti, la hizo muy feliz esta nominación porque, según ella, la película “es un gran homenaje de Trueba a los músicos cubanos dondequiera que estén”.
He ahí la cuestión. El mismo Chediak ha dicho, hablando del filme: “Para mí nuestros héroes no son solo esos que siempre se mencionan (Martí, Maceo, Carlos Manuel de Céspedes), sino también nuestros grandes músicos que pasean nuestra cultura por el mundo entero”.
Lo que no es poco decir.