MIAMI, Florida, marzo, 173.203.82.38 -Wukan volvió a ser noticia el pasado 3 de marzo cuando la población de la localidad china de apenas 13 mil habitantes en la provincia de Cantón ejerció su derecho al voto para elegir a sus dirigentes locales. El 11 de febrero se había producido la primera experiencia, inédita en el país asiático, por la elección de los candidatos que serían votados a dirigentes, incluyendo el cargo de alcalde. Los pobladores eligieron a unos cien representantes de los que saldrían a su vez los siete miembros del comité que gobernará el pueblo.
La historia tuvo su origen en septiembre del 2011. Centenares de lugareños salieron en manifestación por las calles reclamando las tierras expropiadas a los campesinos por la burocracia partidista. Los expropiados pedían la devolución de sus terrenos y la expulsión de los corruptos que aprovecharon el crecimiento del valor mercantil de sus propiedades para negociar con ellas en ese extraño boom capitalista que tiene lugar dentro de aquel sistema comunista. El acto de rebeldía fue reprimido con violencia. Los líderes de las manifestaciones resultaron detenidos y golpeados. El principal de ellos, Xue Jinbo, murió el 12 de septiembre en los predios policiales a consecuencia de un infarto, según certificaron los órganos represivos. Su cuerpo no fue entregado a los familiares pero estos aseguran evidencias de torturas y huellas de golpes.
Ahora uno de los siete asientos en el Comité de aldeanos lo ocupará Lin Zulian, uno de los que encabezó las protestas. Al calor de la revuelta Lin había sido nombrado jefe del Partido Comunista para Wukan hasta tanto se produjeran las elecciones de marzo, sucediendo a un empresario que ocupó el puesto durante 42 años. Yang Semao, otro dirigente rebelde también resulto elegido por el voto popular como diputado. Xue Jianwan, hija del campesino asesinado durante la revuelta presentó su candidatura pero se desconoce cuan favorable le fue el conteo en las urnas. La candidata había denunciado a la prensa que su jefe inmediato le advirtió que si se presentaba “debía dimitir” de su puesto de profesora.
Lo que parece ser el preludio de nuevos cambios políticos en China ya no tiene vuelta de hoja. Así piensa Hong Fuzhao, un joven dirigente de las protestas detenido durante las jornadas de septiembre. El activista afirma que lo que más interesaba a sus interrogadores era saber si el movimiento recibía ayuda externa, de otras regiones del país y sobre todo del extranjero.
Internet vuelve a aparecer como un elemento principal en esta batalla social. Un eslabón fundamental que posibilitó transmitir al mundo, y principalmente al resto de China, lo que ocurría en ese apartado lugar. Las golpizas, detenciones y la muerte del líder apresado pudieron conocerse casi de inmediato. De esta tarea se encargó otro joven. Zhang Jianxing logró abrir un negocio de informática a pocos kilómetros de su pueblo natal, pero al saber lo que ocurría cerró el establecimiento y se trasladó a Wukan para asumir el rol de reportero emergente.
En unas declaraciones recogidas por la prensa extranjera Xiong Wen, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Pekín, al referirse a lo ocurrido en la localidad cantonesa manifestó que el desarrollo alcanzado por China se traduce en desigualdades sociales y frustraciones que pueden implicar como consecuencia la repetición de lo ocurrido en Wukan por todo el territorio de la gigantesca nación. Algo de ello ya puede estar materializándose. El propio gobierno ha reconocido que en el 2011 se produjeron 120 mil manifestaciones, la mayoría impulsadas por problemas agrarios y de corrupción.
Y como se pudo apreciar en un reportaje exhibido por Radio Televisión Española el ejemplo de Wukan comienza a cundir. Un activista cívico de Hunan se personó en el escenario festivo de la población en plena campaña electoral. Liu Chaoyang declaró a la reportera que es gestor de una propuesta de referendo para pedir elecciones libres y democráticas. Afirmó que ya cuentan con más de 500 firmas, una gota apenas visible en una nación cuya población pasa de los mil millones de habitantes. Pero Liu está optimista y recibe el calor de sus conciudadanos que apoyan nuevos cambios en China. ¡Pensar que en Cuba los activistas del Proyecto Varela lograron 24 mil firmas ciudadanas solicitando un referendo constitucional!. Ojalá el de Hunan tenga mayor éxito, ante las autoridades y con quienes deberán solidarse con el esfuerzo.
La reacción de internautas y twiteros chinos no ha estado ausente del acontecimiento de Wukan. A pesar de la censura el levantamiento pudo ser seguido en los microblogs en China. El pueblo de pescadores rápidamente se convirtió en el símbolo de la aspiración democrática de todo el país. Muchos de los mensajes manifiestan solidaridad y regocijo con los acontecimientos de Wukan. Otros de tono suspicaz comentan que es muy prematuro cantar victoria pues el Partido único, omnipresente y poderoso, sigue teniendo en sus manos los hilos de la trama por lo que no puede descartarse la manipulación. Comentarios que curiosamente han desaparecido con la misma rapidez con la que aparecieron.
No obstante las dudas se pueden sacar algunas conclusiones de la experiencia humilde de un pueblo hasta ayer desconocido por las noticias y que, gracias a un gesto cívico de su gente, salió del anonimato para copar la atención internacional. La primera es que la acción ciudadana constituye el paso primordial para lograr cualquier cambio en la sociedad. Otra sugerencia es que ante la expresión masiva y pacífica de la ciudadanía los poderes pueden desatar su fuerza hasta un límite, más allá del cual sus mecanismos se volverán impotentes. Finalmente ninguna apertura de mercado, por liberal que pretenda ser, puede disminuir ni sustituir la necesidad de la apertura de las libertades sociales y derechos ciudadanos.
El acto propiciador de un pequeño experimento de democracia no solo queda como un ejemplo que puede incidir en el futuro de la nación china. El hecho pone en crisis el axioma sobre la inviabilidad de la democracia para algunos pueblos basado en el presupuesto de diferencias culturales, filosóficas, idiosincráticas o históricas. En Wukan quedó demostrada la universalidad de los valores democráticos cuya accesibilidad no debe considerarse exclusividad de sociedades determinadas y mucho menos una posibilidad excluible para otras.