LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -Muchos de los Lineamientos Económicos y Sociales aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, salieron de la voz del pueblo. Ahora, sin embargo, no le informan a éste sobre su cumplimiento, ni se establece un diálogo público para explicar y responder por las actuales situaciones de escasez de alimentos, altos precios y bajos ingresos salariales, que deterioran la vida de la familia cubana.
Unido a ello, Marino Murillo, zar encargado de la implementación del referido documento partidista, tras elaborar la proyección del trabajo hasta 2015, no ha explicado a sus conciudadanos cómo va la economía cubana. Por ello estoy obligado a referirme a varios lineamientos vinculados con la aplicación de la ciencia en la agroindustria, los que por su importancia merecen ser abordados desde la óptica de la ineficiencia gubernamental.
Esos puntos están dirigidos a sustituir las importaciones de aquellos alimentos que pueden ser producidos en el país e incrementar la producción. Esto se sostiene por la participación de más de una veintena de institutos de investigación científica vinculados al desarrollo agropecuario, cuyas inventivas y resultados científicos no son aplicados en su mayoría.
En tal sentido, el diario oficialista Granma, por intermediación de su columnista Orfilio Peláez, bajo el titulo “Desventuras de un fertilizante”, ilustra el engavetamiento del fertilizante denominado urea furfural de liberación controlada (DFTU), desarrollado por el doctor Ricardo Martínez Sánchez y el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA).
Este abono, cuyo nombre científico es furfurilidentriurea, fue creado en la década de los 90 del pasado siglo, y pese a que sustituye importaciones e incrementa en más del 20% los rendimientos del maíz, frijol y arroz, aún no se aplica, pese a la construcción de una planta productora en el Central Amancio Rodríguez, provincia de Las Tunas.
En igual condición, Juan Varela Pérez publicista del mismo diario comunista, comenta los resultados extraordinarios del producto Fitomás, estimulante natural que mejora la nutrición, florecimiento y cuajo de la caña de azúcar y otros cultivos. Sin embargo el Ministerio de la Agricultura no prevé su compra en el 2012 debido a las deudas que tiene con los encargados de su comercialización en el Grupo Azucarero, mientras que la fábrica correspondiente, construida a un costo de más de dos millones de pesos, espera por aumentar sus producciones y comercializarlas.
También el articulista Freddy Pérez Cabrera, en su crónica “Sin ciencia jamás tendremos altos rendimientos”, resalta el peregrinar por todo el país del director del Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INVIT) doctor Sergio Rodríguez Morales. Este investigador requiere a administradores y dirigentes agrícolas para que apliquen los resultados de la ciencia y la técnica en la agricultura cubana.
El científico resalta que una de las tareas que más ocupa a los profesionales del INVIT es la producción de biomasa tropical destinada a la alimentación animal, que puede elaborarse a nivel de fincas y no de grandes empresas, sustituyendo importaciones de maíz, soya, trigo y otros. Ese pienso, capaz de tributar altos niveles proteicos, se confecciona a partir del llamado yogur de yuca o boniato, el cual se mezcla con masa verde que aporta la planta.
Pese a todas estas inventivas, resultados científicos y abnegado trabajo de los hombres de ciencia, la agroindustria cubana continúa sometida a la ineficiencia gubernamental, pues los organismos correspondientes no elaboran un programa objetivo para implementarlos.
Al igual que sucedía en otros “países socialistas”, el régimen de La Habana no tiene cómo parar sus ineficiencias. “La clave para el éxito está en preparar bien cada detalle”, dijo el general de ejército Raúl Castro, pero en la práctica, también esta frase se ha engavetado.