LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -El transporte de mercancías es clave en la economía moderna. La entrega a tiempo, la pronta recepción y el almacenamiento son señales claras de eficiencia y alta rentabilidad, tanto para el que transporta las mercancías, como para el destinatario.
A pesar de que, por las características geográficas de Cuba, una isla larga y estrecha, el ferrocarril podría jugar un papel importante en el abaratamiento del costo de la transportación de mercancías; todavía el uso de camiones y rastras ocupa un decisivo rol para el normal funcionamiento de todo el entramado comercial cubano.
Los datos disponibles de la carga trasportada sólo rezan hasta el año 2010, con un monto de menos de 48 millones de toneladas, de un total planificado de 54 millones. Se desconoce la cifra exacta de carga transportada el pasado año. Lo que sí está claro es que en ambos años hubo incumplimientos de las metas de transportación fijadas.
La razón de estos incumplimientos es la persistencia de irregularidades en los organismos que trasiegan las mayores cantidades de mercancía. Sobresalen los ministerio de Agricultura, Industria Alimenticia, Comercio Interior y el flamante Grupo Empresarial Azucarero, que por sus tardanzas en la descarga de las mercancías, contribuyeron de manera significativa a que el plan de rotación fijado, de 1,25, solo se cumpliera en 1,06.
En las reuniones del Consejo de Ministros, el presidente Raúl Castro se refiere a la necesidad de ahorrar, de ser eficientes, para contrarrestar las dificultades económicas en que está atrapada la economía cubana, pero parece que sus exhortaciones caen en saco roto.
En los pocos almacenes y centros de depósitos con que cuentan la mayoría de las empresas, no se trabaja las 24 horas. Por eso, es común que cuando llegan los camiones con las mercancías consignadas, y son ya pasadas las 5 de la tarde, o es sábado o domingo, como no hay nadie que los reciba, el chofer debe esperar hasta el día siguiente para que descarguen su vehículo.
En algunas de estas dependencias cuando lo almacenes están llenos, no existen lugares alternativos para depositar la carga y los camiones se convierten en almacenes rodantes, con las naturales afectaciones económicas para todos los implicados.
Como resultado de estas incongruencias, se dejaron de trasportar el pasado año 675 mil toneladas de mercancías. Esto significó que 2 500 camiones fueron convertidos en “almacenes rodantes” varados, lo que incidió en que no cumplieran con el objetivo de entregar su carga en el tiempo fijado.
La demora en la descarga y la no llegada a tiempo de los insumos fue lo que provocó, en gran medida, el atraso en las reparaciones de los centrales azucareros. También propició que muchas fábricas no cumplieran sus planes que otras se vieran obligadas a paralizar sus líneas de producción por exceso de inventario sin distribuir.
Además, muchas mercancías al permanecer más tiempo del debido en los camiones, se deterioran y esto, además de los retrasos, también impactó negativamente todo el proceso productivo y de servicios de las empresas del país.
Esta situación cobra mayor gravedad porque los ministerios y empresas que por su desidia e ineficiencia afectaron el cumplimiento del plan de rotación de los camiones y rastras, tienen en su poder la Resolución No. P.217, de 2004, del Ministerio de Finanzas y Precios, que fija las multas por concepto de demora por hora, de acuerdo con el tonelaje de los vehículos que permanecen varados.
Ante tales violaciones, el Grupo Empresarial de Camiones y la Empresa de Transporte de Alimentos a Granel, tuvieron que facturar, por sobre-estadía, casi dos millones de dólares que no estaban contemplados en sus presupuestos, lo cual afectó de manera directa sus planes de recaudación.